Mi suegra olvidó colgar el teléfono y lo que escuchamos desató una tormenta familiar

Un hombre compartió en internet cómo se negó a ceder su asiento en el avión a una pareja de ancianos, lo que rápidamente se volvió viral, generando miles de comentarios. Sorprendentemente, todos apoyaron su decisión, aunque durante el vuelo enfrentó el juicio de los demás pasajeros.
Hace unos años, mi novia y yo planificamos un viaje de tres meses alrededor del mundo. Nuestro primer vuelo fue de Nueva Zelanda a Los Ángeles, un trayecto de 12-13 horas. Reservamos y pagamos los boletos, y además yo pagué un extra por asientos en la clase premium económica, ya que mido 1.90 m y necesito espacio adicional para las piernas. Añadí unos 60 dólares por ese beneficio.
Subimos al avión, nos dirigimos a nuestros asientos y encontramos allí a una pareja de ancianos, de unos 75 años. Les pregunté si no se habían confundido de lugar, y con toda tranquilidad me pidieron que intercambiara asientos con ellos. Querían que me fuera a sus asientos, diez filas atrás, donde no había espacio para las piernas.
Lamentablemente, situaciones como esta no son raras. Echa un vistazo a las historias sobre otros compañeros de viaje impertinentes.
Les expliqué que había pagado por esos asientos y que me gustaría quedarme allí. Sin embargo, no parecían tener prisa por levantarse. Me dijeron que esos asientos eran muy cómodos y que sería genial si simplemente aceptara moverme.
Mientras tanto, se formó una fila de personas detrás de nosotros y se acercó una azafata. En ese momento, los ancianos dijeron: "Este hombre quiere que intercambiemos nuestros asientos". La azafata me pidió que ocupara mis asientos, a lo que le mostré los boletos y la situación.
Tras revisar la situación, la azafata les dijo a los ancianos que debían moverse, ya que yo había pagado por esos asientos. Los ancianos preguntaron si podían pagar también por ellos, pero la azafata les explicó que el vuelo estaba lleno.
Finalmente, la pareja se levantó, con caras de disgusto, y se dirigió a sus asientos. Durante todo el vuelo, recibí miradas de desaprobación de otros pasajeros, como si debiera haberles cedido el lugar a los ancianos.
Aunque pueda parecer sorprendente, este tipo de situaciones no es raro. Es fácil encontrar historias sobre pasajeros impertinentes.
Los comentarios en internet estuvieron de mi lado, condenando el comportamiento de los ancianos:
Viajar no es solo anticipar el descanso y nuevas experiencias, también implica un trayecto agotador, compañeros de viaje peculiares y un montón de historias, algunas divertidas y otras no tanto.