Cómo revivir tus plantas favoritas
Aunque nos esforcemos mucho en ser unos padres ejemplares para nuestras plantas, hay ocasiones en que los factores externos pueden arrebatarles la vida. Pero ¡no hay que desesperarse! Hemos encontrado dos poderosos secretos para resucitar a nuestras queridas plantitas.
Aloe vera o todo tipo de suculentas
Paso 1
Voltea la maceta y dale unos pocos toques para retirar la planta.
Paso 2
Sostén la planta y examina las raíces. Probablemente, tendrás que desenredarlas, ya que suelen dar vueltas sobre sí mismas y entrelazarse. Esta es una de las razones más comunes por las que la salud de una planta puede verse afectada.
Paso 3
Ponla sobre un periódico y ve aflojando las raíces con cuidado, pasando tus dedos por la tierra para que se desprendan. Asegúrate de separar bien las raíces del suelo.
Nota: Si el suelo está muy seco, remójalo en agua entre unos minutos y 1 hora.
Paso 4
Corta unos 2 centímetros de las puntas de las raíces para estimular el crecimiento. También remueve los tallos u hojas secas que sean necesarios para evitar que se propague en el resto de la planta.
Paso 5
Planta el aloe vera o la suculenta en un suelo nuevo haciendo una combinación de mezcla para suculentas y cactus, perlita y tierra para plantas de interior. La planta ahora está lista para crecer saludable.
Es importante cuidar la salud de nuestras plantas, ya que muchas de ellas también son beneficiosas para nosotros. Algunas hasta incluso ayudan a reducir los ruidos. Por otro lado, tenemos que tener cuidado con aquellas que pueden ser dañinas, y es mejor no tenerlas cerca.
Plantas de interior
Este método es ideal para muchas plantas de interior, como dracaenas, monsteras, rosas del desierto, hiedras y más. Es importante tener en cuenta que al final se utilizarán recipientes semihidropónicos para trasplantarlas. Esto significa que, en lugar de usar corteza, turba o tierra, cultivarás las plantas en un medio inorgánico. Las plantas crecerán en un agregado de arcilla que es resistente, ligero, muy absorbente y poroso.
Paso 1
Saca la planta de la maceta y quita toda la tierra adherida hasta que solo queden las raíces.
Paso 2
Corta la espiga de la planta justo encima del nodo. Esto evitará que las bacterias y las infecciones progresen, y la planta muera.
Paso 3
Enjuaga las raíces con un poco de agua para ver cuáles siguen siendo viables y cuáles no. Deja las que son de color verde brillante y recorta las que tienen tonos de beige.
Paso 4
Toma una bolsita de té negro y mézclala con agua destilada. Espera 5 minutos.
Paso 5
Pon la planta en un bol, vierte té dentro y déjala en remojo durante todo el día. Retírala durante la noche para que se seque. Este método tiene el objetivo de dejar que la planta esté húmeda durante el día y seca durante la noche para estimular su crecimiento.
Debes repetir este proceso durante los siguientes 3 o 4 días. Después de esto, las hojas estarán mucho más hidratadas.
Nota: A veces, las plantas tardarán más en hidratarse, por lo que tal vez debas repetir el proceso durante algunas semanas hasta que notes que las hojas son más fuertes.
Paso 6
Vuelve a plantar la planta en sistema semi-hidropónico y espera su adaptación.