Yo destacaría su fuerza, su valentía y su lucha por lograr lo que quería
Cómo vivió y actuó la primera belleza de Hollywood a pesar de su enfermedad, que era percibida como “mal humor”
Ella interpretó maravillosamente a las heroínas clásicas en el teatro, que siempre se ha considerado algo mayor que el cine: Ofelia y Cleopatra, Julieta y Lady Macbeth. Reveló su talento en los dramas y es conocida por todo el mundo como la inimitable Scarlett O’Hara en Lo que el viento se llevó, y Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo. Se convirtió en la primera actriz británica en obtener un premio Óscar y soñaba con hacer sonreír a las personas. Pero detrás de su aspecto físico sutil y su brillante destino, se ocultaba la complicada vida de Vivian Mary Hartley, el verdadero nombre de Vivien Leigh.
Genial.guru se ha interesado en la historia de esta extraordinaria mujer, quien creía que cualquier persona podía obtener lo que quisiera si se esforzaba al máximo. No obstante, la vida le mostró sus distintas caras, Vivien experimentó una depresión y una felicidad infinita intentando ser ella misma en todo momento.
La actriz nació en 1913 y su infancia fue controvertida. El carácter de la futura estrella se formó en la libre y calurosa India, donde nació. Pero cuando Vivien cumplió 7 años, sus padres regresaron a Inglaterra y entregaron a la chica a un convento para que fuera criada y educada con el fin de “sacarle el espíritu indio”. Ella regresó a casa únicamente después de 11 años.
Precisamente las representaciones teatrales en el convento en las cuales participaba ayudaron a Vivien a determinar su profesión. A los 18 años, ingresó a la Real Academia de Arte Dramático en Londres, pero solo estudió menos de un año, ya que decidió convertirse en la esposa de un “verdadero inglés”.
Su primer esposo fue el abogado Herbert Leigh Holman, quien era 12 años mayor que ella. Holman desaprobaba de las clases de actuación, por eso Vivien dejó la escuela, pero no abandonó su sueño de hacerse famosa. En su matrimonio con Holman, dio a luz a su única hija, Suzanne, pero no logró convertirse en una buena esposa inglesa. Consiguió aparecer en anuncios y algunas escenas de cine. También creó su nombre artístico Vivien Leigh y actuó en el espectáculo The Mask of Virtue, después del cual fue percibida en los círculos teatrales de Londres como “una actriz prometedora con una increíble belleza”.
Al mismo tiempo, conoció a Laurence Olivier. Al verlo en escena, Vivien le dijo a su amiga que se casaría con ese hombre. Su amiga le recordó a Vivien que ya estaba casada, a lo que ella simplemente sonrió misteriosamente. Pronto comenzaron a actuar juntos en escena. Al inicio, su relación se mantuvo en simple simpatía, pero luego se transformó en un tórrido romance.
Olivier recuerda que quedó encantando con la “sorprendente e inimaginable” belleza de Vivien. La esposa de Olivier y el esposo de Leigh no les otorgaron el divorcio durante mucho tiempo, la pareja consiguió casarse únicamente después de 6 años.
Para ese entonces, Vivien ya se había distinguido por todo el mundo gracias a su papel de Scarlett O’Hara y había recibido su primer Óscar.
Equipo de filmación de Lo que el viento se llevó después de ganar el Óscar.
La fama de Vivien se convirtió en una verdadera prueba para los sentimientos de Olivier. Él fue un reconocido actor y director, pero aun así nunca tuvo la misma fama que su esposa. Hubo celos, envidia y sospechas, aunque Vivien hizo todo lo posible para no provocarlos.
Ella continuó actuando en espectáculos que Olivier producía y filmaba. Su colaboración fue conocida por todo el mundo y posteriormente fueron nombrados como la pareja más hermosa de Hollywood en la película That Hamilton Woman.
En ese entonces, la actriz sufrió una tragedia personal: en las tomas de la película César y Cleopatra experimentó su segundo aborto espontáneo. La consternación que sufrió provocó su primera crisis nerviosa y fue precisamente cuando todos conocieron a la Vivien enfadada. A decir verdad, después del incidente, no recordaba nada y pidió disculpas a todo el equipo del set de filmación cuando le contaron lo que les había dicho a las personas.
En el pico de su fama, Vivien realizó una gira por África. A su regreso, detectaron que estaba enferma de tuberculosis. Este diagnóstico fue planteado en 1945 e inmediatamente comenzó el tratamiento. Sin embargo, ocurrió algo extraño. En el contexto de su enfermedad, comenzó a tener ataques de locura. Se lanzaba a golpes contra su esposo y después no recordaba nada, sufría de bruscos cambios de humor, desde euforia hasta deficiencia de energía, incluso realizó varias escenas de este tipo en el set de filmación.
Durante mucho tiempo, Vivien interpretó esto como simple fatiga y estrés, pero posteriormente acudió a los médicos. Sin embargo, no consiguieron realizar un diagnóstico preciso y utilizaron métodos radicales contra los trastornos mentales, por ejemplo, sesiones de descargas eléctricas, las cuales Vivien aceptaba con desesperación, agravando así su dolorosa condición.
Más tarde se reveló que el trastorno bipolar que sufrió fue provocado en particular por los fármacos contra la tuberculosis, los cuales había estado consumiendo desde hace un año, y después se le recetaron terapias.
Durante el tiempo de su retiro forzado, su fama se desvaneció un poco. Le parecía que no encontraba un lenguaje en común con los directores, ya que no la tomaban en serio debido a su belleza. Leigh estaba convencida de que no se le permitió mostrar al máximo su talento dramático y de comedia. Pero la razón era otra: la actriz tenía la reputación de ser una persona con la que era difícil trabajar, precisamente debido a sus cambios de humor. Vivien trataba de ocultar que sus ataques no eran solo un simple mal genio, sino síntomas de la enfermedad, pero los rumores de todos modos corrían de boca en boca y los directores no querían arriesgarse en el rodaje.
Posteriormente, tuvo varios proyectos poco exitosos, por ejemplo, la película Ana Karenina. Al mismo tiempo, se estrenó Hamlet con Olivier en el papel principal, con la que el actor consiguió su primer Óscar.
Por supuesto, él incluyó a Vivien en sus obras de teatro, juntos fueron de gira, pero tal y como sus amigos cercanos comentaron, sus caminos se separaron: a él lo absorbió el trabajo y a ella la enfermedad.
En 1947, Vivien leyó la obra Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, y quiso interpretar a Blanche DuBois de la misma manera como lo había hecho con Scarlett. Los críticos hablaron sobre su increíble sensibilidad hacia los roles: esta fue su segunda mejor actuación, un trabajo absolutamente ilustre, el cual fue galardonado con su segundo premio Óscar. Pero sus allegados dijeron que en Scarlett y Blanche había mucho de la misma Vivien, y precisamente por eso resultaron ser tan convincentes.
A pesar de las controvertidas reseñas de los críticos, Un tranvía llamado deseo se presentó en el teatro de Londres 326 veces. Después de él, Vivien actuó en la película del mismo nombre, en la que su compañero de trabajo fue Marlon Brando. Este papel le trajo a la actriz una nueva ola de reconocimiento, pero agravó su enfermedad. “Durante 9 mese fui Blanche DuBois, y desde entonces, ella me controla. Es una figura trágica y la comprendo. Pero al interpretarla me hundo en la locura”.
La enfermedad progresó y la relación con su esposo se arruinó. El día del cumpleaños de Vivien, Olivier le hizo un increíble regalo: un Rolls-Royce, pero también le solicitó el divorcio. Después de una difícil separación, Vivien comenzó una relación romántica con el actor John Merivale.
Vivien Leigh con su esposo Laurence Olivier y su hija de su primer matrimonio, Suzanne.
Entre los ataques de depresión, la actriz intentó asumir todos los roles y entregarse al trabajo sin descanso. Recibió el premio de teatro Tony por el mejor papel en el musical Camarada, las tomas en la película Primavera romana y El barco de los locos, en donde ella se presentó frente al espectador en una inusual imagen madura. El director de El barco de los locos, Stanley Kramer, destacó: “Ella estaba enferma, pero tenía valentía y siguió adelante. Esto es increíble, pero simplemente no podía ser de otra manera”.
En su vida privada, Vivien disfrutaba sinceramente del papel de abuela: su hija dio a luz a tres hijos y eso mejoró la relación entre mamá e hija, quien no podía perdonar a la actriz por “reemplazarla por el teatro”. En su nueva casa con un estanque y un molino, ella acogió a sus amigos. Winston Churchill fue uno de sus huéspedes frecuentes. Al parecer, había vuelto la felicidad. Pero también regresó un viejo enemigo: la tuberculosis.
Último papel de Vivien en la película El barco de los locos.
En 1967, una vez más reunió coraje y comenzó a ensayar en Londres para la obra de Chéjov, Ivanov. A pesar del desarrollo de su tuberculosis, ella siguió ensayando en casa con la esperanza de salir a escena.
Esto ocurrió un viernes, 7 de julio. Merivale, al regresar de los ensayos y echar un ojo en la habitación de Vivien, la encontró muerta, tirada en el suelo.
Vivien Leigh falleció con tan solo 53 años de edad. El día de su despedida, todos los teatros en el centro de Londres apagaron sus luces durante una hora para honrar su memoria. Ella no le tenía miedo a la vejez y soñaba con interpretar tales papeles, en los que las personas podrían ver su personalidad y no su apariencia. Y, en parte, lo consiguió.
¿Qué es lo que destacarías de esta increíble actriz? ¿Has visto alguno de sus éxitos en pantalla?
Comentarios
Qué mujer más preciosa!!
Su papel de Scarlett O’Hara es uno de los más increíbles de la historia del cine
No sabía nada sobre la vida de esta actriz. Muy interesante
Una pena que sufriese tanto psicológicamente