15 Traiciones amorosas que parecen sacadas de un guion de Hollywood

hace 1 mes

Muchos sueñan con vivir un romance de película. Por desgracia, a veces las infidelidades también parecen sacadas de un guion. En esta recopilación reunimos historias reales de engaños que bien podrían inspirar una buena trama cinematográfica. Y tú, ¿qué historia convertirías en película?

Engañé a mi novio con su mejor amigo y tenía pensado confesarlo. Pero a la mañana siguiente, él apareció radiante, con flores en la mano, y me dijo: “Vamos, tengo una sorpresa para ti”. Llegamos a un café y, para mi horror, allí estaba sentado su amigo... con una chica. Yo ya sentía que me iba a desmayar de los nervios. Entonces, mi novio se levantó, sacó una cajita, se arrodilló y me dijo: “¿Quieres casarte conmigo?”. Su amigo, como si nada, sonreía. Tuve que decir que no, aunque nunca me atreví a dar la verdadera razón. © No todos lo entenderán / VK
Soy alérgica a los gatos. En casa no tenemos animales y evito visitar a amigos que los tengan. Un día, sin motivo aparente, empecé a tener síntomas muy fuertes: apenas podía respirar, incluso estando en casa. No entendía qué pasaba... hasta que noté que coincidían con el horario de mi marido. Un día llegué sin avisar y la encontré a ella: su amante, amante de los gatos, cubierta de pelos de la cabeza a los pies. Me costaba incluso estar cerca mientras recogía sus cosas. © Oído por ahí / VK

Me llamó una amiga llorando: su novio le había sido infiel y la había dejado. Me arreglé a toda prisa y fui a verla. La consolé como pude, hasta que me dijo: “Él la eligió a propósito, sabía que me caía fatal. Yo nunca le habría hecho eso... Si le fui infiel, fue solo con sus mejores amigos”. Me quedé mirándola sin poder creerlo. Entonces añadió, como si fuera lo más lógico del mundo, que eso “no dolía tanto”. ¿En qué momento había perdido toda coherencia? © Oído por ahí / Ideer
Salía con un chico que trabajaba por turnos largos fuera de la ciudad. Todo iba bien, hasta que un día visité a una amiga. Charlando, me contó que una app de citas, después de una actualización, había empezado a mostrar usuarios según su número de teléfono. Se rio diciendo que un compañero casado ya había sido descubierto así. Abrió la app y ¿a quién encontramos? Exacto: a mi novio, con actividad de hacía dos semanas, justo cuando estaba “de turno”. Lo confronté y lo negó todo, diciendo que era “por trabajo”. Le di dos opciones: enseñarme sus conversaciones o terminar. Por supuesto, las conversaciones estaban llenas de coqueteos e invitaciones para “visitarlo”. Ahí confirmé que esas historias de gente con varias familias en distintas ciudades... e incluso en el mismo barrio, eran totalmente ciertas. © Yassherka / Pikabu

Mi hermano había estado saliendo con una chica maravillosa que encantaba a toda la familia: sencilla, alegre, buena, inteligente y comprensiva. Pero él la lastimó, empezó a hablar con otra y terminó engañándola. Terminaron y, poco después, comenzó una relación con una mujer de carácter horrible. Al poco tiempo, mi hermano cambió por completo: se volvió duro y amargado.
Decidí hacer una jugada sucia. Creé una cuenta anónima, usé Photoshop y le envié a su nueva novia una supuesta conversación íntima con él. Hubo un escándalo y terminaron. Después, empecé a llevar a mi hermano a lugares donde sabía que podía encontrarse con su ex: conocía su rutina, el trabajo, el gimnasio, el curso de inglés y las clases de baile. Se toparon varias veces “por casualidad” y era evidente que ella aún lo quería. Él también empezó a sentir algo otra vez y le escribió.
Durante casi un año mi hermano le pidió perdón, hasta que ella lo aceptó de nuevo. Hoy llevan más de 10 años casados, tienen dos hijos —mis adorados sobrinos— y un matrimonio feliz. Él siempre dice que fue un tonto por casi perder a su gran amor... pero que la suerte los volvió a juntar. Sí, claro... la “suerte”. © Oído por ahí / Ideer

Mi ex trabajaba como taxista con turnos de 24 horas cada dos días. Un día me dijo que cambiaría a turnos de 24 horas por medio día de descanso porque necesitaba dinero para el tratamiento de su madre. Nos veíamos poco, él ganaba más dinero, pero estaba más malhumorado. Yo lo entendía y lo apoyaba, hasta que un día lo vi en su coche con una chica. Pensé: “Es taxi, no pasa nada”. Pero cuando ella se bajó, lo besó. Resultó que había estado coqueteando con una operadora para que le asignara los viajes más rentables y al final se enganchó tanto que se fue a vivir con ella. Toda la historia de la madre enferma no era más que una excusa para justificar su nuevo horario. © Yassherka / Pikabu
Tenía un amigo de toda la vida, Max. Vivía con su novia en el mismo edificio. Una mañana, ella me llamó con preguntas extrañas: Max le había dicho que mi prometida había dejado su bufanda en su casa cuando “fuimos a tomar té”. Pero eso nunca había pasado. En realidad, él estaba viéndose a escondidas con su ex. Yo no sabía nada, lo cubrí, pero le advertí que no me metiera más en sus líos. Como siempre, lo oculto termina saliendo a la luz: un día su ex subió a redes sociales una foto de la perrita que vivía con Max y su novia. Ella vio la foto, armó un escándalo y no creyó ninguna excusa. Así fue como lo atraparon.

Una amiga trabajaba en una tienda de muebles. Un día entró un hombre con una mujer para elegir un sofá, y ella los atendió. Tiempo después, el mismo hombre volvió para comprarlo, pero ahora acompañado de otra mujer. Mi amiga, sin malicia, comentó: “Ah, usted vino antes con su esposa para elegirlo”. Resultó que la primera mujer era su amante y la segunda, su esposa... que estaba presente cuando lo dijo. La esposa no armó escándalo en la tienda, pero estoy segura de que en casa lo puso contra la pared. © AstroLisi4ka / Pikabu
Yo trabajaba de lunes a viernes, y mi novia en ese momento estaba desempleada, así que pasaba el día sola en casa. Nunca habría sospechado nada... de no ser por mi gato. Un día, orinó sobre una pila de ropa sucia en su habitación. Ella vino a quejarse y yo, disculpándome, le dije que yo mismo la lavaría. Entre la ropa encontré unos calzoncillos y varios pares de calcetines... que no eran míos. Le entregué el “paquete” y le dije que se fuera de mi departamento. © ScrambledToast / Reddit

Mi esposa había descubierto que mi amigo tenía una amante. Él y yo éramos socios de negocios. Me amenazó con divorciarse si no lo sacaba de mi vida. Estaba hecho un lío: pensaba hacerle caso, pero me daba miedo que él, por venganza, le contara que yo también le había sido infiel. © Oído por ahí / VK
Un día entré con mi hija a una cafetería. Al volver a casa, mi esposa se estaba riendo: me dijo que la mujer de mi amigo Sergio la había llamado para decirle que me había visto con “una pelirroja” en un café. Mi hija se había teñido de rojo justo el día anterior. Nos reímos y lo dejamos pasar.
Luego llamé a Sergio y le dije:
— ¿Por qué no me saludaste en el café?
— ¿En qué café?
— En tal café.
— ¿Y por qué crees que yo estaba allí?
— Porque mi hija se tiñó de pelirrojo y tu esposa le contó a la mía que me vio engañándola con una pelirroja.
— Qué interesante, yo pensaba que ella estaba en casa de su mamá. Luego hablamos, ¿ok?
Pasaron dos semanas. Hoy me llamó para decirme que se estaba divorciando. © Unknown author / Pikabu

Hace dos noches, después del trabajo, quedé salir con una chica. Nos sentamos en un café, charlamos y, al salir, caminamos despacio por la ciudad, tomados de la mano, mientras caía una nieve ligera. En un momento, ella se volvió hacia mí y me dijo: “En realidad tengo novio, vivimos juntos. Él me engañó y decidí vengarme con alguien... contigo. Pero eres tan buena persona que quise contarte la verdad. Perdón por decírtelo tan tarde. Ojalá nos hubiéramos conocido antes, cuando estaba soltera”. Me quedé sin palabras. Vaya giro inesperado. © Beast Creator / Pikabu
Mi exesposa quedó al descubierto cuando me llamó para decirme que se quedaría tarde en la escuela donde trabajaba (era profesora) y que luego dormiría en casa de una amiga. Lo que no sabía era que, en el restaurante donde estaba con su amante, entraron unos amigos míos. © MasterKeysDom / Pikabu

El esposo de una amiga fue descubierto de la forma más tonta. Ambos trabajaban desde casa. Para que ella no sospechara, él nunca llamaba a su amante desde el móvil (pensando que ella podía revisarlo), así que usaba el teléfono fijo. Pero olvidó algo: la función de “volver a llamar al último número marcado”.
Un día, su esposa usó el fijo para hacer llamadas de trabajo. Más tarde, él se fue al balcón con el auricular inalámbrico para hablar en privado. Un rato después, ella necesitó llamar otra vez, presionó “rellamada” y le contestó una voz femenina, desconocida pero muy feliz de oírla.
En mi ciudad natal salía con una chica que luego se fue a estudiar a la capital. La relación se fue enfriando, pero seguíamos juntos. Ella decía que me amaba. Un día, después de clases, estaba en el malecón con mis compañeros y, más tarde, recibí un mensaje: “¿Qué haces ahí con esas chicas? ¡Me lo han contado todo!”. Lo hablamos y quedó aclarado.
Al día siguiente, en la universidad, lo comenté en broma con mis compañeros. Me miraron extrañados y dijeron: “¿Qué bronca? Nosotros pensábamos que ya no estabas con ella... si ayer la vimos aquí, de la mano con un chico, casi se acercan a saludar”. Resulta que ella había venido a la ciudad, no me dijo nada y se reunió con su ex. No sé cómo pudo descubrirse tan torpemente, pero me alegró que saliera todo a la luz. © cityplaner / Pikabu

Las infidelidades siempre son difíciles. Para las personas de esta recopilación, su vida claramente se dividió en un antes y un después.