16 Historias de padres ingeniosos que crían a niños muy felices

Crianza
hace 3 años

Criar hijos no es una tarea fácil. Después de todo, a veces es tan complicado mantener la compostura cuando un niño se niega a hacer algo o, peor aún, cuando hace un berrinche en público. Sin embargo, algunos padres todavía encuentran la fuerza para no reaccionar emocionalmente y aprenden a involucrar a los niños en un juego en lugar de forzarlos y castigarlos.

En Genial.guru adoramos a las personas ingeniosas que saben cómo lograr sus objetivos con tranquilidad, sin agresión. Por lo tanto, no pudimos ignorar estas historias de trucos que todos los padres podrían aplicar fácilmente en la práctica.

  • Cuando escucho historias sobre cómo castigan a los niños por un plato sucio, recuerdo a mi papá. Una vez, de niña, no quería comer fideos en forma de caracoles, y me dijo: “Ahora eres una bandida de mar”, me puso un paño, tomó mis juguetes como prisioneros y agregó que las bandidas comen caracoles para ser fuertes y continuar sus aventuras marinas. La porción fue comida en un minuto. © iamhellcat / Twitter
  • Los niños a menudo no pueden dormir debido a que dan vueltas en la cama bajo la manta. Mi papá, cuando era pequeño, me metía en la cama, levantaba la manta sobre la cama y decía: “¡Bueno, ahora a dar vueltas!”. Después de esa frase me ponía a revolcarme, a jugar, y luego, exhausto, me quedaba paralizado y él me cubría. Me daba una sensación cálida y acogedora, y no quería dar más vueltas. Me quedaba dormido instantáneamente. © manlogin / Pikabu
  • Cuando era niña, a mi amiga la castigaban por su mal comportamiento dejándola sin ensalada. Como resultado, ahora le encanta la ensalada y siempre trata de comer la mayor cantidad posible. Casualmente, su actual marido fue castigado con la privación de libros. Y tuvo el mismo efecto. © cookiearthquake / Reddit
  • Mi papá tenía un gran truco en su arsenal. Cuando uno de los niños (y éramos cinco) se caía y empezaba a llorar, inmediatamente decía: “Ven a mí rápido, yo te levanto”. Por alguna razón, siempre funcionaba: el niño se levantaba por sí solo y caminaba hacia él, olvidándose en el camino de por qué lloraba. © ksavyena / Pikabu
  • Me ponían comida en un plato con un dibujo en el fondo y me decían que si comía todo, encontraría el tesoro en forma de dibujo y descubriría qué había allí esta vez. © nekochertila_ / Twitter
  • Una vez noté que mi hija (tiene 6 años) se comportaba conmigo de una manera medio dura. Le pregunté qué le pasaba y cómo podía ayudarla. De repente me miró fijamente y dijo: “No sé”, y se echó a llorar. Comencé a calmarla y le aseguré que todo estaba en orden, que yo también a veces me sentía triste y que no tenía ninguna queja de ella. Luego, finalmente respondió: “Mi cerebro me obliga a ser dura”. Entonces le expliqué que todo el mundo puede estar de mal humor. Pero si no queremos lastimar a nadie, simplemente hay que decir: “No estoy bien y necesito estar solo”. Luego intentamos repetir esta frase varias veces, ella dejó de llorar y me abrazó. © DrChaeEd / Twitter
  • Mi madre tenía una amiga que se servía verduras en el plato, pero no se las daba a los niños. Y cuando los niños le pedían probar, ella respondía de mala gana: “Esto es comida para adultos. Pero les puedo dar un poco”. Como resultado, a sus hijos les encantan las verduras. Y yo tenía que sentarme a la mesa durante 3 horas y mirar fijamente la repugnante coliflor, que me negaba a comer. © laik72 / Reddit
  • Mi hija mayor tiene 4 años y medio. Le empezaron a gustar las historias de terror. Se las contamos durante los paseos con mi esposa. Mi hija no se detiene con una historia de terror, pide más. Aunque tengo buena imaginación, no podía inventar historias de terror válidas: a la “clienta” no le gustaban. Hasta que se me ocurrió citarle las letras de las canciones de bandas de rock. ¡Y eso sí le encantó! © kartaev / Pikabu
  • Papá notó una vez que cuando me pedía que hiciera algo, por ejemplo, cortar el césped, siempre me quejaba y retrasaba el momento. Pero si me preguntaba qué haría yo: cortar el césped o lavar las ventanas, elegía una de las opciones y lo hacía con tranquilidad. Me rompió el cerebro a los 20 cuando finalmente me lo confesó. Ahora siempre uso este truco cuando entreno a alguien o cuido niños, y casi nunca falla. © AppealToReason16 / Reddit
  • Cuando tenía unos 10 años, mis padres compraron una casa de campo. Y comenzaron los eternos intentos de hacerme trabajar en el huerto. Regar, desyerbar, plantar... Me negaba a hacerlo como podía. Mis padres abordaron este tema de manera creativa. Imprimieron una hoja de papel donde me declaraban oficialmente la nueva propietaria de la zona suburbana. Y luego, por supuesto, sentí toda la responsabilidad y el orgullo. Todas las plantaciones estaban a mi cargo, solo lograban sacarme del huerto entre cinco, trabajaba duro, supervisaba y estaba muy orgullosa de mí misma. © krasovak / Pikabu
  • Hace mucho tiempo, cuando tenía unos cuatro años, unos chicos de 10 años me rociaron con pistolas de agua y se escaparon. Se lo conté a mi madre y ella me dio una manguera, encendió el modo de alta presión y me aconsejó que terminara lo que ellos habían empezado. © yourfavdiabetic / Tumblr
  • Mis hijos tienen 4 y 7 años y sé que cuando les pregunto “¿Pueden guardar sus juguetes?”, definitivamente responderán con firmeza: “No”. Sin embargo, odian cuando se les dice que no pueden hacer algo. Así que tan pronto como digo: “Apuesto a que no pueden volver a poner todos estos juguetes en la caja”, se apresuran a poner las cosas en orden y luego me miran indignados: “¡Te lo dijimos!”. © bibbobbins / Reddit
  • Una vez en un cafetería, en la mesa de al lado, un niño de 3 años comenzó a llorar fuerte. Su mamá trató de calmarlo, pero ya estaba histérico. Entonces lo tomó en sus brazos, salió del local y se sentó junto a la entrada. La oímos decir: “Mírame a los ojos, ¿qué fue lo que te puso así?”. Él continuó llorando. Luego agregó: “Bueno, claramente estás cansado, sentémonos aquí hasta que te calmes y digas lo que está mal”. Después de un par de minutos, sucedió tal como dijo. La moraleja es simple: debes hablar con tus hijos de una manera lógica y respetuosa, en lugar de silenciarlos y obligarlos a lidiar con el estrés por sí mismos. © heavens-to-murgatroid / Tumblr
  • A mi hijo no le gusta guardar los juguetes. Pero le encantan las misiones cronometradas. Por lo tanto, suelo convertirlo en un juego: le propongo guardar todos los juguetes rojos lo más rápido posible, luego los azules, los verdes, etc. Y ya está, todo queda en orden. © divorced_dad_670 / Reddit
  • Cuando era pequeña, mi madre enterraba monedas en el cajón de arena, dejaba grandes huellas de botas y luego me decía que los piratas habían pasado a la noche y habían enterrado tesoros. Podía pasar horas jugando felizmente con mi pequeño colador, y mi madre obtenía una mañana tranquila y silenciosa a cambio. Por cierto, terminé convirtiéndome en arqueóloga. © archaeology****s / Tumblr
  • Me sorprende que muchas personas se sientan incómodas cuando le permito a mi hija mantener su espacio personal. A veces, cuando intentan abrazarla, es posible que ella diga: “No, gracias”. Por lo general, en este momento, los adultos me miran en busca de apoyo. Pero yo solo digo: “Está bien, cariño, no necesitas abrazar a alguien si no quieres”. Es extraño que esto siempre cause una irritación irracional en las personas. Pero yo estoy segura de que estoy haciendo lo correcto. © swedepea / Tumblr

¿También tienes algunos trucos gracias a los cuales encuentras fácilmente un lenguaje en común con los niños?

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