Así fue como mi esposa me engañó para nombrar a nuestro hijo como su expareja
Seguro que todos, seamos padres y madres o no, tenemos un nombre en mente que siempre nos ha parecido bonito, ya sea por cómo suena, su significado o porque nos recuerda a alguien. Pero ¿qué sucede si este es el de nuestra expareja? ¿Resulta válido ponérselo a nuestro hijo o hija? El protagonista de esta historia se encuentra con un dilema relacionado con eso, por lo que necesita de un consejo.
Puede que parezca extraño que tu pareja elija el nombre de su ex para ponérselo a su hijo, pero, aunque sea difícil de creer, esto no siempre tiene una carga emocional. Sigamos con la historia:
Según Joni Ogle, una trabajadora social clínica, a veces, las personas creen que usar el nombre de la expareja es sinónimo de éxito. Si el padre en cuestión tiene buenos recuerdos de una relación pasada y esta expareja era una persona amable y triunfadora, puede que crea que ese nombre ayudará a su hijo a alcanzar un éxito similar.
Por otro lado, también puede significar que no puede olvidar a su ex, por lo que usar su nombre es una forma de mantenerlo cerca. Pero esto no es absoluto, puesto que también puede ocurrir que simplemente le guste el nombre y quiera pasárselo a su hijo.
Cómo comunicarse con la pareja cuando hay conflictos
- Tomen turnos para escuchar el punto de vista del otro. Aunque parezca que uno tiene la razón en una discusión, cuando estamos en modo defensivo, nuestro punto de vista se sesga. Es por esto por lo que es importante intentar escuchar atentamente, sin interrumpir.
- Busca los puntos con los que estés de acuerdo. En una discusión, puede parecer que tu pareja y tú no coinciden en nada, cuando en realidad es posible empatizar con algunos argumentos, aunque no estés totalmente a favor de ellos. Esto disminuirá la intensidad emocional del pleito.
- Sé específico, no global. Cuando estamos enojados, nuestro pensamiento tiende a pensar en absolutos, en todo o nada. Por ejemplo, las expresiones como “nunca haces tal cosa” son críticas culpabilizadoras que solo abren la puerta a otro conflicto.
- Habla completamente. Si optas por aplicar la ley del hielo, resultará más complicado resolver el problema. Está bien tomarse un tiempo para calmarse antes de hablar las cosas, pero es fundamental retomar la comunicación. Mantener charlas sobre los aspectos difíciles, en las que ambos puedan expresar lo que tienen en mente, ayudará a cultivar un mejor vínculo como pareja.