La razón por la que este perro no se ha ido del hospital en 8 meses, te hará llorar
Un perro puede hacer tu vida, instantáneamente, más divertida. Además, con tan solo un toque de patita, pueden transmitir todo su amor hacia ti, y, quienes tenemos un perro, sabemos que no solo nos dan amor, sino que también nos ofrecen toda su vida y lealtad a cambio de una sonrisa y unas horas de juego. Es por eso que, las tragedias que involucran a estos peluditos, calan en lo más profundo de nuestro corazón. Tal como la historia de El Güero, un perrito fiel hasta después de la muerte de su padre humano.
Mucho se habla sobre la lealtad de los animales de compañía, especialmente de los perros. Pero pocas veces se escuchan historias como el famoso caso del can japonés que inspiró la película Siempre a tu lado, Hachikō que se volvió mundialmente conocido por haber esperado a su dueño en la estación de tren, donde lo vio por última vez, hasta el día de su muerte.
Sin embargo, desafortunadamente, esa no sería la última vez que esa triste historia se escucharía, pues, en estos mismos instantes, un suceso muy parecido, está pasando en Aguascalientes, México.
Esta vez, el protagonista de la historia es “El Güero”, un perrito mestizo que ya hace ocho meses que se encuentra merodeando y vigilando la sala de urgencias donde vio por última vez a su dueño, quien desafortunadamente ya había fallecido desde el momento en el que entró al Hospital General de Rincón de Romos de Aguascalientes.
Ana María Pizaña, Jefa de enseñanza, capacitación e investigación de la entidad médica, relata la desesperación del Güero en la tarde del pasado agosto, cuando llegó por primera vez: “Me percaté que venía un perro detrás de la camioneta, con la lengüita de fuera, ya muy cansado, y nos siguió hasta que paró la camioneta. Bajaron a su dueño y tuvieron que subirlo al área de choque por las condiciones en las que venía y, de hecho, el perrito aún lo estaba siguiendo, y entró detrás de él, pero por razones de higiene y seguridad, lo tuvimos que sacar”
El personal del hospital relata que el dueño del Güero, un viejito de aproximadamente 67 años de edad, a pesar de la presura con la que sus vecinos lo trasladaron, llegó sin signos vitales, por lo que fue imposible hacer algo para salvarlo. No obstante, en medio de la tristeza y el desconcierto, el Güero nunca se enteró de que su dueño no volvería.
Así, el can permaneció en las instalaciones médicas día y noche, con la esperanza de volver a ver a su ser querido. Los días pasaban y el perro nunca se separó de las puertas del edificio. Entonces, cuando el personal de salud se percató de que no planeaba irse y conmovidos ante la lealtad incondicional del can, decidieron adoptarlo.
Una de las doctoras que atendió al dueño del Güero en sus últimos momentos, Claudia Ramírez, cuenta que no pasa día sin que el can pase a revisar la sala de choque, para cerciorarse de que su amigo no está allí: “Entra al área de choque, olfatea y busca a su dueño. Yo hasta bajo la camilla, para que vea que no está y le digo ’no, pues, mira. Es que no hay nadie’. Olfatea otra vez, y se va”.
La situación es, de hecho, muy difícil de ignorar, dada la ternura que inspira la búsqueda incesante del peludito. “Cuando ya sale, yo lo abrazo y le digo ’Pues ya no está quien esperas, pero aquí estamos todos, aquí te queremos todos’”, dice Ramírez.
Afortunadamente, para el Güero, al cabo de los primeros meses, el personal administrativo, decidió darle su propio gafete de identificación, donde se especifican los números del hospital, para que, si alguna vez pasa algo, quien lo encuentre se comunique con la entidad, para ir a atenderlo. Además, gracias a esto, todo en el mundo en el hospital, sabe que hay que cuidarlo y alimentarlo.
Hoy en día, todos en la entidad están muy contentos con el Güero. Incluso los miembros de la guardianía, mencionan que él es muy cariñoso y que los acompaña a cualquier sitio donde vayan, por lo que también ellos, lo consideran como parte de su equipo.