Animales

Los animales de raza no son un placer barato. ¿Vale la pena invertir cientos de dólares en el negocio de las mascotas, si puedes, no solo conseguir un amigo peludo gratis, sino también salvarlo de la eutanasia o de una vida sin hogar?

La Tierra está repleta de diversas especies, cada una con características que la hacen única, dándoles un papel irremplazable dentro de nuestro planeta. Sin embargo, muchas de estas particularidades solo son conocidas por algunos amantes de los animales.

¿Quién cuestionaría que las mascotas son una fuente de alegría y ternura infinita? Con frecuencia, nos divierten con sus comportamientos inusuales, sus despreocupaciones y torpezas. Sin embargo, la comida, el sueño y la diversión no es todo lo que les interesa. Y esto se confirma mejor con historias reales sobre el ingenio increíble que a veces muestran para la consecución de sus objetivos.

Tener una mascota significa nunca volver a caer en la rutina. Nuestros amigos de cuatro patas son especialistas en sorprendernos y siempre están enseñándonos algo nuevo. En ocasiones, hasta terminan por sacar a relucir su sentido de humor y llegan a hacernos algunas “bromitas” pesadas.

Elegir el perro adecuado para tu estilo de vida es crucial, sobre todo si es la primera vez que tienes un animal de compañía. Algunas razas, aunque innegablemente adorables, vienen acompañadas de retos únicos que pueden resultar abrumadores para los dueños principiantes. Ya sea por su elevado nivel de energía, su fuerte carácter o sus necesidades específicas de cuidados, algunos perros necesitan cuidadores experimentados para prosperar. Por ello, analizaremos ocho razas de perros que los propietarios primerizos deben evitar.

Las mascotas no son solo animalitos que comparten nuestro hogar con nosotros; son verdaderos miembros de nuestra familia y guardamos en nuestra memoria los recuerdos más entrañables vividos con ellos.

Algunas personas son reacias a convivir con animales y dicen que sus vidas son mucho más tranquilas al no tener que preocuparse por ellos. Sin embargo, eso que defienden con tanto énfasis puede quedar atrás cuando conocen a la mascota indicada, la que logra ganarse su corazón con su amor, ternura, curiosidad y compañía incondicional.

Es fácil pensar que nuestras mascotas son de otro mundo: a menudo protagonizan acciones inexplicablemente tontas, y si obedecen, lo hacen solo gracias al adiestramiento y seguimiento de las órdenes. Pero en realidad, no siempre sucede así. En ocasiones, muestran una comprensión tan profunda de la situación o un ingenio tan real que ni siquiera sus amos pueden entender de inmediato el curso de sus pensamientos.

No todas las personas tenemos una vista rápida, pero siempre podemos retarnos a ser más observadoras. También podemos divertirnos y resolver retos entretenidos, los cuales además desafían nuestra rapidez para encontrar pequeños detalles diferentes en diversas imágenes.

Su nombre es Aldo y es el primer perro en Ecuador que trabaja en una clínica odontológica, directamente con los pacientes. Su labor se ha vuelto viral, por las tiernas razones que hay detrás de su presencia en un consultorio odontológico llamado Parque Dental. Desde su incorporación al equipo, se ha convertido en una pieza fundamental de la experiencia de muchos de sus pacientes.

¿Quién podría negar que los animales a veces manipulan a las personas con una destreza sorprendente? Tanto las mascotas como los animales que encontramos en el parque son capaces de recordar qué comportamientos les resultan ventajosos. Esta colección de historias demuestra cómo los animales consiguen lo que quieren o utilizan su astucia al máximo.

No hay duda de que el vínculo entre un niño y su mascota es único. Tener un amigo peludo a su lado enseña a los niños responsabilidad, empatía y tolerancia. Además, los estudios sugieren que los niños obtienen más satisfacción de las relaciones con sus mascotas que con sus hermanos.

Una persona puede identificar fácilmente a un animal en una fotografía, y a veces solo tarda un par de segundos en hacerlo. Pero no todo el mundo puede reconocer a un animal por una sola parte de su cuerpo, por ejemplo, por la imagen de su nariz.

Desafortunadamente, la naturaleza no solo nos sorprende con hermosas criaturas, sino también con otras muy peligrosas que pueden estar esperando a una persona en los lugares más habituales y seguros. Por ejemplo, pocos saben que una mariquita común puede hacer daño o que para experimentar irritación en la piel basta con tocar el lugar por donde ha pasado una oruga peluche.

Puede ser emocionante ver a un perro desconocido en la calle. No importa si son pequeños o grandes, algunos no pueden evitar transmitir alegría y hermosura a donde van, tanta que en ocasiones no podemos resistir la tentación de acercarnos a acariciarlos. Sin embargo, si lo hacemos de manera incorrecta, podemos asustarlos y llevarnos una mala experiencia hasta con perros que son generalmente amigables.

Quien tiene un peludito, tiene un tesoro. Estos cariñosos seres, que a veces llegan a nuestras vidas por pura casualidad, nos regalan momentos únicos e inolvidables, en ocasiones incluso hasta difíciles de creer. Hoy, algunos de nuestros lectores compartieron con nosotros las situaciones más intensas, increíbles o divertidas que han vivido junto a sus mascotas.

Las mascotas ocupan un lugar muy especial no solo en nuestra vida diaria, sino también en las películas, los libros y las series que nos encantan. Muchos de nosotros crecimos mirando animaciones de Disney, y desde pequeños, más de un can de estas películas nos robó el corazón con su dulce mirada y comportamiento. Porque si algo podemos recordar de Disney es lo entrañables y carismáticos que son sus personajes.

Muy a menudo, notamos que nuestras mascotas comienzan a parecerse a nosotros. El psicólogo Sadahiko Nakajima reflexionó sobre la causa de este fenómeno. Y determinó que una persona inconscientemente elige para sí misma una mascota, que, por así decirlo, refleja su apariencia. Y con el tiempo, muchos peludos comienzan a copiar el comportamiento de su dueño, sin perder su originalidad.

Todo animal sin hogar sueña con el amor y con un dueño confiable que no lo abandone en las malas ni lo deje pasar hambre. Cuando estas mascotas encuentran un hogar y reciben su porción de cuidado, cambian más allá del reconocimiento, y esto se aplica no solo a la salud y a la apariencia, sino también a sus emociones y comportamiento.

Las calles y los refugios se llenan cada día de animales sin hogar. Pero algunas mascotas tienen la suerte de terminar en las manos de amigos de dos patas que las cuidan.

El comportamiento de las mascotas es impredecible, casi todos los propietarios suelen regañarlos por su mala conducta. Es cierto que a veces nos cuesta encontrar un lenguaje común con ellos, y otras veces parece que son criaturas de otro planeta. Pero es poco probable que alguien ponga en duda las capacidades mentales de su gato, perro o roedor.

A veces parece que las mascotas son bastante predecibles: se guían por el comportamiento de sus dueños, tratan de obedecer en nombre de la supervivencia e incluso, si alguna vez hacen travesuras, es por culpa de los instintos. Pero, de hecho, si observas más de cerca la rutina en las casas con mascotas, resulta que también “entrenan” con éxito a sus humanos y los obligan a seguir sus reglas, aunque los propios dueños no siempre se den cuenta de ello ni lo admitan.

No hace mucho tiempo, los científicos llegaron a la conclusión de que las mascotas prolongan la vida de una persona y también afectan positivamente su calidad. Por supuesto que, generalmente, las personas son las que deciden a quién adoptar: un gato, un perro o alguien más exótico. Sin embargo, hay casos en los que la elección la hace el animal.

Las mascotas suelen ser parte de nuestra familia. Hacemos todo por ellas y disfrutamos de verlas felices. Esta suele ser una relación recíproca, ya que ellas están ahí para nosotros cuando las necesitamos. En este caso, algunas personas tienen historias que enaltecen la figura de nuestros amigos de cuatro patas por su noble accionar cuando más los precisaban.