Muchas mamás lo van a agradecer
5 Pasos clave que puedes seguir para que tu bebé tome el biberón y no extrañe el pecho (y algunos tips)
Para fortalecer el sistema inmunitario de tu bebé, no hay nada mejor que alimentarlo con leche materna. La Organización Mundial de la Salud y muchos pediatras recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida. Pero lo cierto es que muchas mujeres no pueden satisfacer esta demanda, ya sea por sus obligaciones laborales, por motivos de salud u otras razones. Entonces, es importante realizar una transición gradual y efectiva entre el pecho y el biberón para que ni la mamá ni el bebé resulten estresados.
Genial.guru te presenta una guía que hará que tanto la mamá como el bebé se sientan cómodos con el proceso de pasar del pecho al biberón. Al final encontrarás un bono con consejos muy valiosos para una transición efectiva.
1. Paciencia para mamá
A partir del contacto del bebé con el pecho materno, se forma un vínculo muy fuerte, más aún si el bebé toma leche “a demanda”. Debido a esto, el momento del destete puede ser difícil de transitar tanto para la mamá como para el bebé.
Pero como esta forma de administrarle el alimento no puede durar para siempre, en algún momento tienes que hacer la transición a la lactancia mixta, complementando las tomas con un biberón, o bien directamente pasando al biberón, abandonando completamente la lactancia materna.
Lo que hay que tener en cuenta es que la mamá tendrá que procurar tener mucha paciencia, ya que el tipo de succión es diferente para el bebé, así como también cambia mucho la textura entre la tetina y el pecho. Por eso al principio el bebé puede ser un poco reticente a succionar, y es probable que llore mucho. Pero no te preocupes, solo anímalo y acurrúcalo en tu regazo como si lo fueras a amamantar. Tampoco lo fuerces, hazlo de manera progresiva y no abruptamente.
Si aún tienes buena producción de leche, lo ideal es que utilices un dispositivo o una bomba para extraerla —por ejemplo, un sacaleches manual o eléctrico— y le des tu misma leche en el biberón. Si no cuentas con esta posibilidad, consulta con un pediatra sobre la leche de fórmula más conveniente, de acuerdo con el tiempo de vida y el peso de tu bebé.
2. Materiales adecuados
Algo importante que hay que tener en cuenta es que la tetina sea de un tamaño adecuado, ya que si es demasiado grande, le dificultará la succión al pequeño. También puedes conseguir tetinas de silicona, las cuales son ergonómicas y tienen una textura muy similar a la del pecho materno. Además, estas tienen un sistema de goteo que se parece al natural, lo que hace que el bebé sienta que está tomando de tu pecho, ya que el esfuerzo que realiza es el mismo.
Es vital que todos los elementos utilizados para alimentar a los bebés, por ejemplo tetinas, biberones o cucharas, hayan sido limpiados y esterilizados antes de utilizarlos. De esta manera se eliminan las bacterias que podrían enfermar al bebé de diarrea u otras enfermedades.
Lava cuidadosamente con jabón y agua caliente todos los elementos o utensilios que vayas a utilizar para preparar la fórmula. También es aconsejable usar un cepillo que viene especialmente para limpiar tetinas y biberones. Con este puedes refregar el interior y el exterior; así te aseguras de eliminar todos los restos en los lugares donde es difícil acceder.
3. Horarios y nuevas rutinas
Lo más aconsejable es que comiences con una toma de biberón por las tardes, ya que —en la mayoría de los casos— este es el momento del día en que el consumo de leche disminuye. Como la mañana y la noche son las horas en las que el bebé más demanda el pecho materno, y sobre todo a la noche les ayuda a conciliar el sueño, no es conveniente que comiences el proceso en ese horario nocturno.
Cuando se reduce la lactancia materna, puede ser útil introducir una nueva rutina que no le recuerde este hábito al bebé. Por ejemplo, si a tu pequeño le gusta tomar la leche por la mañana en la cama, podrías intentar levantarte rápidamente e ir a otra habitación para desayunar juntos.
Por la noche, también puedes animar a tu pareja a que acueste al pequeño. Es posible que el bebé acepte fácilmente una rutina diferente a la hora de acostarse. Tal vez disfrute de un biberón calentito de leche y un cuento antes de ir a la cama.
4. No ofrecer no es lo mismo que negar
Probablemente te hayas acostumbrado a ofrecerle el pecho a tu bebé cada vez que manifiesta algún tipo de malestar, más aún porque este contacto tan cercano contigo le transmite confianza y serenidad. Pero si estás decidida a dejar la lactancia, esto es algo que ya no te conviene seguir haciendo. No obstante, si el pequeño lo pide, tampoco es bueno negárselo, ya que sería un cambio demasiado brusco para él.
A medida que tu niño crece, se vuelve más enérgico y realiza diversas actividades. Es posible que notes que, naturalmente, deja de pedir el pecho con tanta frecuencia. Este método de no ofrecer proactivamente puede hacer que dejes de amamantar de forma suave y gradual.
5. Comunicación con el bebé
Si bien cada pequeño es diferente y también tienen distintas necesidades, todos tienen en común que son capaces de interactuar y tienen la curiosidad innata de querer conocer todo, por eso es que cuando le explicas algo, parece que te interpreta y te entiende.
Pero no es solo un parecer, la ciencia también ha comprobado que cuando le hablas, el bebé puede entenderte. Por eso siéntete en confianza de explicarle todo cariñosamente. Por ejemplo, míralo a los ojos y dile que está creciendo, que ya es tiempo de que tome la leche solito o con otra persona, que mamá tiene que hacer otras cosas y que no puede estar atendiéndolo todo el tiempo, pero que igualmente siempre estará pendiente de él y lo va a cuidar de una u otra manera.
Aunque tu bebé no pueda expresarse más allá del balbuceo y no pueda contestarte más que con una sonrisa, seguramente tus palabras le llegarán, especialmente si salen de tu corazón.
Bono: Tips que pueden ser de mucha utilidad
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Lo mejor es que tú le des el primer biberón, pero que luego compartas esta tarea con el papá o algún otro cuidador, así el bebé comprende que no solo depende de ti para nutrirse.
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Humedece la tetina con tu leche para que el pequeño se sienta más a gusto con ese sabor familiar.
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Para evitar que tu bebé trague aire mientras succiona, inclina el biberón de modo que la fórmula llene el cuello y cubra la tetina.
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Como la lactancia materna ofrece un apoyo emocional muy importante, dale muchos abrazos y besos a tu bebé para suplir esta necesidad.
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Comienza con tomas de pequeñas cantidades para que el bebé se vaya familiarizando gradualmente con la succión de la tetina.
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Los cambios que se introducen en sus rutinas cotidianas, son más sencillos de aceptar para el bebé. Por eso, puedes incluir la toma del biberón después de alguna actividad diaria, como por ejemplo el baño.
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Si le ofreces el biberón al pequeño y este no lo acepta, posiblemente es porque no percibe el olor a la leche materna y no quiere tomar otra cosa. Por eso es importante que el papá, la abuela u otro cuidador se involucren en la nutrición del bebé.
¿Has pasado por esta experiencia? ¿Quieres agregar algún otro punto en esta guía que pueda ayudar a otras mamás?
Comentarios
A mí me resultó difícil el cambio
Yo recomiendo el sacaleches eléctrico
Muy buenos los tips ;)