Los Gen Z resucitaron estas modas que en los 80 y 90 fueron un hito

Curiosidades
hace 7 horas

La generación Z ha crecido en un mundo digital en lleno de novedades y cambios. Sin embargo, inesperadamente han desarrollado un cariño especial por todo aquello que evoca nostalgia. En una época donde muchas cosas son digitales, lo tangible y vintage parecen atraer la atención de los más jóvenes.

Desde el retorno de videojuegos con gráficos pixelados, discos de vinilo o incluso filtros que imitan la calidad granulada de las cámaras antiguas o las fotos polaroid, toda esta estética nostálgica se ha vuelto tendencia. La Gen Z está redescubriendo y celebrando objetos y modas que para muchos fue parte de su infancia o adolescencia. Es como si encontraran una belleza particular en lo que ya se ha vivido, en las historias que cargan y lo que llegaron a significar en su momento.

El regreso de los CD y casetes

La Gen Z está impulsando el regreso de la música en formatos físicos como CD, vinilos e incluso casetes, creando un notable incremento en las ventas de estos productos durante el año 2021. Aunque los formatos digitales y los servicios de streaming siguen siendo dominantes en el mercado, artistas actuales como Taylor Swift, Billie EilishOlivia Rodrigo han impulsado estas tendencias lanzando versiones en casetes o CD de sus álbumes más recientes.

La razón por la que los artistas están aprovechando este resurgimiento de lo analógico, es para conectar con sus seguidores de maneras más tangibles. La mayoría de estos productos contienen arte único, las letras de las canciones impresas o incluso temas exclusivos que no están disponibles en plataformas digitales. De esta forma se crea una sensación de proximidad con los fans, un acto de apoyo que no solo es una subscripción mensual, sino un gesto que se siente verdadero.

Además, los Gen z no crecieron comprando estos productos como algo cotidiano, por lo que sienten una fascinación por la estética, el valor de un artículo del pasado renacido en nuestros días. Este aspecto tangible hace que la experiencia sea más reconfortante: sin anuncios o subscripciones, solamente concentrarse en colocar el CD en el reproductor y disfrutar de la música.

Lo-fi digital

Lo-fi, o Low fidelity (baja fidelidad en español), es un subgénero musical donde se prioriza magnificar las imperfecciones sonoras, destacando una baja calidad y un ruido blanco persistente. En un principio suena contradictorio que el ruido de fondo sea puesto deliberadamente, pero este tipo de música no va buscando calidad, busca inspirar nostalgia.

Sus ritmos son relajantes y lentos, con un estilo sonoro que recuerda a épocas pasadas, cuando los micrófonos y equipos de edición no eran los más avanzados. Tiene distorsiones e imperfecciones que los vuelven únicos y los hace sentir como sonidos familiares de algún modo, como si fuera una grabación antigua que volvimos a encontrar y podemos disfrutar una vez más.

Su impacto cultural no se hizo esperar, pues influyó en las redes, el arte digital y creo toda una estética a su al rededor. Un claro ejemplo de eso es la “Chica Lo-fi”, un ícono cultural de gran aceptación que ha creado toda una comunidad de artistas que basan sus producciones o ilustraciones en esta estética nostálgica, imperfecta, relajante y sobre todo, cercana.

Estos ritmos relajantes en un mundo lleno de movimiento y energía han funcionado como una manera de buscar calma. Durante la pandemia, esta música proporcionó una vía de escape y concentración a muchas personas, ayudando a los Gen Z a manejar el estrés y mejorar su enfoque en el estudio o el trabajo.

Su presencia en las plataformas digitales sigue siendo notoria y se le considera un género atemporal y es más un refugio sonoro para los jóvenes que otra forma de entretenimiento.

Videojuegos retro

Junto al resurgimiento de estéticas y modas anteriores, los Gen Z han impulsado el regreso de las consolas de antaño y gráficos pixelados. Muchos prefieren esto, ya que los juegos retro son considerados más relajantes y ofrecen una sensación de desconexión del acelerado mundo del internet moderno.

Muchos mantienen sus consolas y videojuegos antiguos por el valor sentimental que tienen, mientras que otros están redescubriendo estos juegos y apreciando la posibilidad de disfrutar de productos más simples, lejos de los teléfonos inteligentes.

Aunque los juegos retro evocan buenos recuerdos para aquellos que crecieron con ellos, su creciente popularidad también se debe a sus diseños visuales únicos y el entretenimiento sólido que brindan. Muchos juegos antiguos tuvieron que compensar las limitaciones gráficas con mecánicas bien diseñadas maneras creativas de sumergir al jugador en su mundo, por lo que los juegos retro conservan esa característica de ser una experiencia enriquecedora.

Otro punto a favor de los videojuegos retro es su accesibilidad, puesto que por su antigüedad sus precios suelen ser bajos y no exigen algún equipo o servidor de alto rendimiento para funcionar.

Polaroids y cámaras de video

Estas cámaras, con las que seguro más de un Milenial convivió y experimentó la decepción de que su fotografía saliera “quemada”, están siendo traídas de vuelta por la Generación Z.

Esto se debe a que, como se ha mencionado anteriormente, ofrecen una experiencia orgánica y sensorial en un mundo cada vez más digital y automatizado. Su estética vintage es fácil de reconocer, sus colores cálidos y las luces contrastadas de algún modo volvieron a estar a la moda. Además, el proceso que conlleva hacer una fotografía hace que cada una sea única e irrepetible.

En una sociedad altamente digital, usar estas cámaras crea un contraste que destaca entre el resto de las fotografías plásticas y editadas, siendo una tendencia que resurgió gracias a los más jóvenes.

La revelación instantánea, pero no inmediata, le da un tique de emoción a cada toma; haciendo que, nuevamente, el valor esté en la experiencia y no en el producto en sí.

Por qué volvieron

En una actualidad donde todo es cada vez más virtual, esta nostalgia por lo no vivido está tomando impulso. Y no es algo accidental, las redes sociales, películas, series e incluso los mismos influencers o artistas populares se han encargado de que esto funcione.

Todo basado en el cansancio que pueden provocar la navegación por internet constante.

La sobrecarga de contenido en línea y el exceso de dopamina que generan las plataformas digitales, terminan por cansar el cerebro. Y la Gen Z, que nació cuando ya los celulares y las redes sociales eran bastante populares, necesitan un descanso del mundo digital de vez en cuando, un escape hacia algo más simple y real, sin pantallas o anuncios.

Por otra parte, además de las razones ya mencionadas, el aspecto estético que brindan estos productos es un punto a favor. No se trata de revivir el pasado, se trata de renovarlo.

En un mundo saturado de pantallas y contenido digital, la nostalgia de la Generación Z por lo analógico no es solo un capricho pasajero, sino un reflejo de una necesidad más profunda: reconectar con lo tangible, lo imperfecto y lo auténtico.

El regreso de los vinilos, las Polaroids y los videojuegos retro nos demuestra que no solo se trata de vivir a costa del pasado, sino de recuperar las experiencias que antes parecían más auténticas.

¿Qué otros objetos y modas del pasado extrañas? ¿Cuáles te gustaría ver de vuelta? Cuéntanos en los comentarios.

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