10 Pruebas de que los cambios en la moda son más impredecibles que el clima
Además de servir para cubrir el cuerpo, la ropa también es una forma de expresión. A lo largo de la historia, las tendencias han demostrado que en la moda, lo único constante es el cambio. Desde la ropa victoriana voluminosa hasta los pantalones de campana de los setenta, hemos visto cómo la humanidad se ha vestido de mil formas distintas, y a veces incluso resulta difícil creer que hubo un tiempo en el que usar un sombrero era obligatorio y que ciertos pantalones famosos solo eran usados por los rebeldes sin causa.
1. Los vestidos negros eran exclusivos para el luto
Si bien ahora el vestido negro es sinónimo de elegancia gracias a Coco Chanel, o bien, un guiño a la venganza después de una traición, como en el caso de lady Di, esta prenda, antes de los años veinte, estaba reservada exclusivamente para el luto.
Por ejemplo, durante el siglo XIX, las mujeres inglesas y francesas debían vestir trajes negros y pesados, y velos del mismo color durante cuatro años después de sufrir una pérdida. A diferencia de ahora, dejar de usar estas prendas antes de tiempo era considerado una falta de respeto.
2. En Corea del Sur había una “policía de la moda”
Puede que ahora sea común ver a las artistas coreanas mostrando con libertad sus piernas, pero en la década de los setenta, la llamada “policía de la moda” patrullaba las calles midiendo el largo de las faldas de las mujeres. Una prenda muy corta podía ser motivo de arresto o multa. Además, estos mismos oficiales podían detener a los hombres que llevaban el cabello largo.
3. El color rosa no siempre fue considerado femenino
¿Quién no ha visto los famosos videos de revelación de sexo donde los colores rosa y azul indican si el bebé será niño o niña? Sin embargo, hace menos de 100 años, la norma era diferente. Un catálogo de ropa infantil de 1918 lo explicaba así:
“La regla generalmente aceptada es rosa para los niños y azul para las niñas. La razón es que el rosa, al ser un color más decidido y fuerte, es más adecuado para el varón, mientras que el azul, que es más delicado y refinado, es más bonito para la niña”. Fue hasta la década de 1940 cuando se invirtieron los roles.
4. El brasier no era como lo conocemos
Hoy para quienes usar sostén es bastante incómodo, pero antes lo era mucho más. El primer brasier se usó en la Antigua Grecia, donde las mujeres envolvían su pecho con una banda de lino. Después, apareció el famoso corsé, que, además de moldear el cuerpo, ofrecía soporte en el pecho.
Fue hasta 1914 cuando una chica, mientras se alistaba para un baile, notó que su corsé se veía a través del vestido. Para arreglarlo, decidió no usar la faja y coserle dos pañuelos y un listón rosa a la prenda, formando así lo que podríamos llamar el primer brasier moderno. Al verla bailar tan libremente, otras muchachas se interesaron en conseguir ese producto tan revolucionario.
5. Los tacones tenían un propósito en la vestimenta masculina
Los jinetes persas se dieron cuenta de que los zapatos de tacón los ayudaban a mantener los pies en los estribos y les daban más estabilidad a la hora de disparar sus arcos. Dado que poseer un caballo era símbolo de riqueza, que un hombre usara un calzado de este tipo llegó a ser sinónimo de poder.
Por ello, la moda masculina del siglo XVII se centraba en enfatizar las piernas a través del uso de tacones altos, medias ajustadas de colores y pantalones cortos.
6. Los sombreros eran obligatorios
Debido a las películas de época, puede que estemos acostumbrados a la imagen de los varones luciendo muy elegantes con un sombrero. Si bien en el siglo XXI usar esta pieza es mera decisión de estilo, en la antigua Inglaterra, durante el reinado de la reina Isabel I, todos los varones mayores de seis años, excepto los miembros de la nobleza, debían usar gorros de lana los domingos y los días festivos.
7. Los tenis eran un calzado casi exclusivo para el deporte
A finales del siglo XVIII, las personas usaban unos zapatos de lona con una suela de goma que ni siquiera tenía una forma especial para el pie izquierdo y el derecho. Con la idea de crear un calzado más cómodo, surgieron los primeros tenis, los cuales fueron llamados “tenis deportivos” debido a que eran muy silenciosos.
Durante la primera mitad del siglo XX, los tenis se usaban exclusivamente para hacer deporte, hasta que en los años 50, los más jóvenes, algunos inspirados por la película Rebelde sin causa, comenzaron a utilizarlos en el día a día.
8. Los velos de novia debían simular una llama
Los romanos creían que los espíritus malignos molestaban a las novias rumbo al altar. Por ello, las mujeres comenzaron a usar velos para ocultar su identidad y protegerse de tales entes. Estos eran conocidos como flammeum, por su color parecido al de una llama, y simbolizaban la intención de la pareja de estar casada por el resto de sus vidas.
En el siglo XVIII, los velos fueron sustituidos por las tiaras y otros adornos en la cabeza, hasta que en 1840, la boda de la reina Victoria volvió a popularizar el velo y el color blanco entre las mujeres ricas. Apenas el siglo pasado, este accesorio se extendió como una tradición en todos los niveles económicos, lo que dejó en el olvido el propósito inicial de los romanos.
9. Solo los rebeldes usaban pantalones de mezclilla
En los años 50, la que podríamos considerar la prenda más popular del mundo en la actualidad era vista como una señal de rebeldía, por lo que fue prohibida en ciertas escuelas, teatros y restaurantes. Sin embargo, actores como Marlon Brando y James Dean popularizaron la imagen del ídolo adolescente vestido con mezclilla. Por otra parte, los cantantes de rock también se encargaron de mostrar que esta prenda era cool, por lo que su popularidad creció entre los jóvenes.
10. Las personas elegían el color de la ropa según su clase social
En la época medieval, el costo del tinte era muy elevado. Por eso, el color de las prendas era un reflejo del estatus social de una persona. Por ejemplo, el color rojo, que se obtenía de los insectos del género Kermes, solía ser usado por la gente de clase alta y la nobleza, a diferencia de los campesinos, quienes generalmente utilizaban ropa sin teñir y en tonos neutros.