12 Verdades reveladas detrás de mitos clásicos que nos decían papá y mamá cuando éramos niños
En la niñez, muchos de nosotros somos muy traviesos y desobedientes, lo cual es muy normal en esa etapa de la vida. Debido a ello, algunas mamás se las tienen que ingeniar para que sus pequeños les hagan caso, y acuden a frases clásicas que seguramente ellas también escucharon cuando crecían, y ahora las aplican con sus propios hijos con tal de que obedezcan y cumplan con las reglas de la casa.
En Genial.guru traemos para ti algunas de las frases que más escuchamos de nuestras mamás en la infancia y la explicación de expertos que desmienten esas mentirillas piadosas.
1. “Si te tragas un chicle, se te puede pegar en el estómago”
Sin duda alguna, los chicles son una de las golosinas preferidas de chicos y grandes. Son tan dulces y suaves, que nadie puede resistirse a su sabor, además de lo divertido que resulta hacer bombas con estos y explotarlas en la boca. Sin embargo, a muchas mamás no les gusta esto, ya que se tiene la creencia de que podrían pegarse en el estómago y traer consecuencias graves.
La buena noticia es que no pasa nada si los ingerimos por accidente, ni vivirán siete años pegados en el estómago como se cree. Solo pasarán por el sistema digestivo hasta expulsarse casi intactos, pero lo mejor es no consumirlos en exceso.
2. “Si tomas mucha vitamina C no te enfermas de gripe”
Este es un clásico, sobre todo en época de invierno, cuando los resfriados son más comunes. Lamentablemente, para muchos que crecimos con esta creencia, e incluso todavía la tenemos, es que se trata de un mito. Todo empezó cuando el Dr. Linus Pauling, dos veces ganador del premio Nobel, afirmó que altas dosis de esta vitamina previenen el resfriado común. Sin embargo, estudios revelaron que no hay evidencia suficiente que respalde lo dicho por el bioquímico.
3. “No puedes bañarte hasta que hagas digestión”
Otra frase que nos asustó a más de uno, de pequeños. Resulta que aún se sostiene la creencia de que después de comer, deberíamos esperar dos horas para hacer digestión antes de meternos a bañar. De lo contrario, nos podríamos desmayar o vomitar y nadie querría eso. La buena noticia es que esto es un mito, ya que no pasa nada si nos metemos a bañar al terminar nuestros alimentos. Lo que podría causar un verdadero problema, como una baja en la presión arterial, es someter el cuerpo a un cambio muy brusco de temperatura, pero esto nada tendría que ver con haber comido antes.
4. “Te vas a quedar ciego de ver la tele tan cerca”
Todos lo hicimos. Pasaban nuestra caricatura favorita y de inmediato nos acercábamos a la caja mágica a disfrutar de nuestro programa. Lo único que nos hacía retroceder, era la advertencia de mamá o papá diciendo que nos quedaríamos ciegos si no nos quitábamos de ahí. No quedaba opción que resignarnos y alejarnos, por miedo a perder nuestra valiosa vista.
Este mito surgió en 1967, cuando General Electric informó que sus televisores emitían un exceso de rayos X debido a un defecto de fábrica. Así que la recomendación fue no verla tan cerca, y aunque hoy es más seguro mirarla desde cualquier distancia, no hay evidencia de que la radiación de los televisores haya resultado en lesiones humanas. A lo mucho, causará una vista cansada.
5. “No salgas con el cabello mojado o te vas a enfermar”
Esta es una de las frases que, aún siendo grandes, algunos seguimos escuchando o incluso dando ese consejo a nuestros peques. Se tiene la creencia de que si salimos a la calle con el cabello mojado después de una ducha, nos enfermaremos de gripe. En sí, la humedad no causará el resfriado, ya que es un virus el que lo provoca. Pero, como la temperatura del cuerpo desciende, las defensas de las fosas nasales y garganta se nos bajan, así que al virus se le haría fácil la entrada a nuestro organismo.
6. “No hagas bizcos o te quedarás así”
Jugar a poner los ojos bizcos solía ser algo gracioso y divertido hasta que nos descubrían nuestros papás, quienes nos decían que no hiciéramos eso o nos quedaríamos bizcos para siempre. Pero tranquilos, pues es solo un mito. La enfermedad que se refiere a tener los ojos cruzados se llama estrabismo y no es algo que uno se pueda provocar.
7. “Si no tomas leche, no crecerás”
A algunos nos pasó que tomar leche todos los días se volvió aburrido. Ponerle chocolate era lo mejor, pero no siempre los papás nos daban ese gusto. Así que dejábamos el vaso abandonado en la mesa, y papá o mamá decían que no creceríamos si no nos la tomábamos toda.
Aquí nuestros padres no exageraron, ya que el calcio es fundamental en el fortalecimiento de nuestros huesos, y si nos falta, puede causarnos problemas como retraso del crecimiento y debilidad muscular. Aunque la leche y los lácteos son fuentes de calcio, también lo contienen alimentos como el brócoli, higos secos, espinacas o almendras.
8. “Tómate el jugo o se le irán las vitaminas”
Aunque, para algunos, tomar jugo era más divertido que tomar leche, no siempre nos lo terminábamos, por lo que algunas mamás, e incluso abuelitas, decían que se le iban a ir las vitaminas si no nos lo tomábamos rápido. Afortunadamente, no se irán a ningún lado, a menos que calentemos el jugo a temperaturas extremas; o bien, si dejamos la fruta entera por mucho tiempo en el refrigerador o la cocemos por mucho tiempo.
9. “Tómate tus bebidas sin hielo o te saldrán anginas”
Ponerle hielos a nuestras bebidas favoritas nos refrescaba mucho más y les daba un mejor sabor, sobre todo en días de calor. Pero el encanto se acababa cuando nuestros papás nos cachaban y nos decían que nos saldrían anginas, un mito que incluso se escuchaba mucho en las escuelas.
La buena noticia es que no nos dará amigdalitis por disfrutar una bebida fría, ya que esa infección la provocan solo los virus o bacterias, y el contagio solo se transmite cuando alguien con la enfermedad tose, habla o estornuda cerca de nosotros.
10. “Cenar sandía es muy peligroso”
A algunos, de pequeños, nos pasó que llegamos a ver una jugosa y suculenta sandía en la cocina y se nos antojaba para cenarla en trocitos o en rebanada, hasta que aparecía mamá y nos decía que era para el desayuno, porque caía mal en la noche. La mala noticia es que vivimos engañados, ya que esta rica fruta tiene más del 90 % de agua y es uno de los alimentos que nos proporcionan magnesio y vitamina C. Además, no provoca dolor estomacal.
Sin embargo, como tiene tanta azúcar y por lo tanto da energía, lo más recomendable es que se consuma durante el día para evitarnos una noche de insomnio.
11. “No salgas sin suéter o te enfermarás”
Cuando somos niños nos sentimos invencibles y lo único que queremos en salir a jugar sin tener que cargar un estorboso suéter, y más aún si no hace frío. Pero para la gran mayoría de las mamás no importa el clima, todos debíamos salir con suéter, o si no, nos enfermaríamos de gripe.
Sin embargo, descubrimos que esto no es más que un mito, ya que el frío por sí mismo no provoca los resfriados, ya que son los virus los que los generan. Aunque es más fácil su propagación cuando hace frío, taparnos hasta con el más grueso abrigo no evitará contagios si estuvimos cerca de personas resfriadas.
12. “No andes descalzo, que te vas a enfermar”
Jugar por la casa era más cómodo sin los zapatos puestos, o mejor aún, sin calcetines. Pero cuando mamá nos descubría, ¡sálvese quien pueda! No podíamos escapar de un pequeño regaño y la advertencia de que podríamos enfermarnos. Sin embargo, no se ha demostrado que el enfriamiento de los pies sea motivo de enfermedades como gripe o tos.
¿Qué frases te decían tus papás cuando eras niño para que los obedecieras? Si tienes hijos, ¿cuáles les has dicho?