15+ Pruebas de que el 2019 estuvo lleno de amor y bondad

¿Por qué en el mundo moderno, donde hay todo para satisfacer las necesidades y aún más, las personas siguen sintiéndose infelices? Este tema ahora se está analizando a nivel estatal, y algunos países, como los Emiratos Árabes Unidos y Bután, han nombrado ministros de la felicidad. En Europa y Rusia, piensan seriamente en repetir esta experiencia. Las tecnologías se desarrollan demasiado rápido, el ritmo de vida está aumentando, y simplemente no tenemos tiempo para adaptarnos a todo. Pero siempre hay una salida.
En Genial.guru también decidimos averiguar qué nos impide ser felices y cómo lidiar con ello.
La civilización moderna nos ha otorgado muchos bienes materiales y libertad de elección. Solíamos creer que una gran variedad prometía más satisfacción, pero, paradójicamente, la abundancia limita la libertad de nuestra elección.
El sociólogo Barry Schwartz en su libro La paradoja de la elección dice que la toma de decisiones diaria se vuelve cada vez más complicada debido a la gran cantidad de alternativas. La necesidad de elegir constantemente puede privarnos de energía, quitándonos el tiempo y haciéndonos cuestionar cualquiera de nuestras decisiones antes de aceptarlas. Al final, todo esto puede provocar irritación, estrés e incluso depresión severa.
¿Qué hay que hacer?
El acceso a Internet nos ha dado acceso a casi cualquier tipo de información, pero el problema es que la mayor parte de ella es inútil. El fundador del Internet, Tim Berners-Lee, en su carta abierta, dijo que, en la Web, una mentira se expande más rápido que la verdad debido a que los recursos ganan con la cantidad de clics y, por lo tanto, están interesados en que el usuario vea los materiales más provocativos e impactantes posible (o sea falsos o embellecidos). Además, la información basura sobrecarga nuestro cerebro, lo que provoca fatiga y trastornos neurológicos.
¿Qué hay que hacer?
No hay que explicar cuánto los gadgets o dispositivos electrónicos han simplificado nuestras vidas. Pero también nos sumaron problemas, desde el deterioro de la visión hasta la dependencia grave. Además, los científicos de la Universidad de Texas en Austin creen que el uso diario del teléfono inteligente empeora las habilidades mentales y deprime la psique. Hoy en día, ya no imaginamos nuestra vida sin un teléfono y una computadora. En lugar de usarlos para los fines previstos, nos escondemos en los dispositivos electrónicos, en el mundo del Internet y la realidad virtual. Sustituimos lo natural por lo artificial y, por lo tanto, nos sentimos infelices.
¿Qué hay que hacer?
La velocidad de la vida aumenta cada año. Para responder rápidamente, debemos estar constantemente en buena forma, ser efectivos. Pero, por otro lado, yendo demasiado rápido, puedes salir de la ruta a través de un ataque de nervios, una enfermedad, o quemarte profesionalmente. Hoy en día, el tiempo es la moneda más valiosa. Por lo tanto, acortamos las palabras, nos reunimos solo por negocios, y la multitarea se percibe como un estándar laboral.
¿Qué hay que hacer?
El concepto de consumismo ha cambiado drásticamente en los últimos tiempos: ya no reparamos las cosas, sino que las cambiamos. El sociólogo Erich Fromm estaba seguro de que muchas personas modernas ya no viven en el pleno sentido de la palabra sino están tratando de expandir su mundo a través de la adquisición de las cosas, y su vida se reduce a la carrera por poseer algo. Incluso cuando una persona estudia, quiere tener un diploma, no conocimiento y experiencia. No tiene una comprensión de cómo ella misma existe en este mundo y cuál es el significado de su destino.
La moda cambia cada temporada, se lanzan cosas nuevas y más sofisticadas a diario, cada hora salen actualizaciones y adiciones para ellas. En la búsqueda de cosas, una persona se pierde a sí misma y la capacidad de analizar adecuadamente sus necesidades.
¿Qué hacer?
La música de Mozart tiene más de 200 años, pero todavía es perfecta e insuperable. La música contemporánea es más simple, se vuelve más estándar para convertirse en un éxito que disfrutarán aquí y ahora, y mañana será olvidado. Esto es cierto no sólo de la música: la cultura popular provoca emociones fuertes inmediatas, sacando la profundidad de los sentimientos.
Además, los modelos de belleza, los superhéroes y otros ideales de la cultura moderna requieren mucho de la persona común para poder llegar a este ideal. Sigmund Freud, en su libro El malestar en la cultura, señalaba que, si la cultura ofrece imágenes poco realistas para una persona, esto le provoca neurosis o hace que una persona sea infeliz.
¿Qué hay que hacer?
Todos queremos tener éxito, y es un deseo normal. Sin embargo, en la búsqueda de nuestro lugar bajo el sol, a menudo nos perdemos a nosotros mismos, experimentando la frustración debido a las expectativas infladas y traicionamos a nuestros sueños por objetivos más materialistas. El profesor de psicología Alfred Langley dijo que el cansancio emocional es un grave problema de nuestro tiempo. Él cree que las razones son la tensión constante y la orientación al éxito sin compararlo con nuestros valores y objetivos verdaderos.
¿Qué hacer?
Vivimos en una época mejor, todos los caminos están abiertos para nosotros, y somos libres de elegir. Lo más importante es no perderse entre la variedad de caminos y encrucijadas, y no ser rehén de los hábitos que nos impiden disfrutar de la vida.
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