15 Mitos sobre tu cuerpo que nunca te cuestionaste
En realidad, tu perro no tiene un sentido del olfato más fuerte que el tuyo. Las personas suelen decir que los perros tienen un olfato superior, y esto probablemente comenzó cuando un investigador del siglo XIX, Paul Broca, clasificó a los humanos como “no olfateadores”. Nadie aportó jamás pruebas sensoriales que respaldaran esta teoría, pero todos siguieron creyendo en ella durante mucho tiempo. Lo cierto es que diferentes tipos de animales pueden identificar diferentes tipos de olores.
Hubo un experimento donde unos voluntarios humanos tuvieron que rastrear un olor. Los investigadores mojaron un cordel en esencia de chocolate y lo pasearon en zigzag por un terreno abierto. Los voluntarios no tenían permitido usar otros sentidos. Por ejemplo, les taparon los oídos y les vendaron los ojos; hasta llevaban guantes gruesos y rodilleras. La conclusión a la que llegaron es que, aunque no somos tan eficaces como los perros, podemos seguir un rastro de olor y mejorar mucho si practicamos. Curiosamente, los humanos son más sensibles a ciertos olores que los perros, como los de la fruta o las flores. Esto se debe a que la evolución de los perros no los obligó a agudizar su olfato para este tipo de olores.
La pantalla de la televisión no va a empeorar tu vista. O al menos no existen pruebas de que mirar la televisión pueda dañar realmente tus ojos. Lo mismo ocurre con las pantallas de los teléfonos y las computadoras. Mirarlas puede provocar cansancio o fatiga ocular, pero en la mayoría de los casos no es nada que no se pueda aliviar con un descanso adecuado. Eso no significa que ver la televisión o el teléfono durante demasiado tiempo no tenga consecuencias negativas en otros aspectos de tu vida, como la disminución de la concentración y la falta de socialización, entre otras muchas cosas. Poner la lengua en forma de U no responde a un rasgo genético, aunque los profesores de biología suelen decir que este don proviene de un gen dominante. Un estudio demostró que 7 de 33 gemelos no compartían este rasgo. Los gemelos comparten los mismos genes, y eso que implica que también deberían compartir este rasgo. Pero no es así. En otras palabras, lo más probable es que los genes no sean el factor que decide si serás capaz de enrollar la lengua. Y este mito sigue existiendo a pesar de que fue desmentido hace ya más de seis décadas.
Si sales a la calle con el pelo mojado, vas a resfriarte... Es otro mito. Para pescar un resfriado, debe haber un virus en nuestro cuerpo. Además, el cabello mojado no es algo que te haga más atractivo para los diversos gérmenes que nos acechan. La mayoría cree que esto es cierto porque: a) lo han oído de sus padres y b) asocian el salir a la calle con el pelo mojado con el hecho de enfermarse porque, en general, estás más expuesto a los gérmenes cuando estás afuera. No existen personas con articulaciones dobles. Algunos tienen mucha flexibilidad en ciertas partes del cuerpo, por lo que pueden, por ejemplo, tocarse el mentón con el codo o doblar los dedos hacia atrás. A menudo decimos que estas personas tienen “articulaciones dobles”, como si el secreto estuviera en que tienen una bisagra extra en alguna parte. Pues bien, no es cierto. Tienen articulaciones normales, pero puede que tengan huesos con extremos de formas extrañas o que su tejido conectivo sea muy flexible.
Parece que el apéndice es útil después de todo, a pesar de su mala reputación como un tubo intestinal inútil que no va a ninguna parte. Se sospecha que el apéndice es en realidad un depósito de bacterias, pero de las buenas y útiles. Almacena microbios que ayudan a nuestro cuerpo a combatir ciertos problemas y enfermedades. En la primera etapa de nuestra vida, el apéndice también nos ayuda en el proceso de formación de glóbulos blancos y ciertos tipos de anticuerpos. ¿Sabes dónde está el estómago? Suena muy fácil, ¿verdad? Pero es probable que no esté donde crees. La mayoría piensa que se esconde en algún lugar detrás del ombligo. En realidad, está un poco más arriba en el abdomen, justo encima de los intestinos. Puedes encontrarlo haciendo esto: busca el punto donde las costillas inferiores se unen en el centro. Ahora, baja tres dedos de ancho, y después muévete tres dedos a tu izquierda. Deberías estar justo sobre el centro de tu estómago.
No hay “secciones gustativas” en la lengua. El mapa de la lengua apareció probablemente a principios del siglo XX, ya que los científicos hallaron diferencias “mínimas” en la intensidad que debía tener un sabor en las distintas zonas del interior de la boca humana para que fuera registrado. Este estudio creó el mito de que cada parte de la lengua era responsable de diferentes sabores. En realidad, todos los tipos de papilas gustativas están repartidos por todas las zonas de la boca, y son capaces de detectar cada sabor. Esto incluye también el umami, que ahora se acepta junto a los cuatro de siempre: dulce, salado, amargo y ácido. No utilizamos solo el 10 % de nuestro cerebro; de hecho, usamos mucho más, incluso cuando dormimos. Los científicos pusieron a prueba esta afirmación, y uno de los métodos que utilizaron fue medir la actividad cerebral mientras una persona realizaba diversas tareas. Los resultados han demostrado que utilizamos la mayor parte de nuestro cerebro la mayor parte del tiempo. El porcentaje exacto varía de una persona a otra dependiendo de lo que esté haciendo. Además, no es posible monitorear cada una de nuestras neuronas (después de todo, hay miles de millones), por lo que no podemos saber el número exacto de neuronas activas en un momento dado.
Cuando duermes, tu lóbulo frontal (la parte responsable de, por ejemplo, el pensamiento de alto nivel) y otras áreas que ayudan a percibir el entorno siguen funcionando. El ser humano no tiene solo 5 sentidos: oído, gusto, tacto, vista y olfato. Esta idea se remonta a Aristóteles, un famoso filósofo griego que decía que había un órgano sensorial para cada sentido: los ojos ven, la lengua saborea, etc. Pero eso fue hace miles de años, y no podía considerar el sistema vestibular, un órgano sensorial clave. El sistema vestibular es el aparato del oído interno que nuestro cuerpo usa para mantener el equilibrio. No todos los sentidos necesitan su propio órgano sensorial, solo necesitan un tipo diferente de receptor sensorial. Por ejemplo, la piel tiene 4 receptores diferentes: para la temperatura, el tacto, el dolor y la propiocepción. La propiocepción es la conciencia del cuerpo: por más que pongas el brazo detrás de la espalda, sabrás que está ahí, algo que, por ejemplo, un pulpo no sabe. Por lo tanto, en lugar de 5, decir que tenemos 33 sentidos podría estar más cerca de la verdad. Entre ellos se encuentran los sentidos del equilibrio, la temperatura, la sed y muchos otros que necesitamos para sobrevivir.
Si te gusta sonarte los nudillos de vez en cuando, no tienes por qué preocuparte. La idea de que aumenta el riesgo de posibles problemas en los nudillos puede parecer razonable, ya que eso es lo que sucede cuando ejerces una presión constante sobre las articulaciones a lo largo de los años. El sonido satisfactorio que oyes se debe al “estallido de burbujas” en el líquido que lubrica las articulaciones. Por más que comas mucho, podrás seguir nadando sin sufrir calambres. Este error parte de la idea de que comer una comida abundante aumenta el flujo sanguíneo a tu estómago, y por eso la sangre no irá a los músculos, lo que podría traerte calambres al nadar. La verdad es que probablemente no te sientas tan cómodo nadando después de haber comido una comida abundante, pero puedes hacerlo si quieres. Hasta se recomienda una pequeña comida rica en carbohidratos poco antes de una sesión de natación, dado que aumentará tu energía.
Si te afeitas el vello corporal, no te preocupes: no volverá a crecer más grueso y oscuro, es solo un mito. Tal vez creas que habrá cambios en el color, el grosor o la velocidad de crecimiento del vello. Eso se debe a que, después de afeitarte, le das al folículo una “punta plana” que puede parecer o sentirse más oscura y áspera que antes. Pero eso es solo un truco de percepción. Una vez que el pelo vuelva a crecer, será igual que antes. No es cierto que perdemos una cantidad desproporcionada de calor corporal a través de la cabeza. Puede que te parezca así porque nuestra cabeza, pecho y cara son definitivamente más sensibles a los cambios de temperatura. En realidad, si salieras sin pantalones, tendrías el mismo frío que saliendo sin un gorro. Probablemente sientas que pierdes calor por la cabeza porque suele ser una de las partes que dejamos al descubierto cuando salimos.
No te preocupes si despiertas a un sonámbulo, no le harás ningún daño grave. Si lo sobresaltas, es posible que se sienta desorientado y se muestre confundido. A veces es mejor hacer eso que dejar que se levante y haga cosas que no debería hacer mientras duerme, como cocinar o conducir. También puedes guiarlo de regreso a la cama.