7 Formas de hacer frente a la sensación de vergüenza y sobrevivir a un fracaso

Psicología
hace 4 años

El psicólogo estadounidense Silvan Tomkins ha llegado a la conclusión de que el sentimiento de vergüenza surge cuando se esperan emociones positivas, pero se experimenta la sensación de fracaso. El cerebro puede percibir esa situación como un problema que requiere de una resolución inmediata, o bien reaccionar a ella como una amenaza: nos impide avanzar y nos hace sufrir.

Todos sufrimos nuestros propios infortunios, tras los cuales deseamos esconder la cabeza bajo el ala y nunca más sacarla: se deslizó tu vestido en el momento más inoportuno, no llevabas suficiente dinero para pagar las compras y ya estás en la caja registradora con una montaña de productos, o simplemente no sabes cómo llenar el depósito de gasolina de tu automóvil y la cola que se ha formado alcanza dimensiones estratosféricas. Cada vez que estas situaciones alcanzan a tu imaginación acabas pensando: "¿Por qué esto, precisamente esto, me pasa a mí?"

Genial.guru descubrió cómo se puede hacer frente rápidamente a este sufrimiento interno, comprendiendo la naturaleza fisiológica y la química de estas emociones negativas.

7. Perdónate a ti mismo

En primer lugar, reconoce que esta situación te provoca una sensación de incomodidad. Para empezar, esto te ayudará a comprender que aquello que ha sucedido requiere de un análisis. Si no admites estar avergonzado sobre lo ocurrido, este sentimiento pasará al nivel inconsciente para tener después un impacto serio, obstaculizando tu vida.

Recuerda esta frase y pronúnciala cuando sientas vergüenza: "Por el hecho de que me dé vergüenza, no estaré mejor o más feliz" o "No tengo nada de que avergonzarme, todas las personas atraviesan por esas situaciones incómodas". Todo esto hará que te resulte más fácil tratar cada situación concreta y encontrar una forma adecuada para resolverla.

6. Reconoce tus errores

Comienza por analizar la situación: averigua qué exactamente te llevó al fracaso y descubre las razones concretas. Si realmente cometiste un error, es hora de corregirlo.

Si, por ejemplo, durante el proceso de una presentación de un balance general, te das cuenta de que este presenta algunos defectos, para suavizar la situación, recurre a frases de este tipo: "Esta es una pregunta complicada y podré contestarla más tarde tras realizar un análisis más profundo, a día de hoy estas son las conclusiones", o bien "Compañeros, después de debatir este tema con ustedes, yo probablemente cambie mi opinión y la exprese más adelante". Escucha tranquilamente las críticas, no te quejes por las mismas y la próxima vez inicia tu discurso tras haber estudiado mejor la cuestión.

5. Esto es temporal

Los errores humanos se olvidan bastante rápido, por lo que la sensación de vergüenza es un estado temporal. Rechaza también las comparaciones innecesarias, no pongas en una balanza tu comportamiento con las expectativas de los demás, acéptate a ti mismo. Es este desajuste entre las expectativas y la realidad lo que, a menudo, provoca esa sensación de vergüenza.

4. Disculpas

No desvíes la mirada, pasando cerca de la persona a la que has ofendido. Es mejor disculparte una vez y sentirte así "a gusto" todos los días. Trata de encontrar una explicación simple y breve a tus acciones si has ofendido a otro involuntariamente. Por ejemplo, supusiste erróneamente que tu compañera estaba embarazada. Explícalo diciendo que tu hermana o una amiga está en ese estado, por eso "ves futuras mamás" por todas partes.

3. Responsabilidad

A menudo, las situaciones después de las cuales experimentamos una sensación de vergüenza e incomodidad, surgen porque no podemos asumir la responsabilidad de una decisión que es necesaria pero extremadamente difícil de tomar. Si aún, a pesar de actuar correctamente, sucede lo temido, busca lo positivo del momento: a veces ese estrés te ayuda a darte cuenta de qué solución es la más correcta.

2. Conversaciones

Habla de la situación con un ser querido, te escuchará y compartirá tus sufrimientos, o tal vez, aportar a la misma una buena solución. Pero ten cuidado: la probabilidad de que tus revelaciones se hagan públicas siempre es elevada y el nivel de tu confort mental puede descender por debajo de 0. Elige para este tipo de conversaciones a las personas en las que tienes plena confianza.

1. Culpa o vergüenza: ¿dónde está la diferencia?

Es fácil distinguir entre un sentimiento de culpa y la sensación de vergüenza, solo tienes que elegir qué emociones quieres experimentar, el primero, por cierto, es mucho más noble. La culpa difiere por el hecho de que te das cuenta de que has cometido una mala acción y entiendes que puedes cambiarla ahora y evitarla en el futuro. Con una persona así, siempre resulta más sencillo hacer las paces y mejorar las relaciones, mientras que una sensación de vergüenza no aportará nada, excepto la idea de haber sufrido un fracaso universal, cargando de reproches sin fin a tu conciencia. Recuerda que la autodestrucción ahora no es lo que te conviene, ni te hace falta.

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