Cada vez son más las personas que se suman a la tendencia de comprar en tiendas de segunda mano y mercados de pulgas. Y no es para menos: en estos lugares no solo se encuentran piezas únicas que rompen con la monotonía del fast fashion, sino también verdaderos tesoros —como bolsos de diseñador, vestidos de alta costura o joyas de oro auténtico— a precios sorprendentemente bajos.
“No pude resistirme a estas botas de leopardo tan increíbles”
“¿Comprarías un vestido de novia de Vera Wang por solo 20 dólares?”
“Este choker vintage de Christian Dior costaba 19.99 dólares, pero la chica de la caja dijo que era demasiado y me lo dejó en 14.99 dólares”
“Compré estos aretes por 2.71 dólares y resulta que son Chanel vintage con vidrio de Murano”
“Un vestido de seda de Dolce & Gabbana por solo 20 dólares. En internet lo venden por 1200 dólares”
“Me puse a revisar una montaña de imitaciones en una venta, pero encontré unos aretes Chanel originales por 25 dólares”
“Conseguí este collar en un mercadito. Cada vez que lo uso, recibo un montón de cumplidos”
“No pude ignorar esta bolsa... todo por un pequeño detalle que tiene”
“Jamás imaginé encontrar algo así en una tienda de segunda mano”
“Encontré los zapatos de Carrie Bradshaw: unos Manolo Blahnik sin estrenar por 10.75 dólares. Dudo que vuelva a tener tanta suerte en mi vida”
“Me llevé esta bolsa de Ralph Lauren por solo 27.99 dólares. ¿Hace falta decir que su precio real es de 3600 dólares?”
“Hace 4 años, mi papá me compró este vestido de novia vintage como broma... ahora estoy a punto de casarme y no sé si usarlo”
“Otra bolsa de Ralph Lauren por la que pagué literalmente 100 veces menos que su valor original”
“¡Botas nuevas y justo de mi talla! Ojalá fueran de un color más vivo, pero igual estoy encantada”
“Hoy encontré este broche encantador en una tienda de antigüedades por unas cuantas monedas. ¡Y es de oro!”
“Mi primera bolsa vintage, y en perfecto estado. Nunca había corrido tan rápido a la caja”
“Estoy completamente enamorada de estas ballerinas con mariquitas que acabo de conseguir baratísimas”
Si todavía necesitas pruebas de que en los mercadillos y tiendas de segunda mano se pueden encontrar verdaderos tesoros, no te pierdas estas otras historias: