Un joven psicoterapeuta ruso desacreditó nuestros conceptos erróneos más populares

hace 5 años

Hablar de cosas difíciles en una forma accesible, elegante y con humor es un talento con el cual el terapeuta Gestalt Yevgueni Veritov ha cautivado a su público desde hace 7 años. Con sus publicaciones, el hombre oriundo de Moscú busca convertir en tendencia el hecho de tener una mentalidad estable.

Genial.guru dialogó con Yevgueni y, con su ayuda, reunió algunas interesantes conclusiones muy acertadas. Entenderlas no solo hará tu vida más fácil, sino que también te ayudará a deshacerte de algunas confusiones muy pegajosas.

Algunas cosas que todos tendrían que entender acerca de ellos mismos

Te presentamos a Yevgueni Veritov.

  • Tu psique siempre te ayuda. Es difícil creerlo cuando tienes que vivir con ansiedad descontrolada, autoestima socavada o bajo el yugo de la culpa. Sin embargo, todos tus procesos de enfermedades internas tienen el mismo objetivo: permitirte adaptarte al mundo. De esta manera, aunque incómoda, la psique lucha para protegerte de experiencias aún más dolorosas.
  • Nos cuesta ver cosas que cambian nuestras ideas sobre nosotros mismos, incluso si lo hacen para mejor. Es igualmente difícil para una persona abandonar tanto el pensamiento que tiene una “corona” como que es un fracasado.
  • Lo que no sabemos de nosotros mismos nos controla más que lo que conocemos.
  • La opinión de los demás nos preocupa mucho menos de lo que se cree. Esta nos afecta solo cuando entra en resonancia con la nuestra. Por ejemplo, creo que ser un tonto está mal. No quiero serlo, es decir, naturalmente tengo miedo de serlo. Si alguien me llama tonto, alimenta mi propio miedo interior, y por eso me siento peor.
  • El pensamiento positivo es una basura. De hecho, te obliga a ignorar tus propios sentimientos, te distrae de los problemas y tareas reales.
  • Y si ignoras tus sentimientos y emociones, entonces tu psique definitivamente intentará detener esa violencia, a veces de manera muy drástica. Si aún no lo ha hecho, entonces simplemente no has agotado su paciencia aún.

Algunas cosas que todos tienen que recordar bien al comunicarse con los demás

  • Dile a la gente lo que sientes. De esta manera, a largo plazo harás bien tanto a ti como a ella. Incluso si por ahora piensas que no es así, o si ellos piensan que no es así.
  • Cuando hables sobre tus sentimientos, usa la frase “Me siento herido” en lugar de “Eres una basura”. Es más probable que seas escuchado de esta forma.
  • La confianza en el otro es un regalo importante que, en primer lugar, debes hacerte a ti mismo.
  • Se puede no amar a los padres. Por supuesto, está bien cuando sucede lo contrario, pero no tienes que hacerlo.
  • Algo más sobre los deberes. Es genial cuando se respetan tus sentimientos, valores y pensamientos, pero en general, nadie (absolutamente nadie) te debe eso por defecto. Si piensas lo contrario, lo más probable es que tengas dificultades.
  • La irritación, el descontento, la molestia, la ira y la agresión son emociones tan civilizadas y legales como todas los demás. Es fundamentalmente importante cómo las presentas a otras personas, y no que poseas 100 formas profesionales de abandonarlas o sustituirlas.
  • La agresión es solo un impulso que nos obliga a defender nuestro espacio. Y esto no siempre requiere algún tipo de disturbio: solo franqueza y honestidad, especialmente contigo mismo. Nunca podrás defender tus intereses con firmeza y calma hasta que admitas tus propios sentimientos “malos”.
  • No preguntes: “¿De verdad una persona puede pensar/sentir/actuar de esta manera?”. Sí, puede. Puede hacer incluso mucho más. Una persona es una cosa increíble.
  • Recuerda: las personas se comportan como se comportan y hacen lo que hacen no porque sean malnacidas, sino porque algo los hizo así. Incluso el peor ser humano ha recorrido algún camino antes de convertirse en lo que es ahora, y puede que simplemente no entienda que se puede actuar de otra manera.
  • Esta conciencia ayuda a aceptar personas, sobre todo a tus padres, y a dejar ir algunas de las situaciones de tu infancia.
  • Sin embargo, el párrafo anterior no te obliga en absoluto a aceptar a quienes no te gustan. La capacidad de rechazar no es menos importante que la de aceptar. No relacionarte en absoluto con las personas que no te gustan es una práctica saludable y gratificante.

¿Qué hay que considerar al elegir a un psicoterapeuta?

  • Al elegir un especialista, es razonable centrarse solo en sus publicaciones y comentarios sobre él. Ningún otro “indicador” como el análisis de su foto en las redes sociales, apariencia, estado civil o social tiene algo que ver con sus habilidades.
  • La predicción en terapia no es posible de ninguna manera. Si se te promete lograr resultados en X sesiones, determinar la esencia del problema en N minutos, o curar algo en Z meses, vete sin pensarlo dos veces. Porque una terapia es un proceso profundamente individual y complejo que no se puede planificar. Si una persona te convence de lo contrario, es un charlatán o un especialista analfabeto con el “síndrome de Dios”.
  • Solo se puede evaluar la calidad del trabajo de un psicoterapeuta por la comodidad y la naturalidad de tu sesión. No se requiere que un terapeuta haga una cantidad fija de preguntas, registre tus respuestas, siga una lista de temas específicos o te convenza de algo.
  • Recuerda que un psicoterapeuta no está obligado a corresponder con tus ideas de decencia y admisibilidad. Puede cometer faltas, fumar, pelear con sus vecinos y (¡Dios mío!) sufrir de la depresión. Porque también es una persona con sus propios gustos, carácter y problemas.

Él tiene una responsabilidad profesional solo cuando eres su cliente. La ética no es adaptarse a una imagen que sea cómoda para ti. En cualquier caso, no es necesario elegir incluso a un buen especialista que no te agrade como persona. En esas situaciones manda la sensación de confort.

  • Un especialista competente supervisa la relación con su cliente. Para mantener su propia idoneidad, el psicoterapeuta en ejercicio consulta periódicamente a un psicoterapeuta (supervisor). Si él cree que no necesita supervisión como especialista, esta es una muy mala señal.

Por las mismas razones de “puridad” del trabajo con su cliente, un terapeuta no se relaciona con él durante las horas libres ni se hace amigo incluso después de completar la terapia.

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