No me extraña que haya historias de divorcios...
19 Personas que podrían haber movido montañas si sus padres no las hubieran sofocado con tanto cuidado
A veces, el cuidado de los padres no conoce límites. Llevar al niño de la mano a la escuela hasta la graduación, obligar a un “pequeño” de 30 años a llevar gorro o prohibir que una “nena” de 25 años salga después de las 10 de la noche son señales de sobreprotección que afectan a muchos hijos de todas las edades. Desde afuera, estos casos parecen cómicos, pero dentro de esas relaciones se desarrolla un verdadero drama.
Genial.guru cree que algunos padres deberían verse a sí mismos desde afuera y comprender que a veces incluso las buenas intenciones de proteger a su hijo de algo malo pueden causar daño. Quizás las historias reales de personas que se enfrentan al problema de la sobreprotección serán un incentivo para que los papás y las mamás que se preocupan demasiado por sus hijos les den un poco más de libertad.
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Conocí a un hombre de 34 años. Estaba divorciado porque su esposa lo engañó. Ok. Llegamos una vez a un parque, estábamos sentados en el coche. De repente, recibió un mensaje de su madre. Encendió el coche y dijo que tenía que irse a su casa. Le pregunté por qué. Resulta que su madre le dijo que tenía que levantarse temprano para trabajar al día siguiente, así que yo tenía que dejarlo ir a su casa. Genial, ¿no? Y sobre el engaño de la exesposa, también entendí la razón. Él pensaba que era suficiente tener relaciones una vez al mes. Más veces no le resultaba interesante. Menos mal que nosotros no habíamos llegado a eso. © leghorn / Pikabu
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Tuve que volver a mi casa paterna a la tierna edad de 34 años porque mi exmarido nos echó a mí y a nuestros 3 hijos, y vivimos con mis padres durante 4 meses. Cuatro. Largos. Meses. Un sábado por la noche, cuando mis hijos fueron a visitar a unos amigos, le dije a mi padre que iba a salir. Quiso saber dónde estaría y con quién. Le expliqué que iba a ver a una amiga del trabajo, que tiene unos 30 años, una hipoteca, 2 hijos y un marido. Mi papá preguntó qué íbamos a hacer. Le respondí que veríamos una película y me fui, pero escuché a mis espaldas: “¿Los padres de ella estarán en casa?”. © surethingsugar / Reddit
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Era invierno y con mi grupo de amigos decidimos recordar nuestra infancia y jugar a las bolas de nieve. Después, la novia de un amigo dijo: “¡Fue divertido, es la primera vez que me divierto tanto!”. Le pregunté en broma: “¿Has pasado tu infancia bajo llave?”. Y ella: “Bueno... sí”. Resulta que su mamá y su abuela la mantuvieron en el departamento toda su infancia, no salía a pasear para nada, solo jugaba en su casa. Un control total, después de la escuela y durante el primer año de la universidad: directo a casa después de las clases. Luego conoció a mi amigo, él se sorprendió notablemente con esta historia, le ofreció alquilar un departamento y vivir y estudiar allí. La madre de ella, al enterarse de esto, le hizo un escándalo a su hija y a mi amigo, lanzando maldiciones. En pocas palabras: mi amigo y la chica llevan 5 años de casados, la madre de ella ni siquiera fue invitada a la boda, todavía no le hablan. © cyberalex / Pikabu
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Tengo 22 años, ahora vivo en un dormitorio universitario, pero tengo que volver a casa todos los fines de semana. Debo estar en mi habitación antes de las 6:00 p. m., incluso si las clases terminan tarde: eso no importa. ¿Amigos? Mis padres piensan que no los necesito porque tengo una familia. Naturalmente, no tengo ni puedo llegar a tener amigos del sexo opuesto. No puedo tener pasatiempos que mis padres desaprueben. Para mí, esto significa no bailar, no pintar, no actuar. Nada de música. Mis padres eligen qué tipo de ropa puedo usar. Sé que mi protesta contra estas reglas provocará agresividad, pero ya estoy lista para romperlas. © Sarah Sabrina / Quora
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Hasta los 17 años, no me dejaban ir más allá del patio de nuestra casa: Dios no quisiera que mi madre mirara por la ventana y yo no estuviera en su campo de visión. Me llevaban y me iban a buscar a la escuela de la mano, y ni se hablaba de “pasar la noche en la casa de una amiga” o “visitar a un amigo que vive del otro lado de la calle”. Entré a la universidad, me llamaban turnándose cada 2 horas y me preguntaban dónde estaba y qué hacía. Y ahora que soy adulta, todos los días me dicen que crecí dependiente y no conozco la vida real. © “Oídoporahí” / VK
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Nunca se me permitió ir a ningún lado. Hasta los 13 años, mis padres eligieron qué peinado y qué ropa me pondría. No se me permitía afeitarme las piernas. Yo era la única chica de 14 años de la escuela con piernas peludas. Otros niños se reían de mí. Cuando me afeité las piernas en secreto y mi madre se enteró, armó un terrible escándalo. Mi primer período comenzó durante las clases. Llegué a casa esperando apoyo, pero en cambio mi madre se molestó y solo repetía una cosa: “¿Por qué esto sucedió hoy?”. Y luego se negó a llevarme a la tienda a comprar toallas sanitarias. Habiendo crecido, sigo siendo retraída, silenciosa y ansiosa, no me llevo bien con la gente y dudo de todo lo que hago. Mi autoestima es muy baja. © quid__ / Reddit
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Durante toda mi infancia anduve de la mano de mi madre, sin poder dar ni un paso sin permiso. Siempre tenía miedo de hacer algo mal y que me regañaran. Tampoco aprendí a comunicarme con los hombres. En la adolescencia, cuando todas mis compañeras ya tenían novios, yo estudiaba en mi casa y solo era amiga de otras “buenas chicas” como yo. Pero ahora, a los 22 años, apenas estoy tratando de aprender a vivir como yo quiero. Y la culpa de todos modos es mía: “¡Estás esperando a un príncipe! Podrías ser un poco menos exigente con la elección de un chico, de lo contrario, me dejarás sin nietos”. cutepotatoooo / Pikabu
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Tengo un conocido, Sergio, que se graduó con honores de una universidad especializada en minería. Envió una solicitud para participar en una expedición a los archipiélagos árticos. Estaba seguro de que definitivamente lo tomarían, pero el telegrama con la invitación no llegaba. Y ahora, 25 años después de la presentación de esa solicitud, mientras desarmaba el armario de la casa de sus padres, encontró entre las cosas de su difunta madre ese mismo telegrama con la invitación. Estaba furioso, sostenía el telegrama en sus manos y gritaba, y en respuesta solo escuchaba la voz de su madre del pasado: “Hijito, ¿cómo podrás vivir allí, en el Ártico?”; “¡No digas tonterías! ¡Dónde estás tú y dónde está el Ártico!”; “Mira, cuántas buenas vacantes hay en la ciudad”. Y él dijo: “Es mi culpa, abandoné mi sueño rápidamente, no fui lo suficientemente persistente y por eso no vi el Polo Norte”. © IMHONAH / Pikabu
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Tengo prohibido reunirme con amigos más de 4 veces al año. Nada de chicos, me enviaron a una escuela de solo chicas para excluir cualquier posibilidad de comunicación con el sexo opuesto. Mis padres revisan el historial en mi teléfono y computadora todos los días para averiguar qué estuve haciendo en Internet. No hay ni atisbo de espacio personal, incluso al baño voy con su permiso. Hay cámaras instaladas en todas las habitaciones, excepto en el baño y en el dormitorio. El toque de queda es a las 22:30. Duermo en la misma cama con mi madre y en la misma habitación que mi padre, “por si hago algo que no debo hacer”. Si voy a Oxford, igual tendré que vivir con mis padres. Y créeme, estarán patrullando la ciudad para asegurarse de que no haga nada que no aprueben. © Anonymous / Quora
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Mis padres se divorciaron cuando yo tenía 10 años y quedé al cuidado de mi madre. Sobreprotección en todo. Crecí retraído, inseguro de mí mismo. Recién a la edad de 30 años las chicas comenzaron a notarme y a interesarse por mí. Pero en las citas, cerca de las 22 o 23 horas, mi madre llamaba y preguntaba a los gritos dónde estaba. Con las chicas, nunca fui más lejos de los besos. Ahora tengo 35 años, y en mi dirección vuelan constantemente reproches porque no me caso y hace mucho que quieren tener nietos. Y me da tanta rabia escuchar estas palabras. Ahora tengo la oportunidad de mudarme y alquilar un departamento propio, pero ¿para qué? No sé cómo comunicarme con el sexo opuesto. No puedo recuperar mi juventud. Entiendo que, muy probablemente, no conoceré nunca la alegría de estar en una relación, o de ser padre. Hay un vacío enorme en mi interior. © SurlyOgre / Pikabu
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Me lo contó una amiga que es coordinadora de un campamento de verano infantil. Antes de enviar a los niños, uno de los papás pasó 15 minutos despidiéndose de su hijo, después de lo cual el pequeño lloró durante otro cuarto de hora. Luego, el padre regresó para asegurarse de que su hijo estuviera bien. Y luego, de nuevo estuvo despidiéndose durante 15 minutos y siguieron las lágrimas del pequeño. Esto se repitió varias veces durante el día. El padre los siguió en las caminatas para asegurarse de que su hijo estuviera bien. En realidad, no se le dio ni un minuto al pequeño para relajarse y divertirse de verdad mientras estaba “lejos de sus padres”. © LadyParnassus / Reddit
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Mi esposo es un hijito de papá. El padre, que lo crio solo, aprobaba a las chicas para su hijo, le decía a dónde ir en una cita, qué regalar, qué decir. Yo resulté ser la mejor, el papá le dijo que se enamorara y mi esposo lo hizo. Y cuando comenzamos a vivir juntos, resultó que no iba a ninguna parte sin su padre. Y el papá está feliz: van juntos al servicio de autos, a pescar, al garaje, a los partidos de hockey y de fútbol. Mi esposo no pasa conmigo ninguno de los dos días de los fines de semana. Y solo se escucha: “Papá dijo”, “Papá ordenó”, “Papá pidió”, “Papá necesita”, “Papá quiere”. Mi esposo incluso le pidió permiso para concebir un hijo, y su papá por ahora se lo ha prohibido categóricamente. Me divorciaré. © “Oídoporahí” / VK
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Mi amiga de la infancia está bajo el control total de sus padres y abuelos. A los 36 años, no está casada y nunca lo estará. Trató de salir con chicos, pero qué clase de cita puede haber cuando las llamadas comienzan a las 20:00 hs, y si no respondes, la salida de los familiares en busca de la hija pródiga está garantizada. Recibió una educación superior igual a la de la madre, y su mamá le consiguió un trabajo en el departamento de contabilidad en el escritorio al lado del suyo propio. © Mellene / Pikabu
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Una vez, mi madre vio que yo estaba sentada en el regazo de un chico y me dijo con toda seriedad que una chica que ella conocía quedó embarazada después de hacer eso (vestida). Constantemente me inculcaba un miedo infundado al embarazo. La mamá de mi mejor amiga era enfermera y, cuando yo tenía 17 años, le pregunté si eso siquiera era posible y me miró con un asombro que no puedo explicar. © starrkissedsixx / Reddit
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Hoy vi al rey de los hijitos de mamá. Un hombre que parecía tener unos 45 años, grandote, de unos 2 m de altura, con el cabello peinado hacia atrás con una raya al medio, la camisa metida dentro de los pantalones, los pantalones metidos dentro de los calcetines, los calcetines metidos dentro de unas sandalias. Guapo, en una palabra. Seguía a una anciana y decía en voz grave: “Maamááá, ¿puedo no ir a lo de Cristina? Mamááá”. A lo que la mujer respondió dulcemente: “Hijito, ya no soy joven, quiero mimar a mis nietos”. ¡Cristina, fuerza, muchacha! © “Oídoporahí” / VK
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Mis amigos y yo fuimos al cine. Una de mis amigas estaba en un extremo de la fila y su madre en el otro. Cuando en la pantalla apareció una escena romántica, la madre de mi amiga comenzó a gritar su nombre y a exigirle que cerrara los ojos. © Gold_Experince / Reddit
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Conocí a un chico por Internet. Desde hace unos 30 años vive con su madre, le entrega su sueldo, y en general: “mi mamá, mi mamá...”. Por supuesto, una alarma como pocas, por supuesto. Cuando conocí a su madre, la alarma se convirtió en una campana. Me dice: “Cuando decidas quedar embarazada, solo embarázate. Y listo. No le preguntes nada a él, no entiende nada, digas lo que digas, que así sea”. Y luego: “No está adaptado para nada a la vida familiar, no le dejé acercarse a la cocina. Y el trabajo de hombres, bueno creció sin un padre, ¿qué puede hacer?”. Cuando le propuse que se mudara a mi casa, esperé lo que seguiría con aprensión: pero arregló el grifo que goteaba, reparó la puerta del armario, destapó el desagüe de la lavadora. Siempre hay una deliciosa cena caliente cuando vuelvo a casa del trabajo. Después de un par de semanas, no aguanté más y le pregunté: “¿Qué está pasando? Deberías ser un hijito de mamá no adaptado a la vida adulta. ¡Tu mamá me lo dijo!”. Y en respuesta escuché: “No escuches a mi mamá. Tenemos nuestra propia vida, y ella tiene la suya”. Y así vivimos. Vivimos muy bien. © 9oo1oo / Pikabu
¿Alguna vez has conocido a hijos de padres sobreprotectores? ¿Cómo les afectó su exagerado amor?
Comentarios
Impacta la historia de la familia que no dejaba salir de casa a su hija
Hay padres demasiado sobreprotectores
He conocido a alguna persona así
Tremenda historia la de la solicitud del chico que estudió minería