A veces los verdaderos tesoros no se esconden en grandes acontecimientos, sino en pequeños momentos que solo aprendemos a valorar con el paso del tiempo. Son precisamente esas pequeñas alegrías las que nos hemos esforzado por capturar en estos cómics: sencillos, conmovedores y sorprendentemente familiares. Esperamos que logren recordarte que la felicidad, en muchas ocasiones, está más cerca de lo que parece; solo hace falta mirar en el momento adecuado.
Con el tiempo, las prioridades sobre cuánto dormir cambian, y de vez en cuando no tiene nada de malo quedarse un rato más en la cama.
Lo mismo sucede con la idea de lo que representa el verdadero romanticismo. Para algunas personas, son besos bajo la lluvia; para otras, una manta cálida y el hombro de la persona amada a su lado.
Las pequeñas muestras de afecto de la persona que amas pueden transformar por completo un día difícil en el trabajo.
Con los años, uno empieza a entender mejor las aficiones de sus padres e incluso a encontrar en ellas su propio escape.
Esa inigualable sensación de acostarse en sábanas limpias después de un largo día, ni flotar entre nubes podría ser más acogedor.
Cuando todo en la vida se complica, los gestos amables e inesperados de tus seres queridos te ayudan a recordar cuánto te quieren y te valoran.
A veces, un sorbo de café caliente en un día nublado basta para que la vida se sienta un poco más reconfortante y luminosa.
Lo que de niños no sabemos apreciar, con el tiempo se convierte en un verdadero manjar. Y si además está preparado por alguien de la familia, sabe aún mejor.
Es maravilloso cuando las personas que te quieren saben cómo alegrarte el día y hacen todo lo posible por conseguirlo.
En un mundo que solo valora la productividad, regalarse un “día de flojera” puede parecer una locura. Pero atreverse a hacerlo vale totalmente la pena.
Tener personas en tu vida que aprueben y apoyen tus ideas es un regalo maravilloso que todos merecen.
No hay que olvidar que un día cálido y acogedor, en buena compañía, también se puede disfrutar al aire libre y terminar con malvaviscos bajo las estrellas.
Añadir una pieza más a tu colección de recuerdos felices del verano no tiene precio, y seguro seguirá alegrándote en esas largas y nubladas tardes.
Un cumplido de un desconocido, a veces, puede alegrar la rutina laboral más que cualquier bono trimestral.
A veces, nuestras mascotas nos recuerdan con insistencia que es momento de hacer una pausa, y sus recomendaciones simplemente no se pueden ignorar.
Y ya que hablamos de mascotas que nos cambian la vida, no podíamos dejar pasar a estos hombres que juraban que no querían ni ver un animal en casa... y ahora no solo los consienten, ¡también llevan sus fotos en la cartera!