12 Casos en que los diseñadores de vestuario de las películas metieron la pata, pero los espectadores lo notaron enseguida

Curiosidades
hace 3 años

A menudo, en las cintas históricas vemos atuendos que nada tienen que ver con la época que se muestra en ellas. Pero el punto no está en absoluto en la negligencia de los artistas. En la mayoría de los casos, los creadores hacen esos sacrificios deliberadamente para que la obra sea más expresiva. Porque, además de ser coherente con la época, el traje debe enfatizar las ventajas de los actores, encajar en el concepto general de la película y ser comprensible para el espectador moderno. Si el equipo de filmación logra hacer frente a todas estas tareas, entonces la cinta simplemente está condenada al éxito.

Genial.guru quedó fascinado con los vívidos ejemplos de cómo la estilización libre de vestuario ayudó a los cineastas a crear verdaderas obras maestras y a ganarse los corazones de más de una generación de espectadores.

Elizabeth: la edad de oro

Los realizadores cometieron una serie de inexactitudes históricas. Isabel I era una gran fanática de los encajes caros, piedras preciosas e intrincados bordados. Pero para que esta belleza no distrajera de la trama, los diseñadores de vestuario redujeron deliberadamente la decoración de los atuendos al mínimo. Y la textura y el color ayudaron a resaltar la figura de la reina entre los demás héroes. Como resultado, la mandataria apareció en pantalla con vestidos de una rica paleta de colores en lugar de sus habituales trajes descoloridos.

Además, los trajes de la reina fueron privados del verdugado, un marco ancho y plano que se usaba debajo de un vestido para darle la forma de una copa de cristal invertida, y que era parte integral de cualquier atuendo de una dama noble de esos años. En la película, la silueta de Cate Blanchett es estilizada y suave, sin los hombros hipertrofiados característicos de esa época. Pero las interpretaciones libres de la vestimenta histórica no impidieron que los artistas crearan una imagen convincente y recibieran un Óscar al mejor vestuario.

El Gran Gatsby

Los trajes de hombre que se mostraron en la película eran muy auténticos, pero la ropa de mujer sufrió cambios significativos bajo la mano ligera de la diseñadora Miuccia Prada. En lugar de vestidos rectos y sueltos, populares en la década de 1920, el espectador vio en la pantalla trajes ajustados, escotes en forma de V y espaldas cerradas.

Otra libertad que se tomaron los diseñadores de vestuario fueron los accesorios modernizados: medias ajustadas y zapatos de talón abierto con tacones de aguja. Pero la película no sufrió daños por eso; por el contrario, la ropa de los personajes femeninos le dio al filme un encanto especial.

La otra reina

Los artistas de esta película, al igual que los creadores de Elizabeth: la edad de oro, tuvieron que abandonar el uso del verdugado. En cambio, para agregar volumen a los conjuntos se recurrió al miriñaque, lo que les dio a las prendas la forma abovedada característica de los vestidos de siglos posteriores.

Además, la innovación del equipo fue el color verde, inusual para la época Tudor. Hasta el siglo XIX, para obtener ese tono, los trabajadores textiles usaban 2 tintes: azul y amarillo. Debido a eso, la calidad del teñido dejaba mucho que desear. Por lo tanto, Ana casi no tenía la oportunidad de hacer alarde de un tono esmeralda tan lujoso en sus atuendos. Sin embargo, ese color se convirtió en el principal adorno de la película.

Las dos reinas

La historia tiene lugar en el siglo XVI, pero la mayoría de los trajes están hechos de mezclilla, que no se inventó hasta el siglo XIX. Según la diseñadora de vestuario Alexandra Byrne, los personajes comenzaron a verse más atractivos y comprensibles para el espectador moderno con ropa hecha de tela vaquera resistente. El material inusual para la época trajo una parte de rebeldía creativa al período isabelino, y el drama histórico comenzó a resplandecer con colores frescos.

Shakespeare apasionado

La trama de la película es completamente inventada, pero la acción se desarrolla en torno a una persona histórica real en un período específico: la época isabelina. Sin embargo, para que la ropa no obstaculizara el movimiento ni distrajera la atención de lo que sucedía con la protagonista, los diseñadores de vestuario simplificaron los atuendos auténticos y minimizaron la rica decoración, popular en ese momento.

También se modificaron los trajes de los hombres. En el estudio de cine temían que los personajes se vieran ridículos con mallas de punto, por lo que tuvieron que alargar sus pantalones. Como resultado, el espectador vio un hermoso melodrama de disfraces que no tenía nada que ver con la historia. Pero parece que todos quedaron felices igualmente.

Mujercitas

Esta es la historia de las cuatro hermanas March. La acción tiene lugar durante el reinado de la reina Victoria, cuando los pantalones holgados, una enagua, un aro y un corsé eran atributos obligatorios del guardarropa de toda dama. Pero para poder transmitir mejor el carácter de cada una de las heroínas, los diseñadores despojaron a las imágenes de Beth y Jo de algunos de estos elementos. Jo usa un chaleco de hombre en lugar de un corsé, mientras que Beth se viste sin crinolina.

Cleopatra

Vestidos entallados, bustiers, zapatos con tacones, abundancia de lentejuelas, materiales sintéticos y un peinado “colmena”: hay tantos detalles en la película que no corresponden a la época que la lista es interminable.

Pero curiosamente, el glamur y la elegancia de los años 60 no arruinaron la película. Por el contrario, gracias al colosal trabajo de los diseñadores de vestuario, el espectador vio una imagen monumental en la que solo el personaje de Cleopatra cambió 38 atuendos (¡y en total fueron planeados 65!).

La feria de las vanidades

La película está ambientada en la Inglaterra del siglo XIX, cuando los colores pastel apagados reinaban en la moda y los tonos brillantes se usaban como acento. Pero los diseñadores de vestuario invirtieron los cánones de la época. A lo largo de toda la cinta, vemos a la protagonista con atuendos de colores jugosos y brillantes. Y cuanto más asciende en la escala social, tanto más rica se vuelve su ropa. Por lo tanto, gracias al enfoque no estándar de los artistas, los trajes pasaron de ser simples atuendos a una herramienta que enfatizó la personalidad y las crecientes ambiciones del personaje.

Amor prohibido

La protagonista aparece ante el espectador revoloteando como una ninfa tierna y frágil. Este efecto se consigue con colores pastel, tejidos ligeros y mangas fluidas.

Pero lo cierto es que en la Venecia del siglo XVI, época en la que la trama despliega la acción de la película, las damas, incluidas las cortesanas, llevaban un corsé metálico sobre la camisa interior. Esto las hacía parecer mucho más grandes de lo que realmente eran. No había ni un atisbo de una figura agraciada.

Tampoco estaba de moda la vasca, elemento que está presente en casi todos los atuendos de la heroína. Sin embargo, hay que rendir homenaje a los realizadores: el deseo de modernizar la película no la estropeó, sino que, por el contrario, le dio una ligereza y un romance que no se hubieran conseguido con un vestuario históricamente correcto.

Anna Karenina

La acción de la novela Anna Karenina tiene lugar en los años 70 del siglo XIX. En consecuencia, la película debería mostrar los trajes de la época correspondiente: vestidos con polisón, accesorios con una rica decoración en forma de numerosos pliegues, flecos y volantes.

Pero contrariamente a la realidad histórica, los creadores tomaron como base la colección de alta costura de los años 50 y pusieron la silueta en primer plano. Como resultado, en lugar de atuendos con abundancia de decoraciones, el espectador vio vestidos con una crinolina que no estaban cargados de detalles innecesarios.

Además, en los bailes, las damas no tenían guantes, y bailar sin ellos se consideraba el colmo de la indecencia. Estos solo podían quitarse mientras se comía, se tocaba música o se jugaba a las cartas.

Baile caliente

El personaje de Jennifer Grey conquistó a todos con sus pantalones cortos de mezclilla de cintura alta. Sin embargo, los diseñadores de vestuario no tuvieron en cuenta que, en los años 60, que es cuando se desarrollan los eventos de la película, no se hacía ropa casual y de moda con este tipo de tela. En ese momento, la mezclilla solo se usaba para trabajos pesados ​​y sucios, no para lucirse.

Orgullo y prejuicio

Los trajes que usa el personaje de Keira Knightley son casi impecables en términos de historia. Sin embargo, con los zapatos no todo es tan perfecto: muchas tomas muestran a Elizabeth llevando botas de goma Wellington, que se inventaron 40 años después de la época en la que transcurre la acción de la novela de Jane Austen.

Cuando ves películas, ¿prestas atención a los atuendos? ¿Crees que es aceptable sacrificar la autenticidad por la expresión artística de una película?

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