Emma Thompson encontró en un adolescente refugiado al hijo que no pudo tener

La vida muchas veces nos pone obstáculos en el camino y solamente con el paso de los años somos capaces de ver que en realidad todo conspiró a nuestro favor. Prueba de ello es la historia de la actriz británica Emma Thompson, quien, sin proponérselo, se convirtió en el vivo ejemplo del dicho “Madre no es la que engendra, sino la que cría”.

¿Qué dificultades enfrentaste en tu vida para después darte cuenta de que te esperaba algo mejor?

Emma creció en un ambiento artístico desde pequeña con sus padres actores. Por eso, no fue ninguna sorpresa que también decidiera dedicarse al mundo de la actuación. Mientras estudiaba Literatura Inglesa en la Universidad de Cambridge, comenzó a participar en algunas obras de teatro de comedia hasta que, en 1987, realizó sus primeros papeles dramáticos en la serie Fortunes of War para la televisión.

Gracias a su talento como actriz y guionista, Emma continuó consagrándose como una estrella internacional hasta que, en 1995, su vida cambió por completo, tanto en el ámbito profesional como en el personal. La actriz escribió y protagonizó la película Sensatez y sentimientos, la cual no solamente recibió múltiples premios, sino que también la llevó a conocer al amor de su vida, su esposo Greg Wise.

Lo cierto es que Emma y Greg estaban destinados a estar juntos; sin embargo, las cosas entre ellos se dieron de una forma muy curiosa. Una amiga le había predicho al actor que iba a conocer a la mujer de su vida en la película, pero él supuso que se trataba de su compañera Kate Winslet, ya que pensaba que Emma aún estaba casada y, además, era 7 años mayor.

Después de una primera cita desastrosa, tanto Greg como Kate se dieron cuenta de que no tenían nada de química. Más tarde, fue la misma protagonista de Titanic quien le contó que el matrimonio de Emma ya había terminado y pensaba que sería una buena idea que Greg saliera con ella.

Emma tenía el corazón destrozado por el difícil fin de su primer matrimonio con el también actor Kenneth Branagh después de descubrir sus múltiples aventuras. La estrella recuerda esta época como una de las más desgarradoras en su vida. “Estaba medio viva. Cualquier sensación de ser una persona valiosa o digna se había ido por completo”, reveló la protagonista de Nanny McPhee en una entrevista.

Según sus propias palabras, fue Greg quien recogió los pedazos rotos y le ayudó a reconstruirse y volver a entregar su corazón. Después de 8 años de relación, en 2003, se casaron en una bella ceremonia en Escocia.

Aunque Emma y Greg han formado juntos un gran equipo y uno de los matrimonios más sólidos tras 27 años juntos, también han atravesado algunos retos en el camino, como los problemas de fertilidad. La actriz ya había sufrido un aborto espontáneo durante su primer matrimonio, y en 1997 tuvo otro. Con la ayuda de un tratamiento de fecundación in vitro, Emma fue capaz de concebir y dar a luz a su hija Gaia en 1999.

La pareja deseaba otro hijo y se sometieron a múltiples tratamientos de fertilidad, todos fallidos. La actriz describió lo duro que fue el proceso: “Durante años conté los hijos de la gente en la calle y pensé que nunca me recuperaría”. Sin embargo, la pareja no imaginaba que tendría la oportunidad de tener otro hijo de la forma más inesperada.

Además de destacar por su talento, Emma también trata de hacer del mundo un lugar mejor, involucrándose en múltiples causas para ayudar a los más desfavorecidos. Fue precisamente gracias a un evento de caridad que la vida le dio la oportunidad de ser madre de nuevo. En 2003, la actriz organizó una fiesta benéfica de Navidad para Refugee Council, una asociación en apoyo a los refugiados.

En el evento conoció a un Tindyebwa, un chico refugiado de Ruanda de 16 años que se acercó a darle las gracias. Después de intercambiar unas cuantas palabras, Thompson fue conmovida por su desgarradora historia. El joven perdió a su padre a los 9 años y más tarde fue alejado de su madre y sus hermanas, quienes fueron dadas por fallecidas tiempo después. Tindy fue rescatado de los terribles conflictos de su país por una organización y fue llevado a Inglaterra.

Durante las primeras 5 noches, Tindy se vio obligado a dormir en las frías calles de Londres hasta que terminó en Refugee Council buscando comida caliente. Emma recuerda que su primera impresión del chico fue que estaba muy solitario y perdido, así que le ofreció llevarlo a la casa de la familia que le había dado asilo temporal y lo invitó a la cena de Nochebuena en su casa.

Durante los siguientes 6 meses, Emma y Tindy se veían para dar largos paseos, hablar y, además, ella le ayudaba para que mejorara su pronunciación en inglés. En poco tiempo, el chico se había convertido en parte de la familia, acompañaba a Emma y Greg durante sus vacaciones y pasaba con ellos los fines de semana. Cuando comenzó a llamarlos “mamá” y “papá”, ya estaba claro que se había convertido en su hijo.

Reflexionando sobre el pasado, Emma confesó que, aunque en un principio fue muy doloroso que los tratamientos de fertilidad no funcionaran, después llegó a agradecerlo. “A menudo pienso que, si hubiera funcionado, no habría habido espacio en mi vida para él. Así que estoy muy agradecida de que la FIV no funcionara, porque todos los días agradezco la llegada de Tindy”.

La estrella británica confesó que el chico trajo mucha alegría a su hogar y le dio una nueva perspectiva sobre la vida. Emma también destacó el gran apoyo en el que se ha convertido Tindy para ella y lo mucho que la hace reír en los momentos más difíciles, a pesar de que él mismo ha tenido que superar su pasado traumático.

En la actualidad, Tindy ya es un adulto independiente, casado y con una carrera en Derechos Humanos. Sin embargo, es muy unido a su familia y pasa casi todos los fines de semana junto a ellos. Emma y su hijo adoptivo se conocieron justo en el momento en el que más se necesitaban y, juntos, completaron la pieza que les faltaba a sus vidas.