19 Lectores cuentan la vez que se sumergieron en una película de terror

Historias
hace 1 año

Hay historias en nuestra vida que, por más que les demos vueltas, no les encontramos una explicación lógica, lo que puede ocasionar que queden en ese mundo misterioso que nos pone los pelos de punta. Paranormales o no, es probable que estas vivencias nos hayan marcado, tanto que solemos recordarlas aunque hayan transcurrido muchos años. Además, al contarlas también podemos revivir el temor que sentimos en esos instantes.

  • En una ocasión mi mamá me invitó a su “nueva casa” (en ese entonces); era una casa amplia, con tres recámaras. Yo me quedé a dormir en la última recámara, aún había cajas y algunos muebles sin organizar. Justo me estaba quedando dormido cuando, entre las cobijas, sentí y escuché algo que se movía. Abrí los ojos y me quedé pensando en que solo había sido un sueño. Cerré los ojos para dormir y de nuevo la misma sensación; retiré las cobijas de mi cuerpo y me di cuenta de que debajo de la cama salía una mano negra con dedos enormes, como si alguien estuviera debajo de mí. Tenía 18 años y me daba mucha pena hacer que mi mamá me creyera. © Gabriel Torres / Facebook
  • Quizá sí me crean, pero parece insólito que una vez me quedé encerrada en el cementerio. No sabía que tocaban un silbato para cerrar, y cuando fui a salir todas las puertas ya estaban cerradas. © Lucrecia Rodríguez / Facebook
  • Sé que otros no lo creen, pero mi hija sí, porque lo vio y lo vivió a mi lado. Yo tengo ciertas características desde muy joven que me permiten ver lo que va a pasar y también saber quién viene de visita antes de que llegue. Hace unos años, cuando mi hija era relativamente pequeña, llegué a la casa del trabajo y la niña estaba viendo televisión. El teléfono estaba cerca de ella, y cada vez que me acercaba para tomar el teléfono fijo, se le apagaba la televisión a mi hija, y ella me reclamaba. Yo no había tocado nada, ni el control, ni los botones ni nada. También cuando estaba estresada o muy cansada, pasaba cerca de los carros estacionados y se prendían las alarmas. Me asustaba, porque la gente podía pensar que estaba tocando el carro, pero no. Eso lo heredé, según los relatos familiares, de la familia de mi abuela paterna. © Lucero Espinosa / Facebook
  • Una noche oímos cómo se rompían platos y vasos en la cocina. Al mismo tiempo mi familia y yo nos despertamos. La más valiente, mi hermana, prendió la luz de la cocina y pasó corriendo, gritando: “Es un animal”. Despertamos a mi padre, que agarró un leño y lo golpeó. Luego lo arrojó al patio. Al día siguiente, al despertarnos, corrimos a ver al animal, no lo encontramos y le preguntamos a papá. Asombrado, nos dijo que no le parecía posible que se hubiera ido, y que no reconoció qué tipo de animal era. Corrimos al baño, ahí había sangre, pero en la cocina ningún traste estaba roto. Nunca supimos qué había sido. © Gyna Lollobrigida / Facebook
  • Cuando era chica, una vez llegó mi papá de trabajar y salimos todos a recibirlo. Yo llevaba un cinturón en la mano que tiré sin querer, al agacharme a recogerlo pasó mi perra y de solo tocarme la frente me dejó toda hinchada. Nadie me creyó, tanto así que terminé mintiendo en la escuela y dije que me había caído. © Marta Martinez /Facebook
  • Muchas cosas extrañas he vivido. Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, un amigo de mi esposo murió. Esa madrugada tocaron a la puerta, si mal no recuerdo, en dos ocasiones; mi esposo decía “¿quién es?” y nadie contestaba. Esa tarde se enteró de la muerte de ese amigo.
    © Magdalena Florian Rivera / Facebook
  • Yo iba a hacer la limpieza de un Sport Bar en las mañanas. Un día que estaba lavando los baños de mujeres escuché un quejido muy fuerte, yo estaba sola y en los baños había un espejo de cuerpo enter. Al escuchar el quejido volteé al espejo y se veía una mujer, pero al darme la vuelta había desaparecido. Salí de los baños y a lo lejos estaba ella levitando y viéndome, yo tenía tanto miedo que empecé a rezar para calmarme. Regresó el dueño y le platiqué, pero le causó risa.
    © Paty Moreno / Facebook
  • Una madrugada desperté y vi mi cama al otro extremo de mi cuarto y me miré dormida con mi esposo. Yo dije: “¿Qué es esto?”, y me senté. Restregué mis ojos, y ya no vi nada más. Fue algo realmente extraño. © Erika Ortiz / Facebook
  • A mí me pasó de niño, que podía flotar a la altura de los árboles, y no estaba dormido, estaba despierto. Me pasó un par de veces más y ya jamás volví a vivir esa experiencia. © Lupe Guerrero Vela / Facebook
  • Teníamos un gato que casi siempre se metía cerca del brasero para calentarse. Hace ya muchísimos años, cuando llegamos del colegio el gato estaba quemado y pasándolo muy mal, mi papá ayudó para que dejara de sufrir. Le lloramos mucho al pobre. Sin embargo, al día siguiente al llegar del colegio, el gato estaba en el pasillo y estaba vivo, lo tuvimos todavía mucho tiempo más. Tiene que ser verdad que los gatos tienen 7 vidas. © Sonia Morales Martin / Facebook
  • Cuando era pequeña estaba durmiendo en el segundo piso de la casa de una tía y vi cómo entraban dos platillos voladores por la ventana. Eran pequeños y fueron pasando de hamaca en hamaca. Yo no me moví hasta que desaparecieron. Obvio que nadie me creyó, hasta que años después Jaime Maussan comentó en un programa que existen esos platillos voladores.
    © Jane Martín / Facebook
  • Vi una luz naranja tapando la mitad del cerro donde vivo. Hasta yo lo dudaría si no hubiera estado mi hermana para corroborar lo que vi. © Bodoque San San / Facebook
  • Una vez estuve esperando a una maestra de la prepa afuera de un salón, me asomé por la ventana y la vi ahí. Al notar que tardaba mucho en salir, fui a dar una vuelta y cuando volví ya no estaba. Pregunté por ella y me dijeron que no había asistido ese día a la escuela. Yo la vi claramente y no hay manera de que la haya confundido, porque era la única de cabello supercorto, rubia y de ojos azules. © Abigail Potter / Facebook
  • Iba manejando y al dar la vuelta en un retorno de la carretera, un carro venía a toda velocidad, no me vio y se pasó para el carril en donde estaba dando la vuelta. Sentí el carro atravesando el mío, pero no lo chocó, solo vi cómo lo atravesaba. Nadie me cree, pero mi hermana y yo lo vimos. © Nancy Ordoñez / Facebook
  • Antes de un temblor estaba dormida, luego sentí que salía de mi cuerpo y flotaba, podía ver todo, incluso a mí misma en la cama durmiendo. Esto siempre me ha pasado desde muy niña, también le pasaba a mi abuela, pero nadie me creé. © Yuri Maria Acosta Leon / Facebook
  • Algo que hasta este día nadie me cree es que se me quebraron 3 tarros que una muchacha le regaló a mi esposo. Todos creyeron que los rompí porque me había dado celos, pero no fue así, lo puedo prometer.
    © Cori Perez / Facebook
  • Vi agua convertirse en una sustancia obscura y sólida al hacerme una limpia. No podía creerlo. Yo misma llevé la botella de vidrio con agua y la mujer la agito con un rezo y se convirtió en esas sustancia, fue rarísimo.
    © Tabatha Daly / Facebook

Las situaciones que parecen de película de miedo pueden aparecer en la vida de muchas personas. A veces las historias podrían ser dignas de un libro por cómo nos ponen la piel de gallina al escucharlas o leerlas. Aunque, en algunos casos, podrían tener una explicación razonable.

Imagen de portada Gabriel Torres / Facebook

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