No me siento tan sola...
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Dicen que tener hijos es igual que tener algo en el fuego. Al menos así se siente por un tiempo. Y es que los niños pequeños están llenos de energía, emociones y, por supuesto, ideas locas. Por eso los hogares terminan pagando los platos rotos (literalmente), y los padres también. Aquí presentamos una serie de historias divertidas de padres que se han enfrentado a los desastres más inusitados de sus hijos.
¿Qué catástrofes inolvidables, costosas o irreparables recuerdas haber causado en tu infancia? ¿Qué cosas épicamente desastrosas han hecho tus hijos?
No me siento tan sola...