“¿Tener un bebé a los 40? ¿Estás loca o qué?”, “¿Ya tienes 35 y todavía no tienes una vivienda propia?”, “¿Pero de qué te cansas en el trabajo? ¡No estás descargando camiones!”. Estas y otras frases similares las han oído muchas personas a lo largo de su vida y, sin duda, les han molestado bastante. Alguna gente, por desgracia, olvida que todo el mundo tiene derecho a elegir cómo vivir, cómo ser y a qué dedicarse. Y nadie está obligado a dar explicaciones por estas cosas.
1. Comparar prioridades o logros no es una buena idea. Cada uno tiene su propio camino y ritmo en la vida
2. Una mujer tiene derecho a decidir cuándo tener un hijo y no tiene por qué justificar su elección, ni siquiera ante los médicos
3. Las mujeres tienen formas y tamaños diferentes, y todas son bellas. Nadie debe juzgarlas por su aspecto
4. La gente tiene gustos y preferencias diferentes en lo que se refiere a la comida, y eso está bien. No hay por qué criticar lo que otra persona elige comer
5. Los padres merecen descansar y relajarse. Y algunas personas deberían ocuparse de sus propios asuntos y no interferir en el estilo de crianza de los demás
6. Las familias tienen formas diferentes de gestionar sus finanzas. Algunas personas prefieren pagar solo sus propios gastos, mientras que otras se sienten felices con cubrir los de un grupo numeroso
7. La forma en que nace un niño no determina el “valor” de la madre. En cualquier caso, su trabajo es valioso
8. Es normal tener limitaciones o miedos. Lo peor es culpabilizar a los demás por ello
9. Los adultos no deberían tener que disculparse por tener la posibilidad de delegar tareas que no disfrutan haciendo ellos mismos
10. El trabajo mental también puede ser agotador y no hay que subestimarlo en comparación con el trabajo físico
11. No hay que preocuparse por el ritmo de desarrollo del niño si los médicos dicen que todo es normal. Cada niño es único y crece a su propio ritmo
No siempre puedes librarte de preguntas y discusiones incómodas, sobre todo si tu opinión difiere de la de la mayoría. Es inevitable que alguien te dé su opinión, aconseje o critique. Lo único que puedes hacer es defenderte con dignidad y un poco de ironía.