Motivos por los que los niños no se sienten importantes y cómo inculcarles una autoestima de diez

Psicología
hace 1 año

Todos merecemos sentirnos especiales y aprender a dar amor, así como a recibirlo. Pero este no es el caso de las personas ecoístas, quienes, según el psicólogo Craig Malkin, son las que, al contrario de los narcisistas, no se sienten especiales y están acostumbradas a dejar de lado sus necesidades para siempre estar para los demás. En la mayoría de los casos, estas personas se vuelven así gracias a la educación recibida por los padres.

En Genial.guru, decidimos investigar más a fondo cómo reconocer a las personas ecoístas y apoyar a los padres con algunos consejos para que los hijos aprendan que sus sentimientos y necesidades también son importantes.

Qué es ser ecoísta

El término “ecoísta” viene del mito de Eco y Narciso, en el que la ninfa Eco ya no puede hablar por sí misma y solo puede repetir las últimas palabras que otros le dicen, hasta perder su capacidad de compartir sus verdaderos pensamientos.

Algo así es lo que pasa con las personas ecoístas, quienes son la cara opuesta de las narcisistas. Aunque el ecoísmo no es un trastorno, sino un rasgo de la personalidad, merece importancia debido a que las personas con este rasgo no se sienten especiales y no abogan por sus necesidades. En otras palabras, suelen priorizar a los demás sobre sí mismos.

Rasgos de una persona ecoísta

  • Sienten miedo de ser el centro de atención. Aun cuando la atención es positiva, prefieren mantenerse en las sombras a donde vayan. Por eso, tampoco se sienten cómodos recibiendo cumplidos, ya que no saben qué hacer con ellos.
  • Son muy sensibles. Por eso suelen avergonzarse con más facilidad, por lo que se cree que el ecoísmo podría ser una introversión defensiva ante estas situaciones.
    La idea detrás de esto es: “Si no me notas, tampoco podrás humillarme, avergonzarme o hacerme daño”. Tampoco es de extrañar que por ello sean muy empáticos, pero usan su sensibilidad para ayudar a los demás sin ocuparse de sí mismos.
  • Reprimen sus necesidades. No les gusta sentirse una carga para quienes los rodean, por eso prefieren ocultar sus necesidades emocionales. Para ellos, no exigir demasiado de los otros y dar todo de sí es una forma de conservar la estima.
    Esto los lleva a no pedir ayuda, como si estuvieran entrenados para no tener necesidades, por lo que hacen sacrificios para mantener sus relaciones con los demás.
  • Tienen dificultad para saber lo que quieren. Las personas ecoístas pueden perder la noción de quiénes son ellas mismas, debido a que siempre están para (y por) los demás, dejando de lado sus necesidades.
    Esto se puede reflejar en lo más cotidiano, por ejemplo, a los ecoístas no les suele gustar que les pregunten sobre sus preferencias porque no tienen opiniones propias. Además, ser así los puede volver dependientes emocionales en sus relaciones.
  • Tienen baja autoestima. Se sienten poco especiales y les falta confianza en ellos mismos, probablemente porque los hicieron creer que sus capacidades no eran suficientes para alcanzar sus metas. Aparte, no se sienten con el derecho de disfrutar las cosas a su manera porque tienen dificultad para expresar sus necesidades.

El papel de los padres en el desarrollo de la personalidad ecoísta

La terapeuta Donna Savery dice que la mayoría de sus clientes con rasgos ecoístas tienen un padre narcisista, pues los hijos aprenden a no buscar atención y hacer de lado sus necesidades. Por otro lado, un padre ecoísta también puede hacer que los niños obtengan este rasgo, ya que pueden desalentar a los niños cuando sueñan en grande o al no fomentarles enorgullecerse de sus logros.

Además, los padres que tienen problemas para controlar sus emociones también fomentan que su hijo se vuelva ecoísta, ya que desde temprana edad el niño se acostumbra a satisfacer las necesidades del padre sin que haya espacio para expresar las propias.

Consejos para evitar ser un padre con rasgos narcisistas

1. Trata de no menospreciar a tus hijos, incluso al regañarlos

Cuando regañes a tu hijo, no lo hagas menos con tus palabras. No es necesario usar términos como “tonto” o “inútil”, basta con tratar de corregir lo que está mal mostrándole el lado positivo de portarse bien. El regaño debe ser entendido como una corrección para su propio bien, motivada por el amor que le tienes. No está de más decir que en el día a día tampoco se debe descuidar los términos con los que nos referimos a los hijos.

2. Procura alentarlo al ver una mejora en su desempeño

No hay nada de malo en reconocer los logros. Basta con un simple “bien hecho” para hacer que los hijos se sientan apreciados y motivados a seguir haciéndolo mejor. Para ello, es importante apreciar los logros grandes y chicos. Por ejemplo, ¿tu hijo ha dejado de dibujar fuera de la raya? Ese es un gran logro para un niño, hazlo reconocer sus progresos.

3. Intenta respetar su espacio personal

Mientras más crecen, los hijos necesitan más privacidad. Hay que entender que todos necesitamos tener privacidad y es bueno no invadir el espacio personal de los hijos (a menos que haya una razón importante de por medio). Para otorgar este espacio sin dejar la labor de padre, se pueden establecer reglas. Por ejemplo, en vez de no dejarlo salir, es mejor establecer una hora para llegar a casa.

4. Trata de no tener expectativas demasiado altas

Es normal esperar grandes cosas de los hijos, pero no hay que dejar que nuestras expectativas como padres nos nublen y terminemos siendo muy insistentes o irracionales. En lugar de esperar demasiado de los hijos, es mejor respetar el ritmo de cada uno, guiarlos y apoyarlos.

5. Procura dejarlos expresar sus sentimientos

Algo muy importante es dejar que los niños expresen sus sentimientos y puntos de vista. Para ello hay que darles su momento de hablar y aprender a escuchar. Además de que los niños sabrán que sus necesidades son importantes, escucharlos te ayudará a entender como padre la forma de pensar de tus hijos.

¿Qué haces para que tus hijos se sientan especiales? ¿Qué consejo les darías a otros padres para educar a los chiquillos con amor?

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