Consuelo Duval se sinceró sobre la infidelidad que la llevó a sufrir celotipia, un trastorno de celos
Cuando un matrimonio termina, es normal pasar por un proceso de duelo en el que nos enfrentamos a la búsqueda desesperada de respuestas o explicaciones de por qué se dio el final de la relación. Pero a partir de este quiebre es que podemos sanar y aprender a conocernos mejor y querernos un poquito más. Justo esta fue la situación que vivió Consuelo Duval, y ahora ha decidido compartirla.
Su carrera y su vida en familia tuvieron un inicio en común
Contrario a lo que muchos creeríamos, el inicio de la carrera profesional de Consuelo Duval no fue en algo relacionado con la actuación, sino como recepcionista. Durante esta etapa de su vida comenzó a estudiar la preparatoria hasta que, casi por casualidad, fue a un casting para una obra de teatro en la que originalmente diría dos líneas.
Tras un tiempo siendo actriz en teatro, decidió estudiar formalmente para poder explotar su potencial. Fue en la escuela de actuación donde conoció al que sería su primer esposo y padre de sus dos hijos.
Su relación con el papá biológico de sus hijos no duró mucho, pues cuando sus pequeños tenían alrededor de 4 a 5 años, su separación era algo que veía cercano. A pesar de esto, el aspecto laboral parecía ir más que bien.
Después de dejar atrás la actuación en producciones de drama, la comedia llegó para consolidar a Consuelo como parte fundamental de programas como La hora pico, XHDRbZ y, tal vez su proyecto más conocido, La familia P. Luche, en la que interpretó a la entrañable Federica P. Luche.
Comparte los aprendizajes de sus relaciones pasadas
En una entrevista reciente, Consuelo expresó cómo fue la dinámica en su tercer y último matrimonio, relación que duró 7 años. La actriz mencionó que fue una lección muy importante de “lo que no se debe hacer en la vida. De idealizar, de soñar, de inventarte historias, de querer evadir la realidad”.
También admitió que una parte del fracaso de su relación fue que “a esa persona le eché encima todos mis sueños, y no fue su responsabilidad, fue la mía. Mucho tiempo pensaba en él y lo odiaba, y pensé no, no lo odias a él, te odias a ti en él”. A pesar de esto, ella tenía esperanzas en que el matrimonio funcionaría: “No estaba en mis planes divorciarme. Me había casado con el que yo creía, con el que yo había elegido como el amor de mi vida”.
Pero no era un camino saludable para ella. La actriz comentó: “Todos mis síndromes se me desarrollaron ahí, los de celos, lo loca. Era peor que Federica P. Luche”. Dijo que en esa relación ella tenía una dinámica de pensamientos negativos: “Ni yo me quiero (a mí misma), entonces que me quieras tú me hace sentir como en deuda contigo y no sé qué regalarte para agradecértelo”.
En su programa Netas Divinas, Consuelo se ha atrevido a hablar más abiertamente sobre sus relaciones amorosas pasadas y sus reflexiones sobre el amor propio.
Recientemente confesó: “Uno de mis matrimonios me llevó a la celotipia, perdí mi mente”. Este trastorno mental surgió a raíz de la complicada situación que vivía con su ahora exesposo. Así describió lo que vivió: “Me ponía a la vista el ticket del hotel para que yo viera que me estaba poniendo el cuerno y me pusiera celosa. Él quería ver hasta dónde podía llegar, porque entre más celos, más regalos le daba”.
Su reflexión sobre el amor
Ahora es capaz de reconocer que: “Sentir celos es una enfermedad, es una angustia de que te dejen de querer y te descalificas tú”. Tras aprender de sus caídas y los matrimonios a los que les ha puesto punto final, afirma: “Lo que puedo decir con todo mi corazón es que el amor no se ruega, se inspira. Y si no logramos inspirarlo, suplicarlo es contraproducente”.
¿Cuál ha sido el mayor aprendizaje que has obtenido de una expareja?