Solo a un ser malévolo no le puede gustar la nutella.
15 Historias conmovedoras de personas que recordarán su regalo de Navidad para toda la vida
En la víspera de Navidad y de Año Nuevo, independientemente de nuestra edad, todos esperamos que suceda un milagro. Queremos volver a tener ese sentimiento infantil de estar experimentando verdadera magia cuando, después de las doce, corrías a mirar los regalos debajo del árbol y allí muchas veces te espera exactamente lo que habías soñado.
Genial.guru decidió averiguar cómo son los regalos perfectos. Les preguntó a algunos amigos y encontró a un par de afortunados cuyas historias sobre regalos de Navidad y de Año Nuevo inspiran a creer en verdaderos milagros.
- En la víspera de Año Nuevo, me rompí una pierna, así que me esperaba una fiesta muy “alegre” en la cama de un hospital. Y allí estaba, acostado tristemente en la habitación, cuando, de pronto, la puerta se abrió y entraron mis amigos: 5 personas con brillos, sombreros rojos, un árbol de Navidad artificial y un paquete de mandarinas. Dijeron: “¡Te trajimos vitaminas!”. Sigo sin saber cómo hicieron para que los dejaran pasar.
- A mi hija siempre le gustó hacerme sorpresas. El año pasado se superó a sí misma y me regaló un nieto. Ahora, con cada nuevo año que llega, toda la familia celebra dos días festivos a la vez.
- En la víspera de Año Nuevo, mi abuela me regaló una estatuilla de porcelana de una bailarina de ballet. La figura me gustó tanto que decidí que quería parecerme a ella. Mis padres me llevaron a unas clases de baile y al final abrí mi propio estudio de ballet. Así, un regalo ayudó a determinar mi destino.
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Grabé 30 de mis recetas favoritas en un casete de audio, para que mi madre, que tiene problemas de visión, pueda “sentir” esta comida aunque sea de oído. Lo grabé todo: desde las recetas de pollo hasta las de pasteles y galletas. Recuerdo que ella lloró mucho cuando recibió el regalo, y escuchó ese casete durante 10 años enteros, hasta su muerte.
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Hace varios años, cuando teníamos particularmente poco dinero, mi esposo y yo acordamos no gastar más de 10 USD en regalos navideños. Compré un frasco y lo llené con docenas de pedazos de papel, escribiendo en cada uno lo que me encantaba de él (“Eres firme en tus convicciones”, “Me aguantas cuando me pongo caprichosa, grito o ambas”. Nunca imaginé que ese obsequio le iba a gustar tanto. Todavía guarda ese frasco en un lugar prominente.
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Mi esposo descubrió que me gusta mucho Nutella, y en nuestras primeras fiestas de fin de año conjuntas, me regaló frascos de la pasta de chocolate de todos los tamaños que encontró en la ciudad. Esta tradición ya tiene 5 años, y siempre espero con ansias mi dulce regalo bajo el árbol de Navidad.
- Mi hermana de 12 años me regaló un suéter de punto que me tejió personalmente, y fue muy conmovedor. Casi estallé en lágrimas de emoción, especialmente sabiendo que ella era muy impaciente e inquieta, y yo soy alta, así que tuvo que invertir mucho tiempo en hacerlo.
- Las chicas entenderán mi disgusto. Era la hora del intercambio de obsequios. Rasgué mi papel de regalo y abajo había un pastel. Uno común y corriente. ¡Me enojé tanto con mi novio! Ni siquiera quería abrirlo. Dejé el pastel a un lado y salí al balcón para no llorar frente a todos. Mi novio comenzó a llamarme para que volviera y abriera el obsequio. Tragándome las lágrimas, regresé a la habitación. Puse una “sonrisa formal” en mi cara, levanté la caja, y allí había... ¡un nuevo iPhone! ¡Me sentí muy emocionada!
- Para el año del Conejo, mi novio me regaló un esponjoso conejito. No hace falta decir que toda la atención de la noche fue captada por él.
- Mi madre usó un anillo de bodas por más de 20 años. Así que, cuando se divorció de mi padre, era inusual para ella que no hubiera una sortija en su dedo. Ese año, en Navidad, mi hermana y yo le compramos un “anillo de madre” especial con una piedra que correspondía a la fecha de su nacimiento. Cuando se lo dimos, comenzó a llorar. Todavía lo usa todos los días.
- Mi mejor regalo fue un secador de pelo. Mi novio me lo dio diciendo: “Me di cuenta de que te lavas la cabeza todos los días y que sufres mucho con ese secador de pelo que tienes. En cambio, este hará el trabajo rápido y no secará el cabello en exceso”. Fue su primer regalo, y creo que lo que más me impresionó fue el hecho de que le hubiera prestado atención a lo que me hacía falta. Siempre pensé que los hombres no notaban eso.
- El último regalo conmovedor y lindo que me dieron para Navidad fueron probablemente platos para mi muñeca Barbie, que recibí cuando era pequeña. Recuerdo que los deseaba tanto y soñaba mucho con recibirlos, y de pronto, estaban debajo del árbol. Santa Claus había hecho un milagro y me había dado exactamente lo que yo quería. Esa felicidad infantil y la creencia en la magia, desafortunadamente, no se han repetido en mi vida desde hace mucho tiempo.
- ¿Recuerdan la película animada La dama y el vagabundo? En ella, al comienzo, la niña abre una caja con un lazo rojo y de adentro sale un cachorro. Dios, ¡por cuántos años soñé que un día Santa Claus me regalara un perro! Escribía cartas para Navidad y para Año Nuevo, le susurraba al oído al Santa de juguete que estaba debajo del árbol y, por supuesto, se los decía a mis padres. No quería nada más aparte de un perrito. Y un día, en la víspera de Navidad, después de las doce, entré a mi habitación (en donde estaba el árbol), y allí había sentado un cachorro con una cinta roja, mordiendo una guirnalda. ¡Cuánta alegría sentí! Lloré de felicidad. Me parece que después de un regalo así no puede haber nada que lo supere.
- Soy un malísimo usuario de Instagram. Todas esas hermosas fotos editadas no son para mí en absoluto. Publico imágenes de momentos y personas que amo para conservar esos recuerdos. Para Año Nuevo, mi novia me regaló un álbum de fotos con todas las imágenes de mi cuenta. Resultó ser un obsequio muy conmovedor.
- Solo los verdaderos amantes de Harry Potter entenderán el valor de mi regalo. Mi amiga de la infancia y yo éramos fanáticas de los libros de este joven mago: juntábamos recortes de revistas sobre J. K. Rowling, coleccionábamos calendarios y calcomanías con los actores, y asistíamos a los preestrenos de todas las películas sobre “El niño que sobrevivió”. Hace un par de años, el día de Año Nuevo, mi amiga me entregó un pequeño sobre blanco. Cuando lo abrí, vi un boleto real para el Expreso de Hogwarts. Ella había viajado con sus padres a Londres y me había comprado ese regalo en la tienda oficial. ¡Mi felicidad no tenía límites!
Pero nunca olvides: los mejores regalos no se pueden comprar con dinero
¡Queridos lectores! ¡La editorial de Genial.guru les desea un muy feliz Año Nuevo! Esperamos que todos sus sueños se hagan realidad, que puedan festejar junto a sus seres queridos y que debajo del árbol los esperen solo los regalos más preciados.