5 Descubrimientos que fueron hechos casi por accidente y cambiaron la historia de la humanidad
Hay una leyenda de que Mendeléyev soñó con la tabla periódica de los elementos. Pero el gran científico nunca dijo que la idea de ordenar los elementos le llegó en medio de la noche, además, dijo que había estado trabajando en esta tabla durante muchos años. Sin embargo, algunos descubrimientos importantes, gracias a los cuales el mundo ha cambiado para siempre, ocurrieron por casualidad.
Genial.guru recopiló para ti una lista de inventos "accidentales" sin los cuales nuestra realidad sería completamente diferente.
1. Hormigón armado
En la Exposición Universal de París en 1867, el jardinero francés Joseph Monier presentó su trabajo: un tino de hormigón para plantas, reforzado con varillas de hierro. Monier trabajó en el invernadero del Palacio de las Tullerías, donde se hizo cargo de los naranjos. En verano, las plantas colocadas en tinos de cemento las sacaban a la calle, y en el invierno se ponían de nuevo en un invernadero, y, debido a la diferencia de temperatura, los tinos se hendían y se rompían.
Para fortalecerlos, Monier comenzó a experimentar con varillas de hierro que instaló en un molde que usaba para fundir los tinos. Quizás el jardinero se enteró de experimentos similares con hierro y cemento, pero fue él quien se dio cuenta de que hay que fortalecer los productos no solo con varillas, sino con una grilla formada de ellas.
Durante su investigación, Monier notó que los más fuertes eran los tinos en los que las varillas fueron instalados tanto horizontal como verticalmente. Por cierto, el honor de la invención de los durmientes de hormigón armado también le pertenece a Joseph Monier.
2. El Premio Nobel
En 1888, en uno de los periódicos franceses, apareció un obituario titulado "El mercader de la muerte ha muerto", que se refería a la muerte de Alfred Nobel. Sin embargo, la triste noticia fue publicada por error, porque en uno de los hospitales de Cannes había muerto su hermano de sangre, Ludwig, y no Alfred.
Después de leer el obituario, el inventor de la dinamita pensó en cómo él permanecería en la memoria de las generaciones futuras, y no queriendo siempre ser recordado solo como un "mercader de la muerte", cambió su testamento y legó todo su patrimonio a un fondo especial que promovería la ciencia en todo el mundo.
3. Vidrio de seguridad
En 1903, un artista, escritor, compositor y científico francés, Édouard Bénédictus, accidentalmente dejó caer un frasco en el suelo durante un experimento químico. Para sorpresa de Bénédictus, el vidrio fino se agrietó, pero no se rompió: como se vio después, había restos de una solución de nitrocelulosa, que, después de secarse, había "envuelto" el frasco.
En aquellos años, los autos usaban vidrios comunes en las ventanas, cuyos trozos dañaban gravemente a los conductores y pasajeros durante los accidentes. Después de leer acerca de otro accidente automovilístico en el periódico, Bénédictus comenzó a realizar experimentos y, finalmente, inventó un vidrio que constaba de dos láminas, entre las que se colocaba una capa de celulosa. Cuando se calentaba, la celulosa se derretía y unía firmemente las láminas de vidrio.
El científico patentó el resultante "sándwich" bajo el nombre de "triplex", y en 1919 Henry Ford fue el primero en instalarlo en sus automóviles.
4. Radioactividad
En 1896, el científico francés Antoine Becquerel realizaba experimentos con rayos X recientemente descubiertos (también por casualidad), tratando de comprender si existe una conexión entre ellos y la luminiscencia de las sales de uranio.
Para el experimento, Becquerel usó un mineral con sales de uranio: lo mantuvo bajo el sol por un tiempo, luego lo juntaba con un objeto de metal sobre la placa, en la cual aparecía una imagen "fotográfica" después de un tiempo. Es cierto que su claridad era peor que la de los rayos X, por lo que el científico decidió que era por falta de sol y decidió esperar un día más soleado.
Pero la naturaleza no favorecía a Becquerel, y luego decidió guardar por un tiempo los minerales y las placas fotográficas, envolviéndolos con una cruz de Malta en un material oscuro y opaco. Unos días más tarde, el científico, por alguna razón, reveló la placa fotográfica y vio en ella la imagen de la cruz, y luego supuso que la luminiscencia no está relacionada con los rayos del sol.
El estudio adicional de los misteriosos "rayos" le dio al mundo un concepto de la radioactividad, por el descubrimiento de la cual, en 1903, Becquerel se juntó con Marie y Pierre Curie y recibieron el Premio Nobel.
5. Anestesia
En 1844, el dentista Horace Wells durante una conferencia del químico Colton que mostraba la acción del óxido nítrico, se dio cuenta de que uno de los estudiantes, que se encontraba bajo la influencia de gas de la risa, lastimó su pierna y no sentía el dolor. Wells llevó a cabo el experimento en sí mismo, respiró óxido nitroso y le pidió a su colega que le sacara un diente. La operación fue indolora, y el médico comenzó a administrarle a sus pacientes una dosis de gas de risa.
Una vez, Wells decidió demostrar públicamente el efecto del gas, pero el experimento falló: tal vez debido a una pequeña dosis de óxido nitroso. Durante la operación, el paciente gritó y sus colegas que estaban reunidos en la sala ridiculizaron a Wells. Otros intentos de introducir este método de anestesia fallaron, y al mismo tiempo, se usaron cloroformo y éter para la anestesia. El óxido nitroso fue olvidado por un tiempo.
Al no poder soportar lo que le pasó, Horace Wells tomó una dosis de gas de la risa y se cortó la arteria femoral. Casi 20 años después, el Dr. Colton, cuya conferencia comenzó la historia de la anestesia, introdujo con éxito el método de anestesia de Wells, que luego se extendió por todo Estados Unidos y Europa.
Bono: Bótox
En 1987, la doctora Jean Carruthers, que trabajaba como oftalmóloga en una clínica privada en Vancouver, realizó una inyección de una solución que contenía, entre otras cosas, toxina botulínica. El medicamento se introdujo para ayudar a una mujer a sobrellevar el blefaroespasmo, un síntoma por el cual los párpados se cierran involuntariamente.
Después de un tiempo, la paciente regresó a la Dra. Carruthers y le pidió otra inyección. Cuando la médica dijo que no había necesidad de esto, dado que el blefaroespasmo había desaparecido, la mujer admitió que después de la inyección su mirada se volvió más abierta y más joven.
La Dra. Carruthers propuso a su esposo, Alastair Carruthers, que trabajaba como dermatólogo en la misma clínica, probar la toxina botulínica como un "remedio" para las arrugas. La propia Jean, junto con la administradora del hospital, Katie Swan, fueron las primeras pacientes en recibir una inyección de bótox no con fines estéticos para suavizar las arrugas.
¿Te ha pasado algún accidente que cambió tu vida para mejor?