Vaya cómo se le dio la vuelta a Mc Donald´s con el hashtag
13 Campañas publicitarias que empañaron gravemente la reputación de las marcas y vaciaron su billetera
Se cree que la publicidad siempre se paga a sí misma. Al menos eso es lo que dicen los propios anunciantes cuando discuten el presupuesto de la campaña publicitaria con el cliente. Por desgracia, la historia del marketing conoce muchos ejemplos de cuando ideas que parecían ingeniosas, en la práctica resultaron ser fracasos aplastantes.
Genial.guru también presta atención a la publicidad exitosa y poco exitosa, por lo que averiguamos qué empresas tuvieron que darles explicaciones a sus clientes después de promociones particularmente originales y cuánto les costó esa aventura.
Problemas aritméticos
Una de las cadenas de comida rápida más exitosas, A&W, intentó competir con McDonald’s. La hamburguesa de ternera estándar de Big Mac pesa un cuarto de libra (113,4 gramos), mientras que A&W calculó que podían permitirse hacer chuletas que pesaran un tercio de libra (151 gramos) sin demasiada pérdida de costo, por lo que una hamburguesa con una mayor cantidad de carne costaría lo mismo que una Big Mac.
La gran campaña, lanzada en la década de 1980, fracasó estrepitosamente. Nadie compraba las hamburguesas de A&W y la gerencia no podía entender por qué. Resultó que el consumidor medio tenía dificultades con las fracciones. La hamburguesa de un cuarto de libra le parecía más rentable porque “bueno, 4 es más que 3, ¿verdad?”.
¿Un anuncio de helado o de una nueva película de terror?
“Imagina que estás dirigiendo una empresa canadiense de helados llamada ’Little Baby’s Ice Cream’. ¿Cuál es la mejor manera de vender tu empresa y tu helado? ¡Por supuesto que con buenos anuncios! Por ejemplo, gente feliz disfrutando de un helado en la playa o algo así.
Si tan solo hubiera sido así... Vi este video por primera vez a la edad de 13 años, y durante varias semanas tuve pesadillas. ¡El hombre que se come a sí mismo con una cuchara! Después de la campaña publicitaria las ventas de helados se desplomaron. ¿Por qué habrá sido?”. © Ciaran Love / Quora
50 000 cartas aterradoras
Fiat envió cartas de amor en papel rosa a las mujeres de España para llamar su atención. Como resultado, la publicidad se convirtió en la causa de una psicosis masiva. Las mujeres españolas pensaron que les estaba escribiendo algún maníaco. Las cartas contenían frases como “Me di cuenta con qué interés me mirabas”, “quiero estar contigo unos minutos”, “vamos de viaje juntos”.
La identidad del remitente se descubrió en la siguiente carta, que llegó 4 a 6 días después, pero para ese momento las mujeres ya estaban asustadas, trataban de no salir de su casa solas e incluso recurrieron a la policía. Las numerosas quejas obligaron a Fiat a detener la campaña.
Cambio de marca que costó de 50 millones USD
Durante años, los consumidores asociaron de manera inequívoca la marca Tropicana con una naranja de la que sobresale un popote. En 2009, Tropicana decidió rediseñar su empaque para darle un aspecto más “moderno”, gastó más de 35 millones USD en el cambio de marca y publicidad y envió el jugo a las tiendas.
Fue un desastre. Los clientes simplemente pasaban de largo frente al nuevo empaque y pensaban que su jugo favorito estaba agotado. Los ingresos de la empresa cayeron un 20 % y, como resultado, un mes después Tropicana se vio obligada a volver a la antigua opción de empaque. El experimento le costó a la empresa alrededor de 50 millones de dólares y permitió a sus competidores aumentar las ventas.
42 millones USD en cupones gratis
Para llamar la atención de los clientes, KFC comenzó a regalar cupones de pollo gratis. Desafortunadamente, la empresa lo anunció en el aire de uno de los programas más populares del país norteamericano: “El show de Oprah Winfrey”.
Se descargaron más de 10 millones de cupones desde el sitio web. La compañía perdió 42 millones de dólares y pasó vergüenza porque algunos de los compradores nunca pudieron obtener su almuerzo gratis, y KFC tuvo que disculparse tanto con sus clientes como con Oprah Winfrey.
Cómo hacerles publicidad a los competidores
El fabricante de baterías Energizer usó un conejo rosa en uno de sus anuncios. El video se hizo muy popular y las ganancias de la compañía se redujeron a la mitad. Por otro lado, las ganancias de su rival Duracell se duplicaron.
El hecho es que unos años antes Duracell usó un conejo rosa similar como mascota, y Energizer logró hacerle una buena publicidad a su competidor. Los espectadores pensaron que era un anuncio de Duracell.
Un auto barato que nadie quiso comprar
En 2008, el empresario indio Ratan Tata anunció el lanzamiento del proyecto “coche del pueblo”. El pequeño Tata Nano costaba solo 2 500 USD y, a primera vista, era una gran propuesta para la India, donde los ingresos son bajos. Sin embargo, en la práctica, las ventas del “coche del pueblo” resultaron estar lejos de lo esperado.
Aunque era un automóvil realmente bueno, Ratan Tata no tuvo en cuenta que en India un automóvil es un símbolo de cierto estatus, y era como si cada comprador de Tata Nano admitiera su pobreza ante sus vecinos. Como resultado, los indios prefirieron comprar una motocicleta cara en lugar de un automóvil barato.
Pizza gratis para siempre
La cadena de pizzerías Domino’s prometió un suministro de pizza de por vida a los fanáticos que se atrevieran a hacerse un tatuaje con el logotipo de la pizzería. Según el plan, se suponía que la promoción duraría 2 meses, pero se interrumpió después de solo 5 días: demasiadas personas decidieron que era una oferta demasiado buena para ser ignorada.
La compañía tuvo que emitir un mensaje urgente que decía que solo los primeros 350 participantes recibirían cupones de pizza gratis e instó a otros a cancelar su visita al salón de tatuajes. En serio, ¿a quién no le encanta la pizza?
Un pequeño error
La publicidad de Pepsi en Filipinas iba muy bien gracias a una promoción que incluía premios en efectivo. El código del premio estaba impreso debajo de la tapa y la recompensa variaba entre 4 000 USD y 40 000 USD. Para cuando todo salió mal, ya se habían sorteado 17 grandes premios.
Un día, la empresa anunció que el código para recibir el premio mayor era 349. Lamentablemente, debido a un error técnico, se pusieron a la venta más de 800 mil botellas con este código. Si la empresa hubiera pagado a todos los ganadores la cantidad prometida, habría perdido alrededor de 32 mil millones USD. Pepsi tuvo que anunciar que los propietarios de las tapas con el número 349 recibirían premios de consolación, e incluso eso le costó a los organizadores casi 9 millones USD, mientras que el presupuesto inicial de la campaña era de alrededor de 2 millones USD. Las pérdidas de reputación fueron terribles, y muchos de los que contaban con recibir el premio mayor iniciaron acciones judiciales.
Premios en las latas
A principios de la década de 1990, Coca-Cola inventó una lata especial con un mecanismo llamado MagiCan. Coca-Cola quiso complacer a sus fanáticos con premios, pero perdió 100 millones USD, y muchos decidieron que habían querido envenenarlos. En lugar de la bebida, las latas MagiCan contenían un dispositivo con resorte que expulsaba un billete enrollado cuando se abría la lata. Para que fuera imposible distinguir la lata ganadora por su peso, se vertía agua clorada dentro. Para el caso de que el mecanismo no funcionara y el comprador decidiera tomar un sorbo, se agregó al agua un químico que olía a huevos podridos.
Solo que nadie informó esto a los compradores, y las latas MagiCan no eran en nada diferentes de las latas comunes. Como resultado, la empresa recibió numerosas quejas sobre la bebida maloliente y premios estropeados y algunos clientes terminaron en el hospital. La campaña costó 100 millones USD y se detuvo 3 semanas después de haber comenzado.
Body shaming con botellas
Dove es conocida por promover la “verdadera belleza”. Una vez, en el marco de este concepto, Dove lanzó jabón líquido en frascos de diferentes formas, buscando mostrar que el ideal no existe y que cualquier cuerpo es bello.
La campaña resultó ser un fracaso, porque las clientas comenzaron inconscientemente a buscar un frasco que correspondiera a su físico, y ¿a quién le gustaría estar en la caja con un frasco de jabón corto y ancho? Como resultado, esto hizo que las mujeres se sintieran avergonzadas de sus cuerpos, es decir, el efecto de la campaña fue exactamente opuesto al pretendido.
Café gratis para ricos y famosos
Cuando el príncipe Harry y su esposa Meghan tomaron la decisión de renunciar a su condición de miembros de alto rango de la familia real y se mudaron a Canadá, la cadena local de café Tim Hortons vio una gran oportunidad para publicitar sus servicios. La empresa publicó en su Twitter oficial: “Meghan y Harry, no es que insistamos, pero si deciden quedarse en Canadá, les proporcionaremos café gratis de por vida”.
Se suponía que era gracioso, pero la compañía recibió un montón de comentarios negativos en las redes sociales con respecto a la política de manejo del personal de la empresa. “Están ofreciendo café gratis a personas que pueden permitirse comprar su empresa entera, y sus propios empleados no siempre tienen suficiente dinero para pagar alquilar. ¿No ven ninguna contradicción?”.
Las redes sociales pueden ser impredecibles
La imprevisibilidad de las redes sociales ha afectado a muchas grandes corporaciones que intentan entablar amistad con los usuarios. Por ejemplo, McDonald’s una vez pagó por la promoción del hashtag McDStories en Twitter, con la esperanza de recopilar historias conmovedoras y sentidas sobre la Cajita Feliz.
La campaña publicitaria tuvo que detenerse apenas 2 horas después porque, en lugar de las esperadas historias inspiradoras, los usuarios comenzaron a compartir todo lo que no les gustaba de la cadena de restaurantes de comida rápida. La fresa del pastel fueron las revelaciones de los ex empleados de McDonald’s, que narraron secretos de los restaurantes.
Cuéntanos, ¿qué ideas de los anunciantes te parecieron un fracaso?
Comentarios
Muy malo el anuncio del helado
¿En qué estaban pensando los publicistas?
Impresionante el alcance de los cupones gratis de KFC
Las pérdidas son altísimas