La modelo nativa americana que desafía los cánones de belleza en las pasarelas más importantes del mundo
La industria de la moda está cambiando, es cada vez más un espacio donde hay lugar para todo tipo de cuerpos y personas. Un ejemplo de ello es el rápido ascenso de Quannah Chasinghorse, una modelo nativa americana de Estados Unidos. Su vida alterna entre su trabajo como modelo de alta costura junto con su pertenencia a una etnia nativa americana, además de la lucha por el bienestar de los territorios y el legado de sus ancestros.
En Genial.guru, queremos contarte historias que inspiran y que se salen de lo que ya conocemos en el modelaje, por esto traemos en detalle de dónde viene Quannah, cómo inició como modelo, qué problemas ha sobrellevado y sobre todo cuáles son sus motivaciones para abrirse paso en una industria que solía ser muy cerrada.
Hace dos años, Quannah era una activista que luchaba por la conservación de la tierra y los derechos de su tribu, los hän gwich’in, (un pueblo nativo americano que habita el norte de Canadá y parte de Alaska). Hoy en día, ha colaborado con marcas de la talla de Calvin Klein, Gucci y Chanel, además de aparecer en portadas de Vogue. Más recientemente, estuvo en la Gala del Met 2022, luciendo un atuendo inspirado en las comunidades nativas de Norteamérica.
Sin embargo, su creciente carrera como modelo no significa que haya dejado su antiguo estilo de vida como activista o su identidad como indígena, sino que ha sabido integrar y llevar como estandarte sus ideales.
Quannah nació en Tuba, Arizona, donde su mamá estaba estudiando en la universidad. Sin embargo, sus raíces se remontan a las etnias oglala lakota (de Dakota del Sur) por parte de su padre y, por parte de su madre, del pueblo hän gwich’in (de Canadá y Alaska), con la que se siente más identificada, pues ahí ha pasado gran parte de su vida.
Su madre interrumpió sus estudios para visitar a sus abuelos en Mongolia, donde permanecieron dos años. Fue ahí cuando Quannah comenzó a interesarse en el modelaje, pues aunque todavía no hablaba mongol, veía el canal de moda en televisión, dado que no necesitaba entender el idioma para disfrutar de las pasarelas.
A partir de esa estadía en Mongolia y un viaje corto por Europa, donde la pequeña de 5 años aprovechaba para tomarse fotos afuera de las tiendas Dior y Louis Vuitton, regresó con su madre, Jody Potts-Joseph, a Arizona para que ella terminara sus estudios. Posteriormente, regresaron a Alaska, dado que la madre quería que Quannah y sus hermanos crecieran dentro de su cultura tradicional y enriquecer sus vidas con los conocimientos hän gwich’in.
Vivieron en una cabaña, cazando, pescando y recolectando bayas, además de cortar madera para hacer fuego, un estilo de vida que Quannah actualmente aprecia y añora, pues hasta la fecha disfruta de realizar esas actividades. Durante esos años fue cuando se adentró aún más en su cultura, hablando con los mayores.
Al adentrarse cada vez más en la cultura qwich’in, tuvo la oportunidad de tener su primer tatuaje o yidįįłtoo, una tradición de más de 10 000 años de antigüedad, que debe hacerse por otra mujer, en ese caso, su madre. El primero que se hizo está en el centro de su barbilla y simboliza la transición de la niñez a la adultez. Además, tiene otros dos en la barbilla y una línea en la esquina de cada ojo, cada uno simboliza la superación de traumas personales y generacionales, sobre lo que ahonda un poco más en su cuenta de Instagram.
Algo que Quannah tiene muy claro es que ella no va a disimular ni cambiar su identidad: “No me voy a cortar el cabello ni voy a cambiar su color, tampoco voy a tapar mis tatuajes porque son parte de mi identidad como una persona indígena. Cuando empecé a trabajar, me preocupaba que estas cláusulas me quitaran oportunidades de trabajo, pero la realidad es que ha sido justamente lo contrario”.
Afortunadamente para Quannah, en los últimos, años la industria de la moda ha dejado de ser ese círculo cerrado, donde cabía solo un tipo muy específico de cuerpos. Ella creció viendo las pasarelas, y aunque le encantaba hacerlo, no se sentía representada y creía que ser modelo sería muy difícil para alguien como ella.
Sin embargo, estos cambios en la industria le permitieron ser parte de un casting para una campaña de Calvin Klein en 2020, en la que resultó elegida. Meses después, firmó su primer contrato con una agencia, de la cual forma parte hasta la fecha con una carrera en asenso, con apariciones tanto en pasarelas como en portadas y artículos de revistas.
Quannah considera que ser modelo, además del trabajo de sus sueños, es una plataforma para difundir las identidades y la resistencia de los nativos americanos, además de la protección de la tierra: “Como pueblo indígena, no creemos estar apartados de algo tan importante como la naturaleza. Cuando creces con esa conexión con la tierra, es natural que quieras defenderla, porque es una parte de ti”.
Sus ideales no quedan de lado en su carrera profesional, pues trata de colaborar con empresas y creadores que apuesten por el cuidado del medioambiente. “Es importante para mí trabajar con diseñadores y marcas que tengan los mismos valores en torno a la justicia climática y la sustentabilidad”.
Su vinculación con los bosques y ríos de Alaska es muy profunda, pues afirma que, a pesar de estar encantada y comprometida con su carrera profesional, no se siente la misma en las pasarelas que entre los árboles: “Camino por dos caminos completamente diferentes; cuando estoy lejos de mi tierra, siento que estoy escondiendo una parte de mí [...]. Cuando estoy aquí, me siento más conectada a mí misma. Soy fuerte en estas tierras”.
Sin lugar a dudas, uno de los momentos más importantes en su corta pero creciente carrera fue la reciente Gala del Met, celebrada el 2 de mayo, cuya temática fue “En América: antología de la moda”. En relación con esta frase, Quannah lució un vestido color aqua del diseñador Prabal Gurung, aunque sin duda lo que más destaca son los accesorios; un collar, brazaletes y un set de plumas en el cabello.
La joyería es un diseño de la también nativa americana Lenise Omeasoo, quien sostiene que el conjunto está inspirado en las comunidades indígenas, además de que los materiales provienen de diferentes pueblos. Mientras que las dos plumas de águila son un regalo de varios indígenas residentes de Nueva York, dado que Quannah hizo un llamado en sus redes sociales para pedir prestados estos accesorios, que representan justamente fuerza y apoyo mutuo entre los nativos americanos.
La aún creciente carrera de Quannah en el modelaje, junto con sus orígenes y convicciones, son una inspiración y un ejemplo importante respecto a los cambios que están sucediendo en la actualidad.
Su historia va de la mano con otras similares que están sucediendo actualmente o que ya pasaron. ¿Conoces alguna otra? Estaremos encantados de leerla en los comentarios. No olvides compartir este artículo en tus redes para que otras personas conozcan esta emotiva inspiración.