Humor

Cuando se trata de atención al público, hay quienes adoran el trabajo y hay quienes sienten pavor de solo pensar en tratar con alguien. El problema es que existen algunos clientes que parecen necesitar poner a prueba la paciencia de los empleados sobrepasando todos los límites del sentido común. No es difícil comprender por qué algunas personas huyen de este tipo de empleos.

Cada persona es un mundo y, por lo general, eso suele estar bien. Pero hay ocasiones en las que recibimos visitas tan extrañas, con hábitos o comportamientos distintos a los nuestros, que nos hacen sentir anfitriones de seres ajenos a la estratosfera, o más bien, pertenecientes a una dimensión desconocida.

A veces una buena historia se arruina fácilmente cuando ocurren “coincidencias” que hacen que la trama se vea muy forzada. Como, por ejemplo, que el protagonista resulte ser el hijo perdido de un millonario con el que casualmente se reencontró. Sin embargo, en la vida real existen coincidencias tan alocadas que nos pueden demostrar que los escritores no exageran; más bien, se quedan cortos.

La frase “siéntete como en tu casa” puede llegar a ser un arma de doble filo. Cuando tenemos visitas, la idea es brindar un momento ameno para que la otra persona se sienta a gusto. Generalmente, no hay problema cuando son amigos de toda la vida o familiares, el problema está en aquellos que recién conocemos, que no saben las dinámicas de los anfitriones y que pueden ocasionar momentos incómodos o pequeños malentendidos.

Los niños exploran y descubren el mundo de maneras muy inesperadas, y a algunas de ellas solemos llamarlas travesuras. No siempre significan un dolor de cabeza intenso para los padres, pero en contadas ocasiones, pueden provocar un grito de susto de la madre, un completo desastre en el hogar o, peor, un interrogatorio despiadado para descubrir quién se comió los chocolates, que inevitablemente termina en castigo.

Aunque el término “selfie” surgió en un foro australiano de Internet en 2002, en realidad la primera fotografía tomada por sí mismo fue capturada por un químico aficionado llamado Robert Cornelius en 1839. Hoy estamos acostumbrados a tomar selfies en cualquier lugar y en cualquier momento del día, pero a veces nuestras fotos resultan menos asombrosas de lo que esperábamos.

Con el correr de los años, nos parece cada vez más que es imposible sorprendernos: ni con un contenedor de pintura que cayó de un camión a nuestro auto, ni con un inesperado “efecto secundario” de tener uñas largas. Sin embargo, de vez en cuando, el destino nos prepara algunos giros inesperados, que hacen que nuestra vida sea aún más interesante.

Uno espera que las visitas se comporten de la misma manera en que uno lo haría fuera. Sin embargo, esto no siempre sucede, ya que hay muchas reglas sociales no escritas que forman parte del “sentido común”. Pero lo cierto es que tal sentido no es el mismo para todos, y algunos lectores de Genial lo describieron perfectamente.

Nos deja una pareja y de repente nos convertimos en una tormenta de emociones. Muchos dicen que cada ruptura tiene fases: tristeza, enojo y aceptación. Seguramente todos estuvimos en la segunda etapa, lo suficientemente molestos como para hacer alguna locura. Hay situaciones que nos sobrepasan y tenemos reacciones extrañas, de las cuales algún día terminaremos riéndonos. Así es el caso de las historias a continuación.

Los hombres y las mujeres se comportan de distinta forma en situaciones similares, y el proceso de crianza de los hijos no es una excepción. Tanto las mamás como los papás tienen sus lados fuertes y débiles. Pero en ambos casos solo traen alegría y emociones conmovedoras.

Todos recordamos desde la infancia la sabia afirmación de que los secretos siempre se descubren tarde o temprano. Sin embargo, esto no evita que las personas guarden pequeños secretos o mentiras. Desafortunadamente, la verdad tiene la habilidad de salir a la luz en el momento más inoportuno, lo que a veces conduce a situaciones cómicas. Y en otras ocasiones, nos complica mucho la vida.

Puede que no creas en supersticiones y en presagios, pero a uno de ellos (el que dice que así como celebres las fiestas, pasarás todo el año) muchos de nosotros siempre lo tenemos presente. Probablemente sea por eso que solemos esforzarnos tanto para que todo salga bien durante la última semana del año. Sin embargo, en la vida real, al igual que en una mala película, las cosas pueden salir mucho peor de como se habían planeado.

La vida moderna parece venir envuelta en confort. Por momentos tenemos la ilusión de que todo está a nuestro alcance. Es que lo que hasta hace muy poco parecía ciencia ficción, hoy ya es posible. Sin embargo, aun en el auge de las nuevas tecnologías, a veces, las cosas más básicas pueden faltar o, simplemente, fallar. Un timbre que no funciona, una ventana sin cortinas, el amarre de un refrigerador roto... Problemas cotidianos que funcionan como un despertador para el ingenio humano.

Tener niños pequeños en casa puede ser una fuente inagotable de amor y diversión, pero sabemos que de igual manera no pueden faltar los desastres. A veces, las travesuras de los pequeños sobrepasan los límites de la paciencia y la tranquilidad de los papás, así que no queda más que reír y compartir los altibajos de la crianza con los demás.

Nuestro cerebro a menudo nos juega malas pasadas. Una de sus cosas favoritas es olvidar algo importante, y gracias a esto podemos encender la estufa e irnos, dejar los lentes en un lugar inapropiado o colocar el teléfono sobre el techo del coche y empezar a conducirlo.

Todos experimentamos fracasos, y nadie está a salvo de ellos. Pero una cosa es cuando algo ocurre por casualidad, y otra muy diferente cuando obras maestras tan extrañas como pantalones cortos del ancho de un cinturón, o un plato con hormigas son producto de la creatividad no solo de un diseñador, sino también del fabricante. ¡Esperamos que no se trate más que de un tipo singular de humor!

Hay personas que saben exprimir nuestra paciencia como si fuera jugo de limón, con tanta destreza que hasta parece talento. Y todo puede ser aún peor si quien nos saca de quicio no es otra que la persona con la que convivimos. Sí, los compañeros de piso pueden ser grandes amigos o generadores de canas verdes. Por eso te contaremos 18 historias de usuarios que, cuando se trata de soportar a sus complicados cohabitantes, merecen un premio a la paciencia.

Enviamos decenas de mensajes por WhatsApp todos los días y, entre ellos, a veces nacen verdaderas obras maestras del ingenio. Hoy reunimos para ti una serie de conversaciones que nos sacaron una sonrisa.

En la vida ocurren cambios pequeños y grandes constantemente. Y si solo notamos los llamativos, entonces los más mínimos (como que un desconocido bajó 100 kilógramos, o alguien sacó a pasear a su perro por primera vez después de varios años) pasan de largo. Pero definitivamente vale la pena detenerse por un minuto a observarlos.

Si te preguntaran: ¿en dónde se sirve la comida?, seguramente responderías “en un plato”. Pero quizás te sorprenderías al darte cuenta de que no todos piensan lo mismo. O al menos, no los chefs de algunos restaurantes, quienes a la hora de acercar sus exquisitas preparaciones a la mesa de los comensales, se ponen creativos y eligen todo tipo de objetos para presentarlas. Así es como las personas reciben atún en una paleta de pintor, tacos en una maceta con guijarros y aros de cebolla en un avión, entre muchas otras presentaciones.

Una vez al mes o una vez al año, probablemente todos visitamos una peluquería. Algunos de nosotros disfrutamos de estas visitas, mientras que para otros son un verdadero calvario. Pero a veces, durante un corte de pelo o una coloración aparentemente inofensiva, ocurren percances que no puedes contarles a tus amigos sin reírte.

La frustración nos rodea por todas partes. El marketing y la publicidad son infinitamente engañosos, las tiendas en línea son astutas, y algunas veces, nosotros mismos no cumplimos con nuestras propias excpectativas. Si tuviste un mal día, mira estos "afortunados" cuyas suposiciones y esperanzas no fueron justificadas ni un poquito.

Todas las parejas felices y fuertes alguna vez tuvieron que comenzar la relación, sentían vergüenza y, en general, se comportaban en presencia del otro de una manera muy diferente a la actual. Por ejemplo, muchas mujeres durante los primeros meses tenían miedo de aparecer ante su elegido sin maquillaje, o pasaban horas en la cocina para sorprender a su ser amado con un plato especial; los hombres, por su lado, no podían encontrar una postura cómoda para abrazar a su amada durante la noche, y pensaban que ellos eran los más fuertes y valientes de la pareja. Pero después de tan solo un año, todo cambió drásticamente. Miremos estas diferencias juntos.

Cuando alguien rayó tu sartén favorita. Cuando tenías el rompecabezas casi armado, y resultó que faltaba un fragmento. Cuando alguien ocupa dos asientos a la vez en el autobús... Hay muchas opciones de estos “cuando” que molestan a todos sin excepción. Prepárate, la selección de hoy pondrá a prueba tus nervios.