8 Personas que se llevaron los secretos más grandes a la tumba
Los humanos tienen secretos, pero no todos están dispuestos a compartirlos. Incluso en su lecho de muerte, muchas personalidades famosas no se atrevieron o no quisieron decirle al mundo algo que supieron en vida.
Siendo amante de los secretos y los misterios, Genial.guru te contará acerca de 8 personalidades famosas que se llevaron información invaluable a la tumba.
1. El sentido de la vida, el universo y todo lo demás
En la famosa trilogía "La Guía del autoestopista galáctico", escrita por Douglas Adams, "el sentido de la vida, el universo y todo lo demás" fue respondido con el número "42". Pero Adams nunca le dijo a la audiencia por qué la respuesta fue esa. Dicen que solo el amigo cercano del autor, Stephen Fry, conoce la verdad, pero que por el respeto que le tiene a su compañero se niega a contarla.
También existe la suposición de que el autor simplemente hizo una broma y escribió lo primero que se le vino a la mente. En cualquier caso, nunca sabremos cuál es la verdad.
2. Las últimas palabras de Einstein
Antes de morir, Albert Einstein le dijo algo a la enfermera, pero lo hizo en alemán, y ella simplemente no lo entendió. Muchos todavía discuten sobre qué palabras fueron, y una de las versiones es: "Ya he cumplido mi misión aquí".
3. El arte del magnetismo
Edward Leedskalnin era un inmigrante letón que de alguna manera, solo, construyó un castillo de rocas de varias toneladas.
Todavía no está claro cómo una persona que pesaba 50 kg y medía 160 cm aprendió a mover piedras de hasta 30 toneladas de peso sin ayuda. El propio Leedskalnin no reveló su técnica durante su vida, pero dijo: "¡He descubierto el secreto de los constructores de las pirámides!"
Después de su muerte, la creación fue llamada "Castillo de Coral", y cuando en 1986 se rompió una puerta de piedra de 9 toneladas, los ingenieros tuvieron que utilizar una enorme grúa para moverla. Los científicos creen que Leedskalnin había descubierto la naturaleza del magnetismo y que usó alguna clase de dispositivo para mover las rocas.
4. El secreto de Harry Houdini
El ilusionista más grande, Harry Houdini, antes de su muerte, encerró en una caja fuerte un sobre donde se describían los secretos de sus mejores trucos. En el testamento indicó que la caja fuerte se abriera 100 años después de su fallecimiento.
El 6 de abril de 1974, cuando expiró el período indicado, la oficina del notario abrió públicamente el objeto, pero resultó que estaba vacía.
Se dice que ese fue el último truco del Sr. Houdini, y que el ilusionista se llevó los secretos de sus actos a la tumba.
5. La biblioteca de Iván el Terrible
La biblioteca de Iván el Terrible es la colección más rica y legendaria de libros y documentos de la historia, cuyo último propietario fue el zar llamado de la misma forma.
La colección contenía tratados científicos, obras de los clásicos antiguos y de los filósofos de diferentes pueblos. Era tan valiosa que el rey ordenó esconderla, y su ubicación solo era conocida por un círculo estrecho de personas de confianza.
Se suponía que el secreto de la biblioteca se transmitiría de generación en generación, pero con la muerte del zar, toda la información sobre la ubicación de la misma desapareció.
6. El cuarto cardenal
Los Papas tienen el derecho de nombrar cardenales in pectore, es decir, en secreto. Durante los 27 años de su papado, Juan Pablo II designó en secreto a 4 personas.
El primero fue el arzobispo Gong Pin-mei, que pasó 30 años en una prisión china. El Papa lo nombró cardenal en 1979 y solo lo dijo en 1991. Más tarde, los nombres de otros dos también fueron revelados al público, pero el cuarto sigue siendo un misterio. Juan Pablo II no lo dijo ni durante su vida ni en su testamento.
Esto significa que, en algún lugar, hay un cardenal que no sabe el título que recae sobre él.
7. La carta de amor de Beethoven
Después de la muerte de Beethoven, entre su correspondencia personal se encontró una carta de amor no enviada. No había ningún nombre ni en el sobre ni en el interior de la misma, por lo que solo el gran compositor sabía la verdad sobre quién era la destinataria del mensaje.
8. El hombre-corcho
Angelo Faticoni era un hombre que sigue siendo un misterio para los científicos. Nació en 1859 y en su infancia descubrió su capacidad de no hundirse en el agua.
Un día, los científicos de Harvard llevaron a cabo un estudio de sus habilidades y arrojaron a Faticoni a un estanque, atándole un cargamento de 9 kg. Pero él estuvo flotando durante 15 horas, y tampoco se hundió en un saco con balas de cañón y sentado en una silla con una carga pesada.
Los científicos bautizaron a Faticoni como "el hombre-corcho". Murió en 1931 sin haber contado el secreto de su increíble habilidad.