10 Mujeres que desafiaron las normas para que los deportes fueran más igualitarios
Mucho camino queda aún por recorrer para que podamos hablar de igualdad e inclusión en el mundo de los deportes. Aunque cabe destacar que, pasito a pasito, se han ido logrando grandes cambios y mejoras. Muchos de ellos impulsados por mujeres seguras de sí mismas y de sus ideales que no dudaron en defender a capa y espada lo que creían correcto, aprovechando su imagen deportiva para hacerlo. Hoy te contamos algunas de sus maravillosas historias.
¿Cuál es tu deporte favorito? ¿Qué es lo que más te gusta de él?
1. Merlene Ottey
Debutó en los Juegos Olímpicos de 1980 y desde entonces fue imparable. Acumuló victorias, medallas y estableció nuevos récords. Su última participación fue en 2012, a la edad de 52 años, siendo parte un equipo de cuatro en el que sus tres compañeras eran veinteañeras. Gracias a deportistas como ella, jóvenes de espíritu y con ganas de seguir superándose, se iniciaron nuevos estudios respecto a las edades de los deportistas de alto rendimiento.
De la misma manera en que el ritmo de vida ya no es el mismo que antes —ni la alimentación, la forma de entrenar o la medicina—, los estudios demostraron que la edad de los deportistas élite también está comenzando a cambiar. Los deportistas actuales tienen un rendimiento mayor que los de antes, incluso a edades superiores.
2. Nike Lorenz
Durante los Juegos Olímpicos de Tokio, pudimos ver a Nike Lorenz, la capitana del equipo de hockey femenino alemán, luciendo en su tobillo una banda con los colores del arcoíris. Es reglamentario que los capitanes lleven una banda en sus brazos o tobillos para poder ser distinguidos rápidamente entre los jugadores, pero no exhibiendo esos colores. Este acto no solo fue premeditado, la deportista también tuvo que pedir permiso a la organización, planteando su solicitud a un comité deportivo.
Este arcoíris simboliza la diversidad de su equipo y los valores que ella y sus compañeras defienden. Su intención común mostrándolo al mundo era dar apoyo al movimiento LGBTQ+, el respeto a la diversidad y la inclusión. “Los atletas somos humanos reales y tenemos opiniones. Mientras hacemos deporte, merecemos poder ser los humanos que somos”, declaró tras conocer la respuesta favorable a su petición.
3. El equipo noruego de handball femenino
El equipo femenino de handball de playa de Noruega llegó a ser multado por la federación europea por negarse a jugar en bikini. Para la categoría masculina, la normativa establece que deben usar pantalones cortos no demasiado holgados y de un largo a 10 centímetros de la rodilla, mientras que las mujeres deben usar calzones de bikini con un ancho de no más de 10 centímetros, ceñidos y “escotados”.
Sin embargo, este equipo optó por saltarse las reglas en pos de no prestarse a la sexualización de su deporte y defender su comodidad, prefiriendo usar mallas cortas. Por ello, fueron sancionadas con una multa de 176 dólares por jugadora, sumando en total 1766 dólares de penalización. Esta decisión indignó a muchos seguidores de este deporte, entre ellos, la cantante estadounidense Pink, quien, tras hacer público su descontento en redes, se ofreció a pagar la sanción en su totalidad.
4. Las seis árbitros de la Copa Mundial de la FIFA 2022
Hicieron falta nada más y nada menos que 21 mundiales, celebrados a lo largo de casi un siglo, para que la organización de este internacional evento comenzara a incluir en sus partidos presencia femenina. Así, en este último mundial llevado a cabo en Catar pudimos ver cómo cambiaba el curso de la historia con la participación de seis mujeres árbitro.
La francesa Stéphanie Frappart fue la primera en saltar al césped arbitrando el partido entre Costa Rica y Alemania. “Soy como un modelo a seguir para las mujeres árbitro, pero creo que también inspiró a las mujeres en la sociedad o las empresas a asumir cada vez más responsabilidades”, declaró al respecto.
5. Kathrine Switzer
Kathrine Switzer fue otra de las féminas que marcó un antes y un después al correr de forma oficial la maratón de Boston de 1967, cuando esta estaba aún reservada únicamente para los hombres. En aquel entonces, el que las mujeres practicaran deportes estaba mal visto socialmente; se creía que eran frágiles, débiles y que los deportes intensos podrían ser perjudiciales para ellas. Pero Kathrine amaba correr y llevaba tiempo entrenando y preparándose, por eso se inscribió en la carrera.
Lo hizo con sus iniciales, K. V. Switzer, por lo cual la organización pasó por alto que era una mujer hasta que la vieron corriendo en la pista. Tanto corredores como miembros de la organización intentaron detenerla. Tiraban de sus brazos y ropa, pero ella logró soltarse y completar el circuito. Tiempo después, contó que su motivación para seguir fue este pensamiento: “Tengo que terminar esta carrera, porque si no termino, nadie va a creer que las mujeres podemos hacerlo y que merecemos estar aquí”.
6. El equipo Egipcio femenino de voleibol
Durante los Juegos Olímpicos de Brasil 2016, Egipto se estrenaba en voleibol de playa femenino. Las chicas del equipo se presentaron vistiendo mangas largas y pantalones largos frente a los tradicionales bikinis de sus oponentes. Una de ellas, además, llevaba su pelo cubierto en respeto a su religión. La organización les dio el visto bueno para ir uniformadas así; de no haberlo tenido, no habrían participado.
No ganaron, pero se llevaron una ovación del público, que sin ser egipcio, coreó: “¡Egipto! ¡Egipto!”. El uso del velo ha dejado a muchas deportistas fuera de competiciones, incluso en los países árabes; por eso, Doaa Elghobashy dijo: “Si quieres un deporte verdaderamente competitivo, tienes que abrir la puerta a todos. Dale a cada uno su espacio para vestirse como quiera para que puedan mostrar sus talentos en lugar de obligarlos a hacer algo en lo que no creen y no aceptan. Al final, cada uno proviene de una cultura diferente y todos merecemos ser aceptados”.
7. Serena Williams
Serena Williams volvió a los campos de tenis tras su baja por maternidad luciendo un hermoso overol negro en lugar de las habituales faldas cortas que suelen usar las tenistas. En declaraciones posteriores, la madre primeriza contó que su postparto no estaba siendo sencillo y que vestida de la manera tradicional no se habría sentido cómoda ni segura. Muchos aclamaron su iniciativa y la apoyaron.
En cambio, el comité organizador, aunque no tomó medidas en su contra, le prohibió terminantemente volver a participar vistiendo de forma similar. La marca deportiva Nike, a quien pertenecía el diseño, compartió públicamente su apoyo a la tenista con un potente post en sus redes que decía: “Puedes quitarle al superhéroe su disfraz, pero nunca podrás quitarle sus superpoderes”, acompañado de una foto de Serena enfundada en su overol negro en pleno partido.
8. Alice Coachman
Alice Coachman fue la primera deportista femenina de color en llevarse una medalla de oro en las olimpiadas, a la vez que establecía un nuevo récord olímpico en la categoría de salto de altura. Por aquel entonces, la discriminación racial seguía aún muy latente, y aunque no fue fácil para esta deportista llegar al podio, era innegable que se lo merecía, ya que había destacado totalmente en todas sus pruebas.
A su regreso a casa tras la victoria, la ciudad le organizó un gran evento de bienvenida y celebración. Los asistentes fueron separados “por colores” desde las puertas de entrada hasta los asientos, y el alcalde, máxima autoridad y “de piel blanca”, aunque se sentó en el escenario junto a la campeona, se negó a estrecharle la mano.
9. El equipo alemán de gimnasia rítmica
Si bien no hay ninguna norma expresa en gimnasia artística que impida que las mujeres usen mallas de cuerpo entero, las mallas clásicas —muy ajustadas y con las piernas descubiertas— han sido el atuendo más usado por las representantes de este deporte por años.
Estos uniformes, además de dejar poco a la imaginación, pueden llegar a ser incómodos al realizar ciertos movimientos, dejando ver, en muchos casos, más de lo que a las atletas les gustaría. Por eso, las gimnastas alemanas decidieron cubrirse con mallas de cuerpo entero, y de esa forma defender su comodidad y su libertad de elección, a la vez que mostrar su oposición a la sexualización en la gimnasia.
10. Ana “Veleta” Carmona Ruiz
Ana Carmona Ruiz, más conocida como “Veleta”, fue una mediocampista española que durante años se travistió para poder jugar al fútbol. Su carrera comenzó ayudando al masajista de su equipo y lavando las equipaciones de los jugadores. Cuando se quedaba sola en el campo, entrenaba imitando los movimientos que veía. Sus entrenamientos privados dieron frutos y consiguió entrar al equipo como suplente, en caso de que algún otro jugador estuviera de baja.
Llevaba el cabello corto o lo recogía dentro de una boina, se vendaba el pecho y se vestía con ropa holgada para disimular su figura femenina. Su gran talento con el balón la ayudó a ganarse rápidamente el cariño, no solo de la afición, sino también de sus compañeros de equipo, muchos de los cuales sabían su secreto y la ayudaban a encubrirlo. Entraba al estadio como una mujer y salía a la cancha como un hombre. Al ser descubierta, sufrió un gran acoso social y tuvo que abandonar el equipo. Tras su fallecimiento, fue enterrada con la camiseta de su equipo, el Sporting de Málaga.