20 Lectores de Genial que encontraron en sus suegras una segunda madre que no esperaban

Es muy curioso cómo, además de cambiar nuestra apariencia y nuestra rutina, el tiempo también cambia nuestros gustos, llegando incluso a hacernos odiar —o temer— cosas que en nuestra juventud amábamos y hacíamos con total normalidad. Igual en el sentido opuesto, de repente descubrimos que ahora adoramos cosas que antes nos parecían aburridas, como una noche de peli y palomitas en casa en lugar de salir de parranda. Sigue leyendo y verás cómo no solo a ti te está pasando.
Cuando era adolescente, siempre me reía de la ropa holgada y nada atractiva que usaba mi mamá, principalmente de su ropa interior enorme. Varias veces intenté sin éxito cambiar su look, me decía que no podía vestirse así, que no estaba cómoda. Recuerdo mostrarle una vez un juego de ropa interior nuevo que acababa de comprarme y ver su cara de espanto diciendo, “Pero si es un hilo”. Casi 25 años después y, ya siendo madre yo también, inconscientemente he empezado a vestirme como ella en aquel entonces. Le doy preferencia a la comodidad antes que al glamur o a las modas, y ahora, es mi hijo de 15 años quien se ríe de mi estilo aburrido, “fuera de onda” y de mi ropa interior enorme. No me importa la verdad, es práctica para mi día a día y me siento genial con ella.
¿Qué era lo que más te gustaba hacer cuando eras pequeño o pequeña? ¿Qué cosa te gustaba mucho antes y ya de grande no llama para nada tu atención?