20 Mamás cuentan la vez que la inocencia de sus hijos las dejó pasmadas

Historias
hace 1 año

No vamos a negar que, a veces, los niños son como terremotos en miniatura, que nos hacen temblar de pies a cabeza cuando ponen a funcionar su imaginación. Sobre todo cuando esta falla, y de la risa, pasan al llanto que ni el padre más experimentado logra entender. No hay manual para estos momentos, solo nos queda improvisar con cariño. Y luego, sí, soltar la carcajada.

  • Mi hijo me preguntaba por qué todos nuestros héroes tenían nombres de calles, jiji. También me preguntaba qué hacíamos todas las mamás afuera del kinder cuando ellos estaban dentro. Y se frustraba mucho cuando subíamos alguna montaña y descubría que ahí tampoco podía tocar el cielo. Soñaba con ser doctor y ponerles colitas de perro a las personas para que movieran la cola cuando estuvieran felices. También creía que si se tapaba la cara, yo no podía encontrarlo. © Ara Fosado Gzmn / Facebook
  • Cuando mi hijo era pequeño, me dijo que le habían salido botones en los dedos de los pies, y le pregunté: “¿Cómo que botones?”. Él respondió: “Sí, mira”, y eran solo granitos. Me dio mucha risa porque mi mamá tenía un lunar grande en la mejilla, y mi niño lo llamó un “botonsote negro grandote”. Me pareció muy tierno y le expliqué que lo que tenía mi mamá se llama lunar y que lo que tenía en sus dedos eran solo granitos. Fue muy gracioso 😃😃. © Margarita Garcia / Facebook
  • Mi hija tenía 4 años y se sorprendió mucho cuando se dio cuenta de que mi mamá era su abuela. No podía creer que yo tuviera una mamá y me decía: “No, ella es la abuela”. Yo le decía: “Mi amor, tu abuela es mi mamá”. Estuvo en negación por casi un mes y a todos los que llegaban a la casa les preguntaba lo mismo. © Ps Sandra Milena Henao Manrique / Facebook
  • Un día, mi hijo de menos de 3 años, salió corriendo muy asustado y llorando. Me dijo: “Me sigue, me sigue”. Yo, asustada, no miraba a nadie y le dije: “Vamos a ver qué es”. Me señaló su sombra y volvió a llorar desconsolado. Me dio mucha risa su inocencia, mi hijito bonito. 😂😂😂. © Diana Arellano / Facebook
  • Una vez, cuando mi hija tenía 7 años y yo estaba embarazada, se acercó a nosotros y nos dijo: “Mami, ya sé cómo tú y mi papá hicieron a mi hermanito”. Nos quedamos sorprendidos y con miedo, pero le pedimos que nos contara. Mi esposo estaba con una cara de “Tierra, trágame y escúpeme lejos de aquí”. Sin embargo, escuchamos su relato y nos dijo: “Mi papá te hizo parar y él se arrodilló delante de ti. Luego, él agarró tu barriga, rezó y puso a mi hermanito dentro de tu barriga”. Mi esposo y yo nos miramos y le dijimos: “Sí, hijita, así fue, así fue” 😁😁😁. © Maryhory De la Cruz / Facebook
  • Mi cuñada tenía el cabello demasiado largo y siempre andaba con una trenza. Un día me pidió que le cortara la trenza porque sentía mucha presión en la nuca. La corté casi al ras de la liga y le quedó muy corto. Mi sobrino tenía dos añitos y empezó a llorar muy fuerte, como si no reconociera a su mamá, porque no quería irse con ella. Mi cuñada tenía que ponerse la trenza cada vez que lo cargaba para que no llorara. Así anduvo por varios días. 😅. © Norma Guerrero / Facebook
  • Una vez, a mi hijo le tuvieron que hacer una radiografía de tórax y cuando se las mostré, comenzó a llorar porque no quería tener un muerto dentro de su cuerpo 😂😂😂😂😂. © Ely Pichardo / Facebook
  • Le dije a mi hijo de 5 años que tenía que comer carne de res. Y, asustado, me preguntó: "¿De Tiranosaurio Rex?“🤣. © Amilkar Franco / Facebook
  • Un día, mi hija salió sorprendida del colegio y me dijo: “Mamá, ¿sabes que Miguel es negro?” Habían sido amigos desde la guardería y se dio cuenta a los 4 años cuando otro compañero lo mencionó. Mi niña, además, le preguntó a su amigo si él sabía que era negro y Miguel le respondió que lo era desde chiquitito 😊. © Eva Maria Eva Maria / Facebook
  • Mi hija perdió su muñeca, y la buscaba y nada que la encontraba, hasta que entró en YouTube y puso: “Si tu muñeca se pierde, ¿dónde la encuentras?” 🤣🤣🤣🤣🤭🤭. © Lizbeth Acuña / Facebook
  • Mi hijo se asustó cuando se tocó las pestañas y dijo que, por imitar al gallo de mi mamá, le estaba saliendo una cresta a él. © Aida Irias / Facebook
  • Cuando tenía como 4 años (no recuerdo bien si era menos), estaba jugando en una pequeña piscina y cada vez que terminaba de jugar, mi mamá me decía que me bañara y me tallara bien (aunque al final ella terminaba bañándome). Un día, mientras me estaba tallando muy bien la colita, descubrí un pequeño hoyito y empecé a gritar y llorar diciéndole a mi mamá: “¡tengo un hoyo, tengo un hoyooooo!”. Pobrecita de mi madre, saltó de la impresión preguntándome a gritos: “¿Dónde?, ¿dóndeeee?”. Con mucho nerviosismo, le mostré la zona descubierta (yo estaba muy asustada). Entonces, mi mamá se rio mucho y me preguntó: “Hija, ¿de dónde crees que sale la popo?”. Todos nos reímos. Y así terminó la historia. © Erika Rodriguez / Facebook
  • Mi prima, que ahora tiene 40 años, tenía 8 años cuando mi tía compró un pequeño radio. Mi tía salió del cuarto y dejó a mi prima con su nuevo radio escuchando música. Después de un rato, mi tía se dio cuenta de que el radio no sonaba y descubrió que mi prima lo había destapado para sacar a las personas que estaban encerradas dentro 😂. © Yoly Montilla Quevedo / Facebook
  • Mi hijo menor tenía 4 años cuando su papá se afeitó la barba. Cuando él llegó del kimder, no se dio cuenta inmediatamente de que su papá no tenía barba. Estaba sentado a su lado y se me ocurrió preguntarle: “¿Viste a tu papá?” Y cuando lo miró, se asustó y salió corriendo para alejarse. Al papá le costó trabajo convencerlo de que era él y no un extraño, pero después de que lo reconoció, el niño comentó con inocente sinceridad: “Es feo, qué feo es”. © Elizabeth Lopez / Facebook
  • Cuando mi hija tenía 3 años, estábamos en una reunión familiar y le preguntamos: “¿Cómo se llama tu abuelo?” A lo que ella respondió: “Damián”, que es el nombre de mi papá. Luego le pregunté: “¿Y tu abuela, cómo se llama?” Y ella dijo: “¡Damiana!” Todos nos reímos a carcajadas y le expliqué que ese no era su verdadero nombre. Mi hija insistía en que su abuelo era Damián y su abuela Damiana, y que se llamaban igual, pero el de la abuela era de mujer. Nos llevó días hacerla entender y aprenderse el nombre real de su abuela. © Elivasti Baltazar Martínez / Facebook
  • Cuando mi hijo tenía 4 añitos, regresó del jardín todo preocupado y le pregunté qué le pasaba. Él me dijo: “Estoy todo morado”. Por supuesto, me desesperé y lo senté en la mesa para revisarlo, pero no encontré ningún moretón. Entonces, le pregunté: “¿Dónde estás morado?”. Él respondió: “Estoy todo morado”. Yo, como loca, pregunté: “¿Te pegó alguien?”, mientras buscaba moretones. Pero él siguió insistiendo: “Estoy morado de mi compañerita... todo morado”. Jaja, estaba ENAMORADO. © Norma Calvo / Facebook
Imagen de portada Norma Calvo / Facebook

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