La historia de Hugh Jackman y el gran amor de su vida, una mujer 13 años mayor que él
La búsqueda incansable del amor suele tomar unos cuantos años de la vida de las personas, o, al menos, de la mayoría de ellas. Otros, por el contrario, corren con la maravillosa suerte de dar con ese ser especial de forma casi orquestada por el destino. Así le ocurrió al famoso actor Hugh Jackman, quien conoció a la mujer indicada un día común y corriente, y, aunque ella había venido al mundo 13 años antes que él, esa diferencia no pudo importarle menos. Esta es su inspiradora historia de amor.
Corría el año 1995 cuando Hugh Jackman estaba protagonizando una serie de ABC, Correlli, su primera oportunidad en la industria del entretenimiento luego de haberse graduado de la Academia de Australia Occidental de Artes Escénicas. Para él, esta producción solo era el boleto que le permitiría iniciar su viaje hacia el estrellato, pero la verdad es que estaba a punto de vivir el momento en el que su vida cambiaría para siempre.
Durante las grabaciones de la producción, Jackman conoció a Deborra-Lee Furness, una actriz, directora y productora que ya tenía dos décadas más de camino recorrido que él. El actor recuerda aquel día como si hubiera sido ayer: “Me recogieron y Deb estaba en el asiento delantero del auto. Nunca lo olvidaré. Se desabrochó el cinturón de seguridad, se dio la vuelta, extendió la mano, se quitó las gafas de sol y me dijo: ’Hola, soy Deborra-lee Furness, un placer conocerte’. Recuerdo que pensé: ’Me gusta esta chica’”.
A pesar de que Hugh tenía muy clara la atracción que sentía hacia su colega, también se cohibía de invitarla a salir o confesarle sus sentimientos debido a la relación laboral que los unía. Ese recuerdo también sigue vívido en su mente: “Deb y yo ya éramos mejores amigos, y me di cuenta de que estaba enamorado de mi protagonista. Eso es lo que no haces. Es poco profesional y vergonzoso”, comentó. Debido a eso, decidió dejar de hablarle.
Con el paso de los días, Jackman se dio cuenta de que ignorarla no era un buen plan, por lo que prefirió cambiar de estrategia. Decidió invitarla a cenar a su casa, junto con otras 20 personas. Lo que ocurrió esa noche nunca pasó por la cabeza del actor: “Ella me dijo: ’Me di cuenta de que no me has hablado en una semana, ¿qué está pasando?’. Yo le respondí: ’Estoy enamorado de ti. Lo superaré, lo siento’. Pero ella me contestó: ’¡Oh! Yo también estoy enamorada de ti’. Ni en un millón de años pensé que ella me correspondiera”. Y sí que lo correspondía, porque rechazó a Mick Jagger para asistir a esa cena.
Las semanas siguientes, la pareja intentó mantener su relación en secreto, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. La química entre ambos era tan explosiva que todo el equipo de trabajo ya se había dado cuenta de que algo pasaba entre ellos. Sin embargo, Deb tenía sus dudas por la diferencia de edad entre ambos y por el hecho de que compartían profesión. De hecho, llegó a alejarse de él, pero su encanto la hizo reconsiderarlo. Finalmente, siguieron juntos.
A los cuatro meses de estar saliendo, Jackman tenía tan pocas dudas sobre su amor por Deb y estaba tan seguro de que ella era la elegida que le propuso matrimonio con un anillo que él mismo diseñó. Sobre su valioso detalle, la actriz declaró: “Estaba muy nervioso porque no tenía ni idea de joyas o diamantes, por lo que simplemente entró y dijo: ’No sé lo que estoy haciendo, así que les contaré un poco sobre Deb’. Este pobre joyero se sentó allí durante una hora y media, y él lo aburrió sin cesar, dándole todos los matices de mi personalidad”.
A los once meses de conocerse, Deb y Hugh unieron sus vidas en matrimonio en Victoria, Australia. Para la ceremonia, Jackman también se encargó del diseño de las alianzas que llevarían en sus dedos. Cada una posee una inscripción en sánscrito, “Om paramar mainamar”, que significa “Dedicamos nuestra unión a un principio mayor”. Con una historia como esta, podríamos pensar que su vida solo estaría llena de momentos felices. Sin embargo, no ha sido así.
Para cuando se casaron, Deborra ya tenía 40 años, por lo que la pareja empezó a intentar concebir un hijo prácticamente de inmediato. Sus intentos siempre terminaron en fracaso, pues la actriz perdió varios embarazos, tanto naturales como de fecundaciones in vitro. Hugh abrió su corazón al respecto y declaró: “Lo intentamos y no lo lográbamos. Fue un momento complejo. Nunca olvidaré los abortos espontáneos. Es bueno hablar de eso. Es muy común, y es difícil. Hay un duelo por el que tienes que pasar”.
Tras sus múltiples intentos sin ningún resultado positivo, Hugh y Deborra eligieron otro camino para lograr su anhelada paternidad, por lo que decidieron adoptar a un niño en el 2000. El nuevo miembro de su familia se llamó Oscar Maximilian. Según la misma Deb, ambos estuvieron en la habitación en la que la madre biológica de Oscar lo dio a luz. Hugh incluso cortó el cordón umbilical, y al bebé lo pusieron directamente en los brazos de ella.
Cinco años más tarde, la familia completó su equipo soñado con una hija adoptiva a la que llamaron Ava Eliot. Sobre sus pequeños, el actor ha declarado que no los considera adoptados, sino propios, y se encarga de que ellos también lo sientan así. Finalmente, a pesar de los tropiezos, Hugh y Deb lograron conformar la familia que tanto habían soñado tener.
La pareja siempre intenta demostrarse con acciones el gran amor que se tiene. Por ejemplo, en 2016, lo dejaron todo y se escaparon durante una semana al Caribe para revivir su luna de miel. Dos años más tarde, decidieron hacer lo mismo, pero esa vez fueron a Capri, Italia. En 2021, los tórtolos celebraron sus bodas de plata, y Hugh se tomó el tiempo para dedicarle unas palabras hermosas a su esposa través de una publicación en Instagram:
“Estar casado contigo, Deb, es tan natural como respirar. Casi desde el momento en que nos conocimos supe que nuestro destino era estar juntos. En nuestros 25 años, nuestro amor solo se ha hecho más profundo: la diversión, la emoción y la aventura son más estimulantes. El aprendizaje es aún mayor. Siempre estaré agradecido de compartir nuestro amor, nuestra vida y nuestra familia juntos. Apenas estamos comenzando. Deb, ¡te amo con todo mi corazón!”.
Este año, Hugh y Deb celebraron 26 años de matrimonio, y solo parecen fortalecerse y amarse más a medida que pasa el tiempo. A lo largo de estas décadas juntos, el respeto por el otro, la admiración y la confianza mutua han pesado mucho más que la diferencia de 13 años, la cual, aunque no deja de existir entre ellos, solo termina por comprobar que para el amor verdadero, la edad definitivamente no es más que un par de números generados por el documento de identidad.
¿Qué historia de amor conoces en que la diferencia de edad no fue un impedimento para lograr un final feliz? ¿Qué opinas de las parejas que se llevan muchos años entre sí?