15 Lectores de Genial hablaron sobre las preguntas más extrañas que les hicieron en una entrevista de trabajo (nueva selección)

Historias
hace 2 años

Conseguir un trabajo puede ser un verdadero desafío: hay que pasar por entrevistas o pruebas de selección en las que nunca se sabe qué esperar de los reclutadores. Y si nos ponemos nerviosos incluso en una entrevista laboral normal, qué decir de las que terminan dejándonos boquiabiertos por las preguntas y solicitudes descabelladas que se les ocurren a los potenciales empleadores.

En Genial.guru les pedimos a nuestros lectores que nos compartieran las preguntas más extrañas que les hayan hecho en una entrevista de trabajo, y aquí están las respuestas que más nos asombraron. Al final te espera un bono que demuestra que las cosas no siempre terminan como uno espera, sin importar lo perseverantes que seamos.

  • Fui a una entrevista y, después de 2 horas y varios cuestionarios, me dijeron que no me contratarían porque había terminado la universidad, y ellos solo pedían secundaria. Respondí que quitaran ese dato e hicieran de cuenta que yo solo contaba con ese rango. Me dijeron que no. Fui con la competencia y ese mismo día obtuve el puesto. © Nora Sierra Noriega / Facebook
  • Después de decirme lo que cobraría, me preguntaron cuánto peso podía levantar. Yo acababa de hacer un curso de prevención de riesgos laborales, así que respondí lo que podía levantar según la ley. La joven me dijo: “¿Y dejando de lado la ley?”. Le contesté que por lo que pretendían pagar no levantaría ni un kilo y me fui. © Rosa Martinez Hernandez / Facebook
  • Una vez, me entrevistaron a las doce de la mañana para entrar a la una de la tarde... Les dije que no podía hacer eso. Replicaron que, si no iba, el puesto no sería mío. Me permití que no lo fuera. © Carmen Arreza / Facebook
  • “De lo que tenemos en esta mesa, ¿crees que podrías defenderte o herir a una persona si fuera necesario? ¿Con qué lo harías?”. © Francisco Cruz / Facebook
  • Me pasó cuando intenté postular a una mina. Me dijeron: “Toma un caramelo, si no, no podemos empezar la entrevista”. Primera pregunta: “Si el jefe te pidiera contabilizar dinero sin previo documento que sustente su procedencia, ¿lo contabilizarías o no? Tienes que cerrar tu caja, el dinero ya está ahí”. Respondí que no y me dijeron: “Igual ya estás comprometido, porque estos caramelos, un plato de comida o algún regalo, todo eso pudo haber sido comprado con ese dinero de dudosa procedencia y tú ya los aceptaste”. No me contrataron. © Pascual Siguas Matara / Facebook
  • En una entrevista me preguntaron si tenía hijos. Luego de 30 minutos de excelente desplante, les respondí que no. Y me dijeron: “Es que estamos buscando a un padre de familia para que sea más cariñoso con los trabajadores...”. Y yo: “¿Que qué?”. © Carlos Felipe Tapia Tapia / Facebook
  • Mi jefe actual: “¿Y usted es casada o es feliz?”. Me encantó esa pregunta. © Vanessa Acosta / Facebook

Bono: a veces, ni toda la perseverancia del mundo te lleva a obtener el puesto que esperas

Cuando tenía 22 años, vi una oferta de trabajo para un puesto “administrativo”. El sueldo era de 750 USD mensuales. Cuando llegué, había como 100 personas. Salió un señor de traje y nos explicó que solo había 10 vacantes para el puesto. Que a quien le interesara, debía pasar por un proceso de selección que consistía en ir a diario a ese edificio, de 10 a. m. a 4 p. m. durante 1 semana, para tomar un curso. Y debíamos cubrir los gastos de los pasajes. De los 100, 25 se levantaron y se fueron. De regreso a mi casa, empeñé un iPod; me dieron 30 USD que me sirvieron para pasajes y comida.

Día 1. Solo fueron 50 personas. Llegó un expositor muy bien vestido y con mucho porte, y nos expuso temas de psicología, nos habló de la gente mediocre y la exitosa. Ese día hubo muchos que incluso lloraron por lo que nos dijo.

Día 2. 40 participantes. Fue otra expositora, también con mucho porte y carisma, y se encargó de humillarnos para ver qué tanto soportábamos. Antes de empezar, nos pidió que escribiéramos en una hoja las cosas que no nos gustaba hacer. Yo, por ejemplo, escribí que no me gustaba bailar o cantar en público, y pues, ¿qué creen? Ese día tuve que bailar y cantar las veces que la expositora me lo pidió; de lo contrario, tendría que irme. Me tragué mi orgullo y bailé, pues eran 750 USD mensuales.

Día 3. 25 asistentes. Se presentaron 3 expositores. Dijeron que con esas actividades que estábamos haciendo, la gente mediocre solita se iba a ir sin necesidad de que ellos la eliminaran del grupo, y así fue. Ese día nos hicieron aprendernos la canción Color esperanza con coreografía y todo. Canté y bailé, pues eran 750 USD.

Día 4. 15 asistentes. Nuevamente, se presentaron los 3 expositores, siempre irradiando mucha seguridad, porte, carisma y humildad. Ese día nos hablaron de ellos, nos contaron sus historias de vida y que ellos ya ganaban 3250 USD mensuales. Y yo pensando: “Guau, quiero ser como ellos”.

Día 5. Los mismos 15 asistentes. Yo ya solo tenía dinero para mis pasajes, no me quedaba para la comida. Pero era el último día, no podía renunciar. Después de esos 4 días, estábamos todos supermotivados, y ya no me sentía tan mal cuando bailábamos Color esperanza. Llegaron los 3 expositores y 1 más, que no habíamos visto hasta ese día. Lo presentaron como el jefe, y nos dijo que los 14 íbamos a ser contratados, porque todos habíamos demostrado ser aptos. Nos pusimos felices, hasta se me olvidó el hambre que tenía.

Pero después de la noticia, el jefe dijo que había una última prueba. Sacaron 14 bolsas con cosméticos, nos organizaron en 3 grupos y nos dijeron que debíamos salir a venderlos. No terminó de hablar cuando 7 asistentes tiraron las cosas y se retiraron maldiciendo. Nos dieron 4 horas para ir a vender y regresar. Lo que vendiéramos, sería para nosotros. Convencí a mi equipo de salir a vender, pues quizá seguía siendo una prueba, y ya estábamos prácticamente adentro. Los demás nos dijeron que ya no iban a regresar y que se llevarían los productos a sus casas.

Solo regresó mi equipo de 3 integrantes. No habíamos vendido mucho. Nos felicitaron por haber llegado al final y no rendirnos. Nos dijeron que ya tenían nuestros contratos para firmar. Pregunté cuáles serían nuestras actividades y el nombre de la empresa. Resultó que para ganar esos 750 USD o más, debíamos vender cierta cantidad de productos, y para poder entrar, debíamos comprar esos artículos con un 50 % de descuento.

Después de escuchar eso y de recordar lo que había tenido que pasar, los enfrenté y les dije que no me parecía que jugaran con la necesidad de las personas. Que si era así, pues no continuaría, uno, porque no era lo que habían ofrecido desde el principio, y dos, porque apenas tenía dinero para regresar a mi casa.

No les devolví el dinero de los productos que habíamos vendido, y mis otros 2 compañeros se fueron conmigo igual de molestos. Esta es mi triste historia. Aunque no tan triste, porque en realidad esa experiencia me sirvió. Aprendí muchas cosas, y ahora hasta tengo la canción Color esperanza en mi playlist© Omar Fra Garcia / Facebook

¿Alguna vez tuviste una entrevista de trabajo? ¿Cuál fue la pregunta o la solicitud más extraña que te hicieron?

Imagen de portada Ceci V. García / Facebook

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