16 Afortunados que tienen en casa un pajarito de la suerte en lugar de una mascota

Todos tenemos días en los que parece que la vida está patas arriba y no hay nada bueno en el mundo. Si estás en uno de estos momentos, aquí tienes algunas historias que te servirán de remedio para la tristeza, y si te encuentras de buen humor, mira estas fotos de todos modos. El día definitivamente se volverá más hermoso.
En Genial.guru nos conmovimos hasta las lágrimas al leer estas historias, y no podíamos no compartirlas con ustedes. ¡Disfrútenlas!
Desde febrero, en la estación Poyakonda, donde pasa el tren San Petersburgo — Múrmansk, apareció una nueva parada. Aquí suben y bajan solo 2 pasajeras: Karina, de 14 años, y su abuela. Poyakonda se encuentra en el sur de la región de Múrmansk. En invierno, solo 50 personas viven aquí, y Karina es la única niña en edad escolar. Hace poco, se canceló la parada técnica en su pueblo y el tren de la tarde se convirtió en la única oportunidad que la niña tenía para llegar a su casa. Su mamá y la administración del distrito hicieron un pedido a los trabajadores del ferrocarril para hacer una parada en el pueblo, y ellos aceptaron por el bien de la niña.
Jake Adam estaba tranquilo en un bar cuando escuchó gritar a una mujer, por lo que corrió en su ayuda. Resultó que su perro estaba corriendo por un lago congelado y se cayó a través del hielo en el centro. El animal intentaba salir, pero las fuerzas ya lo estaban abandonando. Jake, sin dudarlo, se lanzó a salvar al can. Rompió el hielo y nadó hacia él hasta que lo rescató. Un Hombre con “H” mayúscula.
“Mi perro Bentley siempre está conmigo en la tienda”, dijo su dueño. “Le gusta mucho a una clienta italiana mía que ya es mayor. Hoy, ella le trajo un sombrero que había tejido especialmente para él”.
Durante tres días, la gente que iba a este refugio para llevar a casa una mascota, no notaba a este tímido muchacho. “Cuando nos conocimos”, dice su actual dueño, “en seguida corrió hacia mí y se subió en mi regazo, e, inmediatamente, me enamoré de él. Es mi primera mascota y mi mejor amigo. Lo llamé Winston”.
Al gato Filimón, que lleva muchos años viviendo en la Reserva del Museo de Vyborg, le cosieron un cálido abrigo de lana. Sobre el hecho de que el pequeño necesitaba este artículo de vestimenta para el invierno frío, se informó en la página de la reserva en nombre del felino. Unos diseñadores de ropa de San Petersburgo respondieron a la petición, y ahora Filimón hace alarde de su nuevo abrigo deambulando sin temor por las proximidades del museo, incluso en las heladas más intensas.
¿Sonreíste al leer este artículo? ¿Qué historia te conmovió más?