Acepté hacerle un favor a mi amiga para su boda, pero ahora pienso cobrárselo
En una reunión familiar o entre colegas en el trabajo, hay ocasiones en las que es inevitable sentirse como el último trozo de pastel en una fiesta. Sin embargo, cuando esa sensación de exclusión proviene de alguien cercano, como un amigo, el impacto emocional es aún mayor. Así le sucede a la mujer de esta historia, quien, gracias a la desconsideración de una amiga, se vio en la penosa situación de tener que poner el dinero por encima de la amistad.
“Soy ama de casa y tengo 5 hijos. El mayor, de 13 años, y el más pequeño, de 18 meses. Hace poco, mi amiga Stacey se casó y unos 6 meses antes de su boda, me pidió que le hiciera 75 pastelillos para su boda. Me gusta cocinar y la pastelería, lo hago como un pasatiempo y me he vuelto muy buena en ello, así que acepté hacerle el favor porque es mi amiga.
Además de mí, Stacey también le pidió el favor a otros cinco amigos, para que le ayudaran a preparar la comida para su boda. Bueno, 3 semanas antes de la boda me llamó para pedirme que preparara una bandeja grande de frijoles al horno y yo hasta ese punto pensaba que sería una boda pequeña, así que le dije que sí”.
“Luego, 1 semana antes de la boda, me llamó otra vez, y me dijo que la lista de invitados había aumentado un poco, así que ahora necesitaba tres bandejas grandes de frijoles y que, además, necesitaba 300 pastelitos en lugar de 75. Antes de que yo pudiera decir algo, colgó la llamada.
Así que hasta 2 días antes de la boda, estuve metida en mi cocina horneando y cocinando, mientras también cuidaba a mis hijos. Aproximadamente una semana después de la boda, un amigo en común me llamó para preguntarme sobre el regalo de agradecimiento que Stacey había enviado y fue ahí cuando me di cuenta de que a todos les había enviado un regalo, agradeciéndoles por ayudarle con la boda. A todos, menos a mí”.
“Yo la llamé, pensando que tal vez el mío se había perdido, pero fue entonces cuando me dijo que ella no me envió nada porque soy ama de casa, así que para mí no había sido gran cosa ayudarle con las cosas para la boda. En cambio, todos los demás sí tenían trabajos reales, así que a ellos sí les había costado ayudar.
Le contesté que para mí también había sido difícil ayudarle. Entonces, le envié una cuenta de cobro por todo lo que gasté para hacer la comida y además le cobré por mi trabajo y el tiempo que invertí preparándolo todo. Ahora, algunos amigos en común que me dicen que soy de lo peor por cobrarle. ¿Será que me pasé?”.
Cuando tu amistad no es valorada
Para afrontar esos momentos en los que nos sentimos menospreciados o subestimados por parte de personas en las que hemos depositado nuestro cariño, hay algunas pautas que pueden ayudar:
Reflexiona sobre la situación: Antes de actuar, tómate un momento para reflexionar sobre la dinámica de tu amistad y cómo te hace sentir el comportamiento de tu amigo. ¿Es un incidente aislado o un patrón continuo de falta de valoración?
Comunica tus emociones: Habla con tu amiga sobre cómo te sientes y explícale cómo su comportamiento te ha afectado. Es posible que ella no se dé cuenta del daño que causó y una conversación honesta puede ayudar a aclarar las cosas.
Valora tu autoestima: Recuerda que tu valía como persona no depende de la forma en que te traten los demás. Cultiva una sólida autoestima y recuerda tus propias fortalezas y cualidades positivas.
No tengas miedo de dejar ir: A veces, dejar ir una amistad que no te valora es la mejor opción para tu propio crecimiento y felicidad. Es importante rodearte de personas que te valoren y te traten con respeto, así que no tengas miedo de tomar esa decisión si es lo mejor para ti.