Arqueólogos usan tecnología láser y hallan una antigua ciudad perdida en la selva mexicana

Curiosidades
hace 18 horas

Imagina adentrarte en una ciudad que el mundo había olvidado, una urbe perdida entre los árboles de la selva, el tiempo y el silencio, que de pronto, gracias a una avanzada tecnología, vuelve a la luz. Así comenzó la historia del hallazgo de Guiengola, en México, y en este artículo, exploraremos algunos de los misterios que esta antigua ciudad aún guarda y cómo su redescubrimiento ha sorprendido al mundo.

AI-generated image

En el sur de México, oculto bajo una inmensa selva, se esconde algo más que ruinas antiguas. Durante siglos, se pensó que Guiengola, ubicada en el estado de Oaxaca, en una región conocida como el Istmo de Tehuantepec, era solo una fortaleza prehispánica, sin embargo, un reciente descubrimiento ha dejado sorprendidos a arqueólogos e historiadores: Guiengola fue, en realidad, una ciudad zapoteca fortificada, compleja y sorprendentemente bien conservada.

El hallazgo de esta antigua ciudad fue liderado por el arqueólogo mexicano Pedro Guillermo Ramón Celis, quien gracias a una avanzada tecnología de detección remota llamada LiDAR, pudo observar bajo la vegetación que la cubre con el uso de pulsos láser, logrando que, lo que en el pasado hubiera requerido años de exploración terrestre, se revelara en tan solo un par de horas desde el aire.

AI-generated image

Las imágenes mostraron una ciudad de 360 hectáreas, con más de 1100 edificios, cuatro kilómetros de murallas, caminos internos, plazas, templos, canchas de juego de pelota y barrios separados para la realeza y para el resto de la población. A su vez, las investigaciones muestran que Guiengola tiene entre 500 y 600 años de antigüedad, por lo que se destaca su excelente estado de conservación.

“Puedes caminar por la jungla y encontrar casas aún de pie, con puertas, pasillos y cercas”, expresó el arqueólogo Ramón Celis sobre el estado de este sitio arqueológico, que literalmente es una ciudad detenida en el tiempo.


Tras analizar los datos generados por los escaneos y utilizar un sistema de análisis geográfico, el arqueólogo mexicano consiguió mapear el tamaño y distribución de las ruinas restantes e inferir su uso basándose en los artefactos encontrados en cada una de las ubicaciones.

La tecnología LiDAR (detección y medición de distancia por luz), reveló los asentamientos de una sociedad jerárquicamente organizada, con áreas religiosas, residenciales, y comunes bien definidas. Además, el análisis de su diseño urbano muestra que, aunque existía una élite, la toma de decisiones comunal tenía un papel importante, pues se encontraron 16 plazas y pequeños templos en las zonas periféricas, lo que sugiere que la vida espiritual y política no estaba centralizada.

Por los datos que se tienen de este lugar, se estima que allí vivieron al menos 5000 personas de forma permanente entre los años 1350 y 1500 d.C., poco antes de la llegada de los europeos en 1521. Más tarde, la ciudad fue abandonada y sus habitantes se mudaron a Tehuantepec, una ciudad cercana donde aún viven descendientes.

Además, este descubrimiento también tiene un lado emocional, ya que, como cuenta Ramón Celis, él escuchó por primera vez sobre Guiengola cuando era solo un niño, gracias a las historias que escuchaba de su familia materna originaria de Tehuantepec.

Fue así que, aquellos rumores familiares sobre una ciudad perdida lo inspiraron a estudiar arqueología, y años más tarde fue él quien confirmó que aquel mito no solo era una ciudad real, sino también monumental.

Cabe destacar que su equipo ya ha documentado 1170 estructuras identificadas con rayos láser, y se preparan para continuar el trabajo de campo, sin excavaciones, únicamente utilizando tecnología no invasiva.

Durante décadas, la densa selva que cubría Guiengola impidió que arqueólogos pudieran comprender su tamaño y complejidad, y aunque se podía llegar al lugar por un sendero, estaba cubierto por árboles y maleza.

Sin embargo, el uso de tecnología como LiDAR, además de un análisis cuidadoso del espacio construido, el equipo ha podido estudiar cómo se distribuía el poder, qué áreas pertenecían a las élites y cuáles a los ciudadanos comunes. Incluso descubrieron cómo el juego de pelota —una actividad ritual mesoamericana— formaba parte integral de la vida en Guiengola.

Los zapotecas

Si no estás familiarizado con las culturas de Mesoamérica, debes saber que los zapotecas fueron una de las civilizaciones más antiguas e importantes del sur de México, conocidos como el “Pueblo de las Nubes” por habitar las tierras altas de Oaxaca.

Hace más de 2000 años ya habían construido impresionantes ciudades como Monte Albán, su primera gran capital, situada en lo alto de una montaña con vista a tres valles. Más tarde, Mitla se convirtió en su centro principal, famosa por sus edificios decorados con patrones geométricos únicos.

Aunque no son tan conocidos como los mayas o los aztecas, los zapotecos dejaron un legado sorprendente y su historia nos muestra cómo estas civilizaciones sabían adaptarse a su entorno y crear sociedades complejas mucho antes de la llegada de los europeos.

Develan otra ciudad escondida en Ecuador

Las sorpresas que ha dado el uso de este tipo de tecnología no terminaron con Guiengola, pues también se pudo descubrir un enorme asentamiento en la Amazonía ecuatoriana, oculto durante miles de años por la densa vegetación de la región.

Esta localizada en el valle de Upano, al este de Ecuador, y revela una compleja red de casas, plazas, caminos y canales que fueron construidos hace aproximadamente unos 2500 años. Dicho descubrimiento desafía profundamente las ideas previas sobre la vida en la Amazonía, que hasta ahora se pensaba que solo había estado habitada por pequeños grupos nómadas.

De acuerdo con el arqueólogo francés Stephen Rostain, quien dirigió el estudio, esta civilización contaba con una organización social compleja comparable a la de los mayas, mexicas e incluso los zapotecas, pero con una arquitectura y cultura completamente distintas.

El hallazgo de estos dos sitios cargados de historia y misterio, nos recuerda que aún queda mucho por descubrir sobre las primeras civilizaciones que habitaron el continente americano. A pesar de los avances científicos, lo que sabemos hasta ahora es apenas una fracción comparado con los secretos que todavía guardan la majestuosidad y el ingenio de estas antiguas ciudades.

¿Ya habías oído hablar de Guiengola o de la ciudad perdida en Upano? Si te apasiona la historia o conoces a alguien que la ama tanto como tú, no dudes en compartir esta artículo con tus amigos y familiares. Seguro se sorprenderán tanto como tú.

Imagen de portada AI-generated image

Comentarios

Recibir notificaciones
Aún no hay comentarios. ¡Puedes ser el primero!

Lecturas relacionadas