Cómo dejar de idealizar a tus padres y borrar los resentimientos
En la infancia y la adolescencia, solemos poner a nuestros padres en un pedestal como protectores y educadores, pero recién en la madurez logramos ver a las personas que realmente son. Cómo dejar de idealizar a nuestros padres y comprender sus conflictos y dificultades para liberarnos de ataduras infantiles es uno de los temas más consultados con los expertos.
Tratar de darte cuenta de que tu vida solo depende de ti es bastante difícil, pero hay algunos pasos que puedes dar para descubrir cómo dejar de idealizar a tus padres, dejar de culparlos por tus desgracias y ser agradecido con ellos.
1. Resentimiento inconsciente
Instintivamente buscamos seguridad en el mundo. Por lo tanto, para poder desarrollarnos, necesitamos saber si podemos confiar y apoyarnos en nuestros padres. El psicoanalista Donald Winnicott cree que el niño centra su atención en lo que le privaron o no le dieron, y no en lo que obtuvo. Entonces, no importa cómo actúen nuestros padres, nunca podrán superar las expectativas, ni satisfacer todas nuestras necesidades. Esto da lugar a un resentimiento infantil inconsciente en una persona: no hemos recibido lo que soñamos. Al carecer de ese amor y cuidado que necesitaba, una persona crece con una sensación de inseguridad y un deseo de cambiar a sus padres.
2. Aceptar que los padres no son perfectos
Después de idealizar a nuestros padres en la infancia, puede resultar desalentador descubrir que, además de ser padres, también son seres humanos que pueden enfrentar conflictos y dificultades en sus vidas. Esta decepción nos ayuda a poner las cosas en perspectiva: como hijos, aprendemos a aceptar los límites que nos imponen al comprender sus motivaciones.
Si en tu infancia tus padres no estaban muy interesados en ti, es poco probable que cambien ahora. En lugar de luchar tratando de obtener el amor que te falta de ellos, es importante aprender a vivir sin este amor. Deberías dejar de pensar que los padres son superhéroes o villanos; son personas comunes con sus propios méritos y defectos. Te dieron exactamente tanto amor y cuidado como pudieron. A menudo, buscamos en nuestro entorno lo que la familia no nos brindó en la infancia. Por lo tanto, vale la pena decirte a ti mismo: “Puedo darme yo mismo lo que me falta”.
3. Asumir la responsabilidad de tu vida
Es mucho más fácil culpar a los padres por tus desgracias y problemas que asumir la responsabilidad de tu vida. Una persona dependiente de los demás no siente un núcleo en sí misma y no siente que es único. Esta dependencia indica infantilismo. Para la liberación interna y el crecimiento, deberías decirte un día: “sin importar los esfuerzos que realice, no será posible sentir el apoyo y el reconocimiento que tanto necesito de mis padres”. Después de todo, si una persona ya no requiere que su familia cumpla con sus expectativas y la perdone, entonces ha madurado.
4. Mostrar interés en la historia familiar
Conocer tu historia familiar ayuda a comprender y aceptar a tus padres tal como son. ¿Cómo se crió a tu madre? ¿Ella sigue las mismas reglas que tú o está en contra? También mira la historia familiar en el contexto de la historia del país. Tal vez la frialdad y la severidad de tu padre surgieron debido a las duras condiciones en su infancia. El conocimiento de la historia familiar les da a tus relaciones una nueva dimensión y versatilidad. Tus padres son personas con un destino difícil y duro, no tiene sentido culparlos.
5. Encontrar tu vocación
A menudo, los padres proyectan sus propias “misiones incumplidas” en sus hijos. Por ejemplo, papá soñaba con estar en la marina, pero al final, trabaja en una oficina; sin embargo, ahora su hijo cumplirá con su plan de vida. Muchas personas viven con un pensamiento constante en su cabeza: “Debo ser el mejor para que mis padres estén orgullosos de mí”. Sin embargo, vale la pena recordar que los padres no nos criaron para que cumplamos sus expectativas. Crecimos para tomar nuestras propias decisiones y construir nuestra propia vida.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que a veces hay un deseo natural de ir en contra de los padres, y elegimos una profesión o una pareja para molestarlos a ellos. Es la misma dependencia, pero del lado contrario. Cuando tomes cualquier decisión importante para tu vida, no lo hagas a modo de protesta o por culpa.
6. Aceptar la elección de los padres
Siempre sentimos que les debemos mucho a nuestros padres porque ellos nos dieron mucho. A veces, comenzamos a ayudarlos y a participar en su destino, incluso en contra de su voluntad. Una de las etapas importantes del crecimiento es aceptar que tú y tus padres son personas adultas independientes. Por lo tanto, puedes ayudarlos solo cuando estén dispuestos a aceptar tu ayuda. Respetar y amar a tu familia significa aceptar su elección, aunque no estés de acuerdo con ella.
Dejar de idealizar a nuestros padres es un proceso importante en nuestra vida, ya que nos permite conocerlos en su verdadera dimensión. Conocer a nuestros padres es una tarea que se construye a través de lo que ellos nos dicen acerca de sí mismos, pero también según cómo nosotros organizamos lo que nos han contado. Este proceso de conocimiento mutuo nos ayuda a desarrollar una relación más realista y auténtica con nuestros padres, lo que nos permite crecer como individuos y construir relaciones más sólidas con ellos.