Campo vs. ciudad: 17 divertidos contrastes que solo se notan en verano

La ciudad y el campo son como dos mundos completamente distintos, entre los cuales cualquiera puede viajar. Durante el verano, las diferencias entre estas pequeñas realidades se hacen notar aún más, tanto que decidimos ilustrarlas con unos cómics humorísticos.

Las frutas, verduras y bayas de temporada suelen ser muy sabrosas, pero en la ciudad a menudo también son muy caras. En cambio, en el campo, las delicias crecen directamente en el huerto... claro, para quienes las han sembrado

Los niños que pasan el verano en la ciudad suelen pasar mucho tiempo con dispositivos electrónicos. Pero en los pueblos siempre hay actividades mucho más divertidas

Tener una mascota en la ciudad es todo un problema, incluso si la vivienda es propia (los vecinos siempre se quejan: que si el perro aúlla, que el gato anda corriendo por todos lados). En el campo, en cambio, la convivencia con los animales se toma con más naturalidad

La idea de un buen verano es muy distinta para quienes viven en estos dos mundos: en la ciudad, lo ideal es que esté seco y haga calor, pero en el campo, si no llueve, ¡la cosa se complica!

Para quienes viven en la ciudad, muchas cosas son más fáciles: haces un pedido y te llevan los alimentos directo a casa. Pero en el campo, todo es cosechado con cuidado y cariño

En las grandes ciudades, la gente rara vez conoce a sus vecinos y suele juzgar a los demás por su apariencia. En cambio, en el campo todos se conocen y las relaciones suelen ser mucho más cercanas

La forma de vivir el romance en cada uno de estos mundos tiene su propio encanto y estilo particular

El ritmo de vida en la ciudad es tan acelerado que muchas veces no hay tiempo ni para presentar a los padres a tu pareja. En el campo, en cambio, todos se conocen, y no siempre por las mejores razones

Si pasas todo el día en la oficina, es poco probable que logres broncearte, incluso durante todo el verano. En cambio, el trabajo en la huerta favorece un tono de piel más bronceado

Tanto los habitantes de la ciudad como los del campo acaban cansados al final de la jornada laboral. La diferencia es que los primeros pueden descansar tranquilos en casa, mientras que los segundos todavía tienen tareas del huerto y el jardín esperándolos

Las angustias del corazón son comunes en la ciudad y en el campo. Sin embargo, en los pueblos es difícil ocultar algo, y a veces eso tiene sus ventajas

Los paseos al atardecer pueden ser maravillosos en la ciudad y en el campo. Pero en los pueblos no se puede caminar mucho tiempo, ¡los mosquitos son implacables!

En la ciudad hay mucha gente, pero la mayoría no se preocupa por los demás. En cambio, en el campo nadie es del todo un desconocido: siempre puedes cruzar unas palabras con cualquiera.

Los niños tienen mucha menos libertad en la ciudad que en el campo. Al fin y al cabo, aquí hay más calles, más tráfico y más gente. Además, suelen ser menos independientes que los niños del campo

En la ciudad, la gente paga por tener agua de buena calidad, mientras que en el campo se puede conseguir gratis, ya sea del pozo o de una bomba de agua

Las personas que viven en la ciudad terminan tan agotadas después de una semana de trabajo, que muchos ni siquiera quieren salir de casa durante el fin de semana. En cambio, en el campo la gente no se priva de disfrutar

En la ciudad, muchos intercambian chismes y noticias, mientras que en el campo, durante el verano, se comparten los excedentes de la cosecha. Y eso, sin duda, es más útil y agradable

Tanto a los que viven en la ciudad como a los del campo, la vida a veces los enfrenta a una decisión: actuar con honestidad o no. Reunimos historias de personas que hicieron su elección y luego recibieron de la vida las consecuencias: a algunos les volvió el bien, y a otros, algo muy distinto.