10 Verdades ocultas de familia que aparecieron sin previo aviso

Tu cuerpo a veces emite advertencias que ni siquiera reconoces. Desde pequeños cambios en cómo te sientes hasta síntomas extraños que jamás relacionarías con tu hígado, hay señales que pueden pasar desapercibidas. Aquí te contamos 7 maneras en las que tu cuerpo podría estar tratando de decirte que algo no anda bien y por qué deberías prestarles atención.
ESTE CONTENIDO ES SOLO INFORMATIVO Y NO REEMPLAZA LA OPINIÓN MÉDICA. CONSULTA SIEMPRE A TU MÉDICO ANTE CUALQUIER DUDA SOBRE TU SALUD.
Perder peso sin hacer dieta o ejercicio puede ser una de las primeras señales de cáncer de hígado. Esto puede suceder porque tienes menos apetito o porque te llenas rápidamente al comer. Si notas que bajas de peso sin razón aparente, especialmente junto a otros síntomas, es momento de consultar a un especialista.
Si notas que tu piel o el blanco de tus ojos se tornan amarillos, tu hígado podría estar dando la alarma. Esto suele ocurrir cuando hay un problema en los conductos biliares o el hígado no está funcionando bien. La ictericia nunca es normal: ante cualquier señal, busca atención médica.
El cáncer de hígado puede aumentar la presión dentro del órgano, empujando líquido fuera de las venas y hacia el abdomen. Esta acumulación se llama ascitis y puede causar hinchazón o sensación de pesadez en el estómago. Si de pronto te ves inflamado, sobre todo del lado derecho, habla con tu médico.
Cambios en los hábitos al ir al baño o en el color de la orina pueden indicar problemas hepáticos. La orina oscura o las heces muy claras pueden significar que la bilis no está fluyendo bien, quizá por daño en el hígado. No te alarmes, pero sí consulta con un profesional.
Una fiebre frecuente o que no desaparece podría indicar que tu cuerpo está luchando contra una infección, o incluso, en algunos casos, cáncer. El cáncer de hígado puede provocar fiebre, especialmente en etapas avanzadas. Si tienes fiebre pero no síntomas de gripe o resfriado, es momento de comentárselo a tu doctor.
Algunas personas detectan un bulto duro o inusual bajo las costillas, en el lado derecho. Puede ser el hígado agrandado o un tumor que se puede palpar. Cualquier bolita o masa que no desaparezca debe revisarse cuanto antes por un profesional.
Sentirse cansado es un síntoma muy común de muchas enfermedades, incluido el cáncer de hígado. Si tu fatiga va más allá del cansancio normal de un día ajetreado y no mejora aunque descanses, tu cuerpo podría estar luchando contra algo serio. No dudes en consultar con tu médico.
Estos síntomas no siempre significan que tengas cáncer de hígado, pero sí pueden ser una señal de que tu cuerpo necesita atención. El cáncer de hígado es más fácil de tratar si se detecta a tiempo, así que no ignores señales nuevas, raras o que empeoran. Habla siempre con tu médico ante cualquier duda. Solo un especialista puede evaluar correctamente tus síntomas y orientarte sobre los siguientes pasos.