Cómo una montañista vivió en una cueva por 500 días aislada del mundo
Tomarse unos días de licencia es algo muy normal y hasta es sano para despejarse de lo abrumador del trabajo y las ocupaciones diarias. Sin embargo, hay personas que llevan esto al extremo. Tal es el caso de una montañista española que voluntariamente decidió alejarse de la sociedad por 500 días y se enclaustró en una cueva en la montaña.
Beatriz Flamini es una deportista de élite, montañista y escaladora. Apasionada de las expediciones en solitario por las cimas más altas del mundo y experta en autosuficiencia, esta defensora del medioambiente se propuso el reto de romper un récord mundial.
“Se trataba de un desafío personal de superación, como otros muchos que había hecho anteriormente. En este caso, se prestaba además a todos los estudios que otros quisiesen hacer con ella, con lo que muchos científicos se apuntaron. Nos propuso también registrar todo el proceso en una serie documental”, detalló Elena Vera, portavoz de este proyecto multidisciplinario.
Entre 1969 y 1970, Milutin Veljkovic decidió pasar 15 meses en una caverna que medía unos 2 kilómetros en Samar, al sureste de Serbia. En ese momento, estaba compitiendo con un francés que tenía el récord mundial Guinness por haber pasado 109 días en una cueva. Al final, este fue superado por Milutin, quien logró permanecer 464 días en la caverna.
Sin embargo, Milutin no vivió solo en la cueva. Compartió la experiencia con una docena de gallinas, patos y un cachorro. Tampoco estuvo en auténtico aislamiento: una radio lo mantenía en contacto con el mundo exterior.
En el caso de Flamini, la mujer entró en una cueva en Granada el 21 de noviembre de 2021, con la intención de pasar 500 días aislada. Para conseguirlo, llevó con ella equipo que permitía que se la monitoreara de forma remota. Sin embargo, Beatriz no mantuvo comunicación con ninguna persona, ya que se quería investigar el efecto que el aislamiento podía tener en su cuerpo y en su mente.
Flamini tenía 48 años cuando entró y 50 cuando terminó oficialmente el desafío el 14 abril de 2023.
Flamini dijo a los medios que había perdido la noción del tiempo después del día 65. Cuando se le preguntó cómo había logrado mantenerse cuerda durante tanto tiempo, ella señaló su amplia experiencia y preparación mental. “Me llevaba muy bien conmigo misma. Hablaba conmigo, pero nunca en voz alta. Después de todo, había que respetar el silencio de la cueva (’no era mi casa’). La clave es la consistencia”, reveló en una entrevista.
“Al menos para mí, como deportista extrema de élite, lo más importante es ser muy claro y coherente sobre lo que piensas, lo que sientes y lo que dices”, dijo. “Es cierto que hubo algunos momentos difíciles, pero también hubo unos muy hermosos, y tuve ambos, porque cumplí con mi compromiso de vivir en una cueva durante 500 días”.
La atleta fue muy clara con su equipo para que no la contactara en ninguna circunstancia, incluso si se producía la muerte de algún familiar. “Si no hay comunicación, no hay comunicación, independientemente de las circunstancias. Las personas que me conocen lo sabían y lo respetaban”, declaró.
Flamini fue supervisada por un grupo de psicólogos, investigadores, especialistas en cuevas y entrenadores físicos que buscaban información sobre cómo el aislamiento social y la desorientación pueden afectar el tiempo, los patrones cerebrales y el sueño.
Hubo momentos duros, como cuando la cueva fue invadida por moscas, y algunos “hermosos”. Ella confesó: “Si este es tu sueño y lo estás realizando, ¿por qué vas a llorar?”.
Reveló que se había centrado en mantener la “coherencia”, comer bien y disfrutar del silencio. Aguantaba el tiempo dándose premios como aguacates, huevos frescos y camisetas limpias que su equipo de apoyo le había dado antes. “Como dioses”, los desechos también eran removidos por los miembros del grupo.
Después de salir, la atleta describió su experiencia como “excelente, inmejorable”. “He estado en silencio durante un año y medio, sin hablar con nadie más que conmigo misma”, dijo, mientras los periodistas la presionaban para obtener más detalles.
“Pierdo el equilibrio, por eso estoy detenida. Si me permiten tomar una ducha, no he tocado el agua en un año y medio, los veré en un rato. ¿Está bien con ustedes?”, dijo a los reporteros.
Ella pasaba el tiempo haciendo ejercicio, dibujando, leyendo y tejiendo gorros de lana. Logró terminar 60 libros durante el experimento y también bebió 1000 litros de agua, según su equipo de apoyo.
Su grupo también dijo que rompió un récord mundial por pasar más tiempo en una cueva, pero el libro de los Guinness World Records no ha confirmado si existe una marca de esas características
Cuando se le preguntó si alguna vez pensó en presionar el botón de pánico o salir de la cueva, respondió: “Nunca. De hecho, no quería salir”.
Los atletas llevan sus cuerpos y su resistencia al límite cuando se trata de cumplir sus metas. Existen otros casos muy inspiradores como el de Aliona Savchenko, que compitió en 5 olimpiadas; el de Dunia Camacho, nadadora con síndrome de Down, y el de Angela Seung Ju Lee, que se convirtió en la primera madre campeona de artes marciales. Todos estos son casos increíbles e inspiradores que vale la pena conocer.