La historia real de la chica cuya batalla contra el cáncer inspiró “Bajo la misma estrella”
Dicen que los escritores plasman sus experiencias personales en sus historias. Y Bajo la misma estrella, la historia de Hazel y Augustus, quienes nos enseñaron que se puede vivir al máximo a pesar de las dificultades, no es la excepción. En 2009, el escritor John Green conoció a Esther Earl, una joven que, aunque partió muy pronto, dejó un mensaje de amor por la vida.
En Genial.guru admiramos la fortaleza de quienes, aunque todo parezca apuntar en su contra, siguen encontrando la felicidad. Por eso, te compartimos la historia que inspiró el best seller de este autor.
La amistad entre el autor y quien años después se convirtió en la fuente de inspiración para escribir su obra más conocida, comenzó en una convención para los fanáticos de Harry Potter. Green se encontraba viendo cómo todos bailaban en un concierto de rock inspirado en la saga, cuando se le acercó una chica acompañada de su hermana, quien la ayudaba a cargar un tanque de oxígeno. Su nombre era Esther y le gustaban los videos de YouTube de Green y su hermano, por lo que quería tomarse una foto con él.
Poco después, el escritor se volvió a quedar solo y cuando un amigo intentó hacerlo bailar, vio que las muchachas que le habían hablado antes estaban cerca, y para librarse de la intimidante pista de baile, Green dijo que tenía que ir a conversar con ellas. “Esta solo fue la primera vez que Esther Earl me salvó de una catástrofe”, contó el autor.
En ese entonces, los videos de John y Hank, su hermano, ya habían popularizado la comunidad nerdfighter en la que que se celebra el intelectualismo. Esther era una nerdfighter incondicional. Además, resultó que, sin saberlo, ya se conocían de cierta forma.
Ella formaba parte de un grupo llamado Catitude, que apoyaba a los hermanos a llevar a cabo un proyecto benéfico llamado Project for Awesome. Este consistía en que, un día al año, los youtubers crearan videos para promocionar su organización benéfica favorita con el objetivo de obtener más donaciones del público.
Después de conocerse, John y Esther siguieron en contacto por Skype y a través del chat de Catitude. A pesar de que el autor era consciente de que la joven tenía cáncer, él pensaba que los jóvenes tendían a mejorar. “Durante mucho tiempo hubo un elemento de negación en nuestra relación. No quería imaginar que esta hilarante y devota fan pudiera morir”, contó.
Un día Esther le confesó que le estaba escribiendo desde el hospital. Ella tenía cáncer de tiroides papilar, pero se comunicó con John con tanta naturalidad como si su estancia en el hospital fuera algo casual; él no pudo evitar preocuparse y contactar a los padres de la chica. Ahí fue cuando descubrió que su alegre fan, en realidad, tenía una enfermedad terminal.
“Estaba muy enojado conmigo mismo por todas las veces que acorté nuestras conversaciones para poder volver al trabajo”, contó Green.
Esther comenzó a compartir sus experiencias en su canal de YouTube: “A veces desearía no haber pasado nunca por esto, y luego me doy cuenta de que si eso sucediera, no sería quien soy”, confesó. Meses antes de su partida, sus amigos de internet se reunieron con ella. John estuvo ahí. Aunque Esther se tomaba descansos para tomar sus medicinas y vomitar, pudieron divertirse juntos.
Hablaron de sus recuerdos más felices y sus temores sobre la última película de Harry Potter. Incluso fueron por café y helado en una travesía en la que John y los demás se turnaban para empujarla en la silla de ruedas. Green relató sobre estos momentos: “Incluso en sus últimos días, Esther estaba completamente viva, tan viva como cualquier otra persona. [...] No se fue despacio, sino de golpe porque aun cuando no podía levantarse de la cama, encontraba formas de estar plenamente viva: jugar con sus amigos, hacer bromas, amar y ser amada”.
Finalmente, Esther falleció a los dieciséis años. Su pronta partida inspiró a Green a escribir Bajo la misma estrella. Su motivación para escribirla fue la ira que sintió después de su muerte, además, asegura que la joven le permitió imaginar de una forma más empática a los adolescentes. Para Green, el encanto y el sarcasmo de Esther también fueron su fuente de inspiración.
“Estoy asombrado de que el libro haya encontrado una audiencia tan amplia, pero la persona que más quiero que lo lea nunca lo hará”, confesó John.
Tan solo dos semanas después de la publicación del libro, John fue contactado para convertirlo en una película. Aunque él no había considerado la posibilidad de una adaptación al cine, Wyck Godfrey logró convencerlo de hacer una adaptación fiel a la creación tan personal del autor.
Para el escritor, la noche en la que Esther lo salvó de la pista de baile no fue la única ocasión en la que lo libró de una catástrofe. “Ella todavía me está salvando todo el tiempo. [...] Ella me recuerda que una vida corta también puede ser una vida buena y plena”, asegura.
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