15 Aventuras vacacionales tan inesperadas que parecen sacadas de una película

Historias
hace 2 horas
15 Aventuras vacacionales tan inesperadas que parecen sacadas de una película

Las tan esperadas vacaciones son ese momento perfecto para relajarse, recargar energías y pasarla increíble. Pero es poco probable que los protagonistas de esta recopilación hubieran imaginado aventuras de semejante magnitud. Lo bueno es que, ahora, tienen historias que contarán incluso a sus nietos.

  • Llegué al hotel a las 2 de la madrugada, tan cansado que apenas podía mantenerme en pie. El dueño salió corriendo hacia el taxi, me abrió la puerta y me dio la bienvenida. ¡Pero el hotel estaba en llamas! El tipo intentó hacerme entrar. Yo me resistí y le dije: “¡El hotel está ardiendo!”. Y él me contestó: “Sí, pero solo se está quemando una mitad; lo vamos a alojar en la otra”. Ya no tenía ni una gota de energía, así que lo seguí, esquivando mangueras de agua y bomberos que corrían de un lado a otro. Me registré en algún cuarto y, milagrosamente, desperté por la mañana sano y salvo. Desayuné con el dueño. Me gustó tanto el lugar que, unos años después, volví a hospedarme ahí. © neverpennyless / Reddit
  • Nos fuimos de vacaciones con mi amiga. Encontramos un mercadito local y decidimos comprarnos un par de maletas antiguas. Paseamos un rato y, cuando llegó la hora de regresar al hotel, subimos al vagón del metro y sentimos un olor espantoso. Intentábamos respirar lo menos posible. Al cambiar de línea, el olor también se fue con nosotras. En un momento, se me ocurrió oler mi maleta. En fin... éramos nosotras las que apestábamos. © Overheard / Ideer

“Mi perro quería venir de vacaciones con nosotros, así que intentó camuflarse entre el equipaje”

  • Mi familia, mis amigos y yo nos fuimos de campamento. Fueron seis horas de viaje bajo un calor insoportable, sin aire acondicionado, con niños, perros y todo el equipo necesario, apretados en un solo auto. Al llegar, como pudimos, armamos el campamento, cenamos y nos fuimos a dormir temprano. Atamos al perro a un árbol con una correa larga para que pudiera alcanzar la entrada de la tienda y dormir a nuestros pies, pero también salir si lo necesitaba. Por eso dejamos la cremallera de la tienda un poco abierta. A mitad de la noche, un zorrillo entró en la tienda. El perro se despertó y empezó a ladrar como loco. Nosotros nos despertamos sobresaltados y empezó el caos: el zorrillo corría desesperado sin encontrar la salida y todo apestaba. El olor era insoportable. Obviamente no había ducha en el campamento. Pasamos el resto de la noche dentro del auto, aguantando la peste. A la mañana siguiente, nuestros amigos ni siquiera se acercaron. Obviamente intentaban salvar su olfato. Cargamos todo de nuevo y emprendimos el regreso: otras seis horas de calor y peste. Al llegar a casa, todos peleábamos por entrar al baño y por el jugo de tomate (dicen que ayuda con el olor a zorrillo). Desde entonces no volví a dormir en una tienda. Trauma de por vida. © wallace-asking / Reddit
  • Durante las vacaciones en el hotel, había unas chicas de Ámsterdam. Por diversión, organizaron entre ellas una competencia para ver quién lograba coquetear mejor con el animador del hotel. Después de tres días de insistentes intentos, el chico ideó la forma más ingeniosa de quitárselas de encima, comenzó a llevar a su abuela a todos los shows nocturnos. © Zlobnyy_suslik / Bright Side

“Decidí comerme un hot dog durante las vacaciones”

  • Estaba de vacaciones en la playa, sola. Cada mañana iba al mar y, de camino, me compraba una dona con chocolate. Como a la semana, un vecino empezó a coquetear conmigo. Un día me desperté con el sonido de la puerta, abrí y ahí estaba él, con una bandeja en las manos y una montaña de donas con chocolate encima. ¡Las había hecho él mismo! Lo dejé pasar y conversamos un rato. Desde esa mañana no nos separamos ni un solo día hasta que me fui. Pero después, me encontró incluso en casa. En fin, que ya casi me caso. © Karamel / VK
  • Volví del mar bronceada y esbelta. Esa misma noche, me empezó a doler tanto el estómago que terminé en una ambulancia. Me dejaron en una habitación compartida y, a la mañana siguiente, tres doctores jóvenes me examinaron, uno tras otro. Después del tercero, mi compañera de cuarto no pudo contener la risa. Resulta que el segundo era otorrino y el tercero, pediatra. Pero ella los entiende, porque acá solo hay abuelitas internadas y se ve que hace falta algo de variedad. © Zhuzha Lapteva / Dzen

“Mi perro dijo: ’Modo vacaciones activado’.”

  • Tenía 19 años. Mi mamá me dio dinero para un viaje al mar. Ahí tuve un romance de vacaciones. Dos meses después, me di cuenta de que estaba embarazada. Así fue como, hace 10 años, mi hija llegó a mi vida. Durante todo este tiempo, inventé que su papá era marino, o a veces piloto. Hace poco lo encontré en redes sociales y le confesé la verdad, dejándolo en shock. Pero su respuesta me sorprendió aún más: dijo que siempre había soñado con tener hijos y que, con gusto, reconocerá a la niña. © Mamdarinka / VK
  • ¿Alguna vez tomaron una decisión tan espontánea que, al principio, se arrepintieron profundamente, pero luego comprendieron que fue lo mejor que hicieron en su vida? Para mí, fue un viaje a África. Soy una adicta al trabajo. Llevo 10 años trabajando sin haber tomado ni un solo día de vacaciones. Un sábado por la mañana desperté con la necesidad de ver algo más que el taxi rumbo al trabajo y a mi jefe bronceado, recién regresado de otro resort. Ese mismo día compré un tour de 10 días a África. Desde niña soñaba con conocer ese continente. Una vez en el avión, me invadieron los nervios y lamenté haber decidido todo tan rápido, pero al llegar al hotel comprendí que era lo mejor que había hecho en mi vida. Esos 10 días fueron como estar en el paraíso. África me recibió de forma maravillosa. Durante ese viaje comprendí algo importante: no importa lo ocupada que estés, siempre hay que encontrar tiempo para descansar. © Ward No. 6 / VK

“Una vez en Turquía”

“Cuidado, perro bravo”

  • Había quedado con mi amiga en que, cuando tuviera la oportunidad, volaría a visitarla a Alemania para conocer la catedral de Colonia. Lo habíamos hablado hacía un mes, pero no terminaba de decidirme por culpa del trabajo y otras responsabilidades. Con el tiempo, me harté y pensé: “Basta, tengo que ir”. Busqué nuestra conversación y le escribí: “¿Qué planes tienes este mes? En resumen, voy a volar a verte”. Empecé a buscar precios de boletos, ella me mandó ubicaciones de hoteles cercanos, elegí fechas. Me preguntó: “¿Así de pronto lo decidiste?”. Le respondí: “Sí, ya me cansé”, y le conté sobre el trabajo y que necesitaba un descanso. Me dijo: “Piénsalo bien, lo estás decidiendo demasiado rápido”. Unos días después, mi amiga y otra chica respondieron al mismo tiempo a una publicación que hice. En ese momento lo entendí. Revisé la conversación, entré al perfil de ambas y me di cuenta de que todo ese tiempo le estuve escribiendo a la persona equivocada. Tenían nombres de usuario y fotos de perfil muy parecidos. © stupina2132 / Threads
  • En Egipto, siguiendo el consejo de los locales, decidí ahorrar en taxi y tomar una combi. Caminé hasta la esquina y, de pronto, se me acercó un grupo de hombres. Uno tomó mi maleta, otro hizo una llamada y los demás sonreían. Al poco tiempo llegó una miniván lujosa, me hicieron subir y, adentro, ya estaban sentadas mujeres locales con sus hijos. Resulta que esa era la famosa “combi”. © mironenko.kr / Threads

“En la descripción de la casa que alquilamos para las vacaciones decía que tenía vista al campo de golf. Y técnicamente, era cierto.”

  • Estábamos en un restaurante en Chequia. No conocíamos el idioma local y el personal no hablaba inglés. Para explicarnos de qué estaban hechos los platos del menú, los meseros empezaron a imitar sonidos de animales. Todos los clientes del restaurante se reunieron para ver aquel espectáculo. © Unknown author / Reddit
  • Grecia, isla de Rodas. Estaba haciendo fila en una panadería local cuando, de pronto, noté que un auto que estaba estacionado justo al lado empezaba a moverse ligeramente. Pensé que se habían olvidado de apagar el motor. De repente, se escucharon gritos, ruido, alboroto. La vendedora salió corriendo de la panadería, y yo fui detrás de ella. Miré hacia la calle y vi cómo el suelo se ondulaba, como si fuera el mar. Así se sentía el terremoto. © wcrucre / Reddit
  • Durante las vacaciones conocí a un chico y tuvimos un romance. Él tenía barba y, como en un cuento de hadas, me dejaba arrancarle pelitos para pedir deseos. Terminamos en buenos términos y nos escribíamos cartas por correo. En una de ellas, dentro del sobre venían unos pelitos rojizos y una nota que decía: “Úsalos solo para tu deseo más grande”. En ese momento pedí volver a verlo. Cuatro años después, ese deseo se cumplió. © Karamel / VK

“Esto es en lo que gasté el dinero de mis vacaciones. Es un paraíso para dormir.”

  • Me invitaron a un cumpleaños al que, la verdad, no tenía muchas ganas de ir. Pero como ya había dicho que sí, me daba pena cancelar a última hora. No pensé mucho en el regalo: le pregunté al cumpleañero qué juego quería para la consola y le compré el disco. Mientras me alistaba para salir, se me ocurrió probar si el juego funcionaba y ver de qué se trataba. Terminé jugando seis horas seguidas. No fui al cumpleaños, pedí tres días libres en el trabajo, no respondí llamadas ni mensajes, pedí comida a domicilio y me la pasé jugando. ¡Las mejores vacaciones improvisadas! © No todos lo entenderán / VK
  • “Tenía 19 años cuando fui a Inglaterra. Conocí a un chico guapo, todo un galán. Empezamos a hablar, yo sabía el idioma, y surgió un romance de vacaciones. El día de mi regreso, él fue a despedirme. Salió del hotel con su maleta y, justo entonces, se soltó un aguacero. Mi galán dijo: ‘Qué manera de llover’. Y yo, sin pensar, respondí: ‘Sí, está horrible’. Así conocí a tu papá.”
    Esa historia de amor me la contó mi mamá. Creí que algo así solo pasaba en las películas, pero no. © No todos lo entenderán / VK
Imagen de portada Zhuzha Lapteva / Dzen

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas