10 Historias que prueban que nunca estamos tan solos como creemos

Tener nietos es una experiencia maravillosa. Los amas con todo tu corazón y pueden regalarte historias que parecen sacadas de la imaginación más desbordada. Pero no todo es tan sencillo. Una de nuestras lectoras nos compartió la lección que aprendió al cuidar a sus nietos.
Querido Genial.guru,
Tengo dos nietos a los que adoro, pero ya no estoy tan en forma ni tan activa como antes. Tengo 65 años y estoy jubilada, así que ya no cuento con la energía inagotable que solía tener. Por eso, cada vez me cuesta más seguirles el ritmo.
Aun así, he hecho todo lo posible por cuidarlos cada vez que tengo la oportunidad, porque realmente disfruto pasar tiempo con ellos. Sin embargo, últimamente, las cosas han cambiado. Mi hijo y mi nuera me preguntaron si estaría dispuesta a cuidarlos más seguido, ya que la niñera que tenían se había retirado.
Me tomé mi tiempo para pensarlo bien y les dije que aceptaría con una condición: debían respetar las tres reglas que iba a establecer. Mi hijo me preguntó cuáles eran las reglas, y se las dije.
Regla n.º 1: No se permite azúcar en mi casa. Si quieren dulces o refrescos, que se los den sus padres, no yo.
Regla n.º 2: Nada de quedarse a dormir. No soy guardería ni hotel. Los amo, pero también necesito descansar.
Regla n.º 3: Nada de dejar a los niños sin avisar. Necesito saber con anticipación cuándo me tocará cuidarlos.
Mi hijo estuvo de acuerdo en que estas reglas eran justas y fáciles de cumplir, así que decidimos que yo cuidaría a los niños tres veces por semana. Pero la semana pasada, mi nuera rompió la regla n.º 3. Se apareció en mi puerta a mitad del día con mis nietos, pero yo no estaba en casa.
Era uno de esos días que tengo para mí y había salido con unas amigas. Me llamó y exigió que regresara de inmediato. Dijo que tenía una emergencia en el trabajo y que necesitaba que yo me quedara con los niños por unas horas.
Le pregunté qué había pasado con su niñera de siempre, y me dijo que se suponía que ese día tendría libre, así que no hizo ningún arreglo. Me dio pena, de verdad, pero yo tengo mis reglas por una razón. Además, me habría tomado más de una hora volver a casa. Ella insistió, pero me negué y le dije que buscara otra opción.
Esa misma noche recibí una llamada de mi hijo. Me dijo que a su esposa le habían dado una advertencia por escrito por no estar en el trabajo durante una emergencia, ya que tuvo que quedarse cuidando a los niños. Me disculpé, pero le recordé que yo también necesito tiempo para mí. Mi vida no gira en torno a sus hijos.
Desde entonces, no he sabido nada de ellos, y ahora me pregunto si tal vez estuve equivocada. Así que, Genial.guru, ¿estuvo mal mantenerme firme con mis reglas? ¿O debería haber aceptado cuidar a los niños?
Saludos,
Lisa R.
Gracias por escribirnos, Lisa. Entendemos lo difícil que debe ser esta situación, así que preparamos algunos consejos que podrían serte útiles.
Hiciste muy bien en establecer límites, especialmente a tu edad, cuando la energía y la salud son más importantes que nunca. Pero, para mantener la armonía con tu hijo y tu nuera, podrías considerar agregar una “excepción por emergencia puntual”. Así, ellos sabrán que pueden contar contigo solo en situaciones realmente urgentes y, al mismo tiempo, respetarán tu necesidad de descanso y tiempo personal.
En lugar de hablar sobre los límites solo cuando algo sale mal, toma un momento para conversar con tu hijo y tu nuera sobre lo que realmente puedes y no puedes hacer. Explícales que cuidar a tus nietos es una alegría para ti, no una obligación, y que sobrepasar tus límites podría afectar la relación. Cuando vean que estás cuidando tu salud, y no rechazando a tus nietos, les será más fácil respetar tus reglas.
Si te es posible, ayúdalos a pensar en alternativas, como recomendar a otra niñera, buscar opciones de cuidado infantil en la zona o incluso intercambiar favores con algún padre de confianza. Esto demuestra que te importan sus dificultades, pero también valoras tu independencia. Suaviza el “no” y te posicionarás como una aliada comprensiva, en lugar de alguien que simplemente se niega.
Lisa se encuentra en una situación difícil, pero no es algo que no pueda resolver. Un poco de comprensión puede marcar una gran diferencia en un caso como este. Sin embargo, ella no es la única que enfrenta conflictos familiares.
Otra de nuestras lectoras se puso en contacto para compartir su historia. Léela aquí: Me niego a hacerme cargo de mi nieto, no soy una niñera gratis