Estos animales viven en la zona de alienación de Chernóbil, y parece que la naturaleza casi ha curado las heridas que les dejaron las personas

Animales
hace 4 años

Hace 33 años ocurrió el desastre más terrible causado por el hombre en la historia de la humanidad: el reactor número 4 de la central nuclear de Chernóbil explotó. Como resultado, un área de 200 mil km² fue contaminada con desechos nucleares. Hoy en día, casi no hay personas viviendo a menos de 30 km de la central nuclear, ya que la población ha sido evacuada permanentemente. Pero la zona de alienación alrededor de edificio se llenó inesperadamente de animales que no se habían observado en la naturaleza salvaje durante más de 100 años, y en este artículo hablaremos de ellos.

Genial.guru espera que la humanidad haya aprendido una lección de este terrible accidente y que haga todo lo posible para evitar que algo así vuelva a suceder. Y, mientras la naturaleza se restaura a sí misma en las áreas afectadas, podemos echar un vistazo a los animales que cayeron en las trampas fotográficas de la zona de Chernóbil.

El Bosque Rojo, uno de los lugares más afectados por la explosión. Así luce ahora:

Después de la explosión ocurrida en 1986, un bosque de pinos ubicado cerca de la estación recibió la mayor dosis de radiación de todo el lugar. El impacto fue tan fuerte que algunos árboles murieron, y otros tomaron un tono marrón rojizo. El lugar comenzó a ser llamado “Bosque Rojo” debido a eso, pero últimamente ha comenzado a renacer.

A pesar de los peligrosos niveles de radiación, algunas especies de animales regresaron a vivir a ese lugar

Caballo salvaje mongol

En 1998, 20 caballos de Przewalski fueron llevados a la zona de exclusión. Hoy en día, hay más de 100 ejemplares de estos animales en el lugar. Ellos viven en manadas: un harem de hembras con potros se reúne alrededor de un macho alfa. Ocasionalmente, algunos caballos salvajes solitarios se llevan a las yeguas domésticas de las personas que viven ilegalmente en Prípiat, la ciudad fantasma.

Lince boreal

El principal depredador de la zona es el lince europeo. Este gran felino no tiene nada a qué temerle en Chernóbil: no sale a cazar al anochecer, como es su costumbre, sino que camina tranquilamente durante el día. Porque allí no hay personas con armas. Las rutas de los linces recorren las zonas más contaminadas.

Lobo

En 1987, había 3 manadas de lobos viviendo en Chernóbil, y ahora son 7. Cada una consta de 10 animales fuertes y sanos. Ellos han aprendido a usar el paisaje creado por el hombre para su beneficio: cazan en las destruidas calles de Prípiat.

Los activistas con trampas fotográficas rastrearon a animales extraños que ni siquiera podríamos haber imaginado

En realidad, no se ha realizado ninguna investigación científica en la zona de Chernóbil. Todas las observaciones son llevadas a cabo por activistas: ambientalistas y biólogos. Por ejemplo, Sergey Gashchak, un empleado del Laboratorio Internacional de Radioecología del Centro de Chernóbil, instaló trampas fotográficas costeadas con su propio dinero.

Hace muy poco, recién en 2017, dentro de la zona ubicada en un radio de 30 km de la central nuclear se creó la Reserva de Biosfera de Radiación y Ecología de Chernóbil, y allí se pueden observar aves y animales que parecían haber desaparecido para siempre.

Conoce a los extraños ejemplares que cayeron en las trampas fotográficas de Sergey y de otros científicos.

El perro mapache

Los perros mapache fueron llevados a ese lugar desde el Lejano Oriente cuando aún existía la URSS. Hoy en día, estos animales se han multiplicado y viven cómodamente en Polesia.

Alces y bisontes

Los alces deambulan alrededor de la destruida zona de Chernóbil, y sus únicos enemigos naturales son los lobos. Aunque los bisontes fueron exterminados por el hombre en el siglo XIX, un par de estos poderosos animales fue llevado a Chernóbil, pero todos los ejemplares murieron. O eso se creía, ya que, hace poco, los científicos encontraron huellas de bisontes y llegaron a la conclusión de que aún se encuentran en el territorio de Prípiat, solo que no están ansiosos por encontrarse con los humanos.

El chotacabras y la cigüeña negra

El engañapastores está en peligro de extinción en algunos lugares del planeta, y la cigüeña negra hasta figura en el Libro Rojo, por lo que haberlos visto en ese lugar es una gran suerte.

El lirón enano

Este roedor, que se parece a una ardilla, a un ratón y a un hámster al mismo tiempo, se llama lirón enano. Figura en el Libro Rojo, se mueve hábilmente a lo largo de las ramas de los arbustos y come granos de plantas. Fue capturado por el lente de un trabajador de la central nuclear en 2019, y recibió el apodo de “Lémur de Chernóbil”.

Cerdo salvaje

En los primeros años después del accidente, un increíble número de jabalíes se mudó a la zona de exclusión, pero ahora ya no hay tantos ejemplares: los lobos han reducido su población.

Zorros.... muchos zorros

Los zorros no les temen a las personas e inclusive toman comida de las manos de los turistas. El zorro de Prípiat, Simón, hasta tiene su propia cuenta de Facebook. Posa para todos los que tienen una cámara y adora los bocadillos.

Nutrias

Las nutrias de río viven en toda Europa, pero solo en teoría. En la práctica, las personas están exterminando a estos lindos animales activamente. En algunas áreas, ya están incluidas en el Libro Rojo. Pero en el territorio de Prípiat, nadie las molesta: no hay cazadores, y su pez favorito se encuentra en abundancia.

Oso pardo

Un oso pardo fue capturado por la lente de una trampa fotográfica cuando cruzaba una carretera abandonada cerca de Chernóbil. Los científicos llevaban mucho tiempo sin poder encontrarlo, ya que se escondía demasiado bien, pero ahora sabemos que la población de estos animales magníficos se está restaurando en la zona de exclusión.

Cárabo común

Esta ave que mira a los humanos con desdén es un cárabo común. Sabe esconderse muy bien, y no es fácil encontrarla. Pero en Prípiat, las aves anidan abiertamente.

Murciélago de bosque

Este un raro murciélago que vive en Chernóbil activamente. Hoy en día, en la zona habitan 14 especies de este animal, raras y no tan extrañas.

Siluro gigante

En el estanque enfriador de la planta de energía nuclear de Chernóbil viven viarias especies de peces. Después del accidente, el ecosistema del embalse recibió monstruosas dosis de radiación, lo que afectó especialmente a los depredadores como los siluros y lucios europeos. Pero, hoy en día, la contaminación por radiación ha disminuido de forma natural, y los siluros llegan a crecer hasta 1,5 o 2 m de longitud. Los peces gigantes nadan en espera de los turistas y trabajadores de la estación que les dan de comer pan.

Bono: los perros abandonados en la zona de alienación

Cerca de 300 perros callejeros viven en las cercanías de Prípiat, y son los descendientes de las mascotas que fueron abandonadas por las personas que huyeron de la catástrofe nuclear. Por supuesto que los residentes de la ciudad y de los municipios cercanos no abandonaron a sus mascotas por voluntad propia: estaba prohibido llevárselos, porque el pelo de los animales podía acumular partículas radioactivas. Testigos dijeron que escucharon “llorar” a los perros que los dueños no pudieron subir a los autobuses de evacuación.

Hoy en día, estos animales tienen que sobrevivir en las condiciones salvajes de la zona. Un poco más afortunados son aquellos que habitan cerca de un puesto de control o de un café, ya que son alimentados por los trabajadores de la estación. Sin embargo, la expectativa de vida promedio de los perros en Prípiat es de 6 a 7 años.

Los voluntarios de la Fundación Caritativa Americana “Clean Future” intentan mejorar la vida de estos perros: los vacunan contra la rabia y el moquillo, y los esterilizan. Según la fundación, algunos hasta comenzaron a cruzarse con lobos, pero hasta ahora, las consecuencias de este proceso para la naturaleza son difíciles de predecir.

El moderno Prípiat es un modelo de un mundo sin humanos, y parece que a la naturaleza le va muy bien sin nuestra intervención. Los animales salvajes y los árboles están destruyendo los restos de la civilización, y, en un par de décadas, los rastros del hombre desaparecerán por completo. Para los especialistas, esta es una excelente oportunidad para estudiar raras especies de animales, y para la gente común es un recordatorio de que no somos los reyes de la naturaleza.

Tenemos que admitir que ver al oso y al siluro gigante nos erizó la piel. ¿Qué hay de ti? ¿Qué animal te impresionó más? Cuéntanos en la sección de comentarios.

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