15 Casos donde la incomodidad se transformó en victoria con gran estilo

hace 2 meses

Todos hemos pasado por momentos embarazosos en algún momento. Sin embargo, no todos logramos salir de ellos con elegancia. Los protagonistas de esta historia sí lo consiguieron. Su ingenio fue tan brillante que merecen un aplauso.

Escuché esta historia: Un chico esperaba el tren en una estación muy concurrida cuando notó a una mujer junto a él. "¿Para cuándo?" —le preguntó, señalando su vientre. "¡No estoy embarazada!" —respondió indignada. Pero el chico no se inmutó: "¡Hablaba del tren! ¿Cuándo llega? Siempre llega tarde. ¡Es un desastre!" © Ravine / Reddit

Durante una reunión en el trabajo, estaba cabeceando de sueño. La sala estaba cálida, no había tomado café y, además, parecía que todos los demás sí estaban interesados en lo que decía el jefe. Justo cuando mi cabeza se inclinaba hacia el pecho, el jefe me lanzó una bola de papel y gritó: “¡Nada de dormir!” Me levanté de golpe y, sin pensar, solté: “¡Perdón, el perro se comió mi tarea!” Lo juro, fue un reflejo. Todos estallaron en carcajadas. © cavekidexpress / Reddit
Estaba en el trabajo chateando con un compañero sobre nuestro jefe. “Me saca de quicio”, escribí... y, por error, envié el mensaje directamente al jefe. Me di cuenta al instante y reaccioné rápido: “Sí, sí, hablaba de usted. Me molesta que no esté aquí para animarnos con sus chistes”. Él respondió: “¡Jajaja! El lunes estaré de vuelta”. Uf, salvado. © TruckerBunny / Reddit

Trabajaba repartiendo pedidos en un café de mala muerte, donde si rompías algo, te descontaban un dineral del sueldo. Ese día, mientras recogía platos de una mesa, algo salió mal y se me resbalaron de las manos. ¡Crash! Todos voltearon a mirarme. Me quedé en silencio unos segundos y luego solté: "Bueno, al menos ya no hay que lavarlos". La tensión se disipó y los clientes estallaron en carcajadas. Quizás no parezca gran cosa, pero en ese momento me sentí como un verdadero ganador. © chemical_imbalance / Reddit
Trabajaba como mesera y, una vez, en plena hora pico del restaurante, llevaba varios platos cuando, para mi mala suerte, tropecé. ¡Comida por todos lados! ¡Yo en el suelo! De repente, un silencio total: todos me miraban. Del puro bochorno, me quedé ahí tirada unos 20 segundos. Luego me puse de pie, hice una reverencia dramática y… ¡los clientes comenzaron a aplaudir y a animarme! Esa noche recibí más propinas que nunca. © strawberrylime / Reddit

Era verano, hacía un calor insoportable y llevaba una blusa semitransparente. Bajé del taxi en una calle llena de gente y, de repente, sentí que el broche del sujetador se soltaba. ¡Dios! ¿Qué hacer? Corrí al kiosco más cercano, cerré la puerta, levanté la blusa y me acomodé el sujetador. Cuando terminé, vi que la vendedora me miraba desde la ventanilla con cara de desconcierto. Le expliqué lo que pasó y terminamos riéndonos juntas. Cosas que pasan...
Quise estrenar un vestido. La noche anterior había planeado mi outfit y esa mañana lo completé con unas medias que encontré por casa, ya que casi nunca uso. Apenas salí a la calle, se engancharon con algo y se formó un agujero. No tenía otro par y mis amigas ya me esperaban. Así que decidí hacerle un par de agujeros más y seguir adelante. En cuanto llegué, mis amigas me preguntaron dónde había comprado esas medias tan originales. Solo sonreí y dije: “Diseño propio”.

Una vez tuve un enfrentamiento con un tipo enorme. Como era de esperar, quiso arreglar el problema a golpes. "¿Vamos afuera?" —me desafió. Y yo, con toda la actitud, le respondí: "¡Vamos!" Se levantó, y en ese momento me cayó el veinte: la cosa iba en serio. Yo también me puse de pie. Caminamos hacia la salida. Justo cuando él cruzó la puerta, la cerré rápidamente y la aseguré con llave. Regresé a mi mesa como un héroe, mientras los demás estallaban en carcajadas. © jabberworx / Reddit
Ayer paseaba por el parque con mi perrito cuando se me acercó un chico desconocido. Me pidió permiso para acariciarlo y, acto seguido, se arrodilló y empezó a hablarle en inglés con tono muy formal: "Sir, you're absolutely magnificent! What a charming fellow, sir!" Luego me miró y preguntó con seguridad: "Es un bulldog inglés, ¿verdad?" Le respondí que no, que era un bulldog francés. Se quedó pensativo un segundo, dijo "Pardon" y, sin perder la compostura, empezó a hablarle en francés.

Esta no es exactamente una historia embarazosa, pero merece ser contada. Una vez, mi abuela caminaba por un callejón peligroso cuando notó que un grupo de hombres la seguía. Seguramente querían robarle. Entonces, sin dudarlo, se giró, señaló a uno y le gritó con emoción: "¡Hijo mío!" Corrió hacia él con los brazos abiertos como si fuera a abrazarlo."¡Oh, cuánto has crecido! ¡Mándale saludos a tu mamá! ¡Nos vemos!" Y se alejó tranquilamente, dejando a los tipos completamente desconcertados. © Loading____ / Reddit
Me eligieron para dar un discurso en la ceremonia de graduación de mi escuela. En la audiencia había unas 200 personas, incluyendo al alcalde de la ciudad. Me preparé a conciencia: escribí mi discurso, lo memoricé, ensayé varias veces. ¿Qué podría salir mal? Pues algo salió mal.
Llegó el gran día. Los estudiantes recibieron sus premios y me invitaron al escenario. Todo iba bien hasta que, en medio de mi discurso, mi teléfono, que tenía en el bolsillo, comenzó a sonar.
Me quedé paralizado. Unos me miraban con empatía, otros no podían contener la risa. Podría haber colgado la llamada y seguido con mi discurso, pero decidí hacer algo mejor. Saqué el teléfono, contesté y, con voz seria, dije:
"Disculpe, en este momento no puedo atender. Deje su mensaje después del tono."
La sala entera estalló en risas y aplausos. Mi momento más bochornoso se convirtió en un triunfo © TheNeonBlues / Reddit

Estudiaba en una clase llena de chicos y, un día, tropecé y caí de frente. Mis gafas de sol volaron por los aires y me raspé las manos y las rodillas. Todos me miraban. En ese momento, hice lo único que podía salvarme: me levanté de un salto, levanté los brazos como una gimnasta olímpica y grité: "¡Diez puntos por un aterrizaje perfecto!" Si te ríes de ti mismo, la gente no sabe cómo reaccionar. © Unknown author / Reddit
Una vez, mi amiga y yo paseábamos por el jardín botánico cuando nos cruzamos con una pareja. La chica hablaba sin parar, no entendíamos qué decía, pero por su tono se notaba que lo estaba regañando. De repente, exclamó con indignación:
"¡Espero que recuerdes que venimos a elegir la ruta para la boda!"
Yo, en voz baja, le pregunté a mi amiga:
"¿O sea que no habrá boda?"
En ese momento, la chica se giró furiosa y nos gritó:
"¡Sí habrá boda!"
Mi amiga casi muere de vergüenza. Yo, de la risa. Espero que a esos dos les vaya bien.

A veces me da hipo, pero no cualquier hipo: suena como el chillido de un pterodáctilo. Un día, estaba en clase sentada en una de las últimas filas con mis amigos. Detrás de nosotros no había nadie. De repente, solté uno de esos estruendosos sonidos. Silencio total. Todos voltearon a mirarme. Mis amigos no paraban de reírse. Me quedé inmóvil por unos segundos y, sin pensarlo, hice lo único que podía salvarme: me giré lentamente y miré por encima del hombro, como si estuviera buscando al culpable. © Escher0 / Reddit
Pedí ropa en un marketplace y tenía 20 minutos para probármela mientras el repartidor esperaba en la entrada. Lo que olvidé es que recientemente habíamos puesto un espejo en el pasillo que reflejaba todo lo que pasaba en la habitación. Mientras me probaba un vestido, el repartidor soltó de repente: “Disculpe, pero ese vestido no le queda bien.” Por un instante, sentí que quería desaparecer. Pero luego, en vez de indignarme, le pedí que opinara sobre los otros vestidos que había pedido. Resultó que tenía un gran sentido del estilo, porque el vestido que él recomendó, y que yo ni siquiera tenía en mente, fue el que terminó recibiendo más cumplidos.

Todos hemos pasado por momentos embarazosos. Mientras que algunos prefieren olvidarlos como una pesadilla, otros eligen compartirlos en internet y reírse de ellos a carcajadas: