14 Cosas que ya es hora de dejar de considerar un signo de mala educación

Tener un par de zapatos cómodos nunca pasa de moda. Y si tu trabajo implica pasar la mayor parte del día de pie, el confort no es un lujo, sino una necesidad. No importa si debes caminar todo el tiempo como un repartidor o permanecer quieto como un estilista: tus pies soportan una gran carga. Créeme, si sientes dolor, te salen ampollas o el calzado aprieta un poco, es mejor deshacerte de él en lugar de recurrir a remedios caseros para solucionarlo. A veces, unos zapatos que parecen cómodos a simple vista pueden tener sus trampas. Y otras veces, simplemente no son de tu talla. Afortunadamente, hay algunos consejos que pueden ayudarte a elegir el par perfecto para usar a diario.
Especialmente cuando compras en línea, presta atención a la forma del calzado. Incluso un ligero diseño estrecho, ya sea en unos mocasines o en unos tenis, puede hacer que el tamaño indicado en la etiqueta no se corresponda con la realidad. Elegir un modelo ajustado es arriesgado; lo mejor es optar por una talla más grande. Por ejemplo, unos tenis sueltos pueden quedarte perfectos, mientras que unas alpargatas estrechas con la misma talla podrían resultarte incómodas. Lee siempre los comentarios de otros compradores en las plataformas de venta: el término “calzan pequeño” existe por una razón.
El material del calzado diario debe permitir que el aire circule, lo cual es clave para mantener tus pies frescos y cómodos. Además, lo ideal es que la suela sea de goma, ya que ofrece mayor estabilidad.
Uno de los errores más comunes al probarse calzado nuevo es hacerlo sentado. Esto es un gran fallo, ya que al caminar o estar de pie, los dedos se colocan de manera diferente, y podrías terminar con los dedos apretados, lo que arruina por completo la experiencia de uso. Lo más recomendable es probarte los zapatos de pie, e incluso dar unos pasos con ellos. Así podrás notar si realmente se ajustan bien o si aprietan.
¿Te ha pasado que te encantan unos zapatos, pero te quedan un poco ajustados, y la siguiente talla ya es demasiado grande? En esos casos, muchas personas cruzan los dedos y esperan que el calzado se estire con el uso. Pero esa es una mala idea. Generalmente, los fabricantes usan materiales que no se expanden. Sí, hay excepciones, pero cuando el zapato parece “haber cedido”, en realidad lo que ocurre es que las fibras se han roto, no que se hayan estirado. Y eso solo significa que esos zapatos no durarán mucho tiempo.
Quizás te preguntes por qué algunos vendedores afirman que los zapatos se aflojan con el uso. Y sí, en el caso de los hechos con cuero genuino puede haber una ligera expansión, pero será mínima. No esperes que aumenten una talla completa. Así que evita comprar calzado que te quede ajustado esperando que ceda: lo más probable es que solo te cause molestias constantes.
Por lo general, el pie humano continúa cambiando a lo largo de la vida. Aunque no crece tan rápidamente como en la adolescencia, con cada década puede aumentar aproximadamente medio número. Esto se debe a la presión constante que soportan los pies: los ligamentos se expanden, haciendo que el pie se alargue y ensanche. Lo más recomendable es medir el pie por la tarde, ya que después de un día activo, los pies tienden a hincharse. Un calzado que por la mañana parece quedarte bien, podría resultar apretado e incómodo por la noche. También es importante hacer la medición de pie estando de pie. En una posición sentada, el pie se acorta ligeramente. Además, es normal que un pie sea un poco más largo que el otro, aunque la diferencia sea de apenas unos milímetros. Aun así, conviene tomar como referencia el pie más largo al momento de probar calzado. El espacio sobrante se puede compensar fácilmente con una plantilla de silicona, por ejemplo.
¿Cómo medir correctamente el pie? Párate sobre una cartulina o una hoja de papel (asegúrate de que el pie quepa completamente). Es importante hacerlo de pie para que el pie esté totalmente extendido. Traza el contorno con un marcador, luego coloca tu pulgar sobre la línea del dedo gordo del pie y haz una marca. Haz una marca similar en el borde interior del pie. Ese espacio adicional es el que te garantizará la comodidad que necesitas.
Este tipo de calzado suele tener una mayor profundidad interna, lo que permite agregar plantillas ortopédicas si es necesario. Estas plantillas ayudan a reducir la carga en los pies, las rodillas y las caderas. Incluso si no tienes problemas de salud, pero pasas muchas horas de pie, este tipo de soporte puede ayudarte a preservar tu bienestar físico.
Siempre debes tener en cuenta con qué tipo de calcetines usarás los zapatos. Por ejemplo, es poco probable que uses tenis o zapatos cerrados sin calcetines. Por eso, lo mejor es probarte el calzado con los mismos calcetines que planeas usar. Llévalos contigo cuando vayas de compras: este pequeño detalle puede marcar una gran diferencia.
Muchos expertos recomiendan probarse el calzado después de un día completo de actividad, ya que es cuando el pie está más hinchado. Así te asegurarás de que no te apriete más adelante. Fíjate en que haya suficiente espacio tanto en el dedo gordo como en el meñique. Si notas que el zapato se abulta o ajusta en algún punto, prueba una talla más grande.